Cinque Terre, la esencia del Mediterráneo

Cinque Terre, región de Liguria, Italia. Si se pueden resumir las mejores características de la vida Mediterránea en una imagen no se me ocurre mejor forma que cualquiera de estas poblaciones.

Cinque Terre son cinco idílicos pueblos a pie de mar: Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. La orografía del terreno hace única esta zona, ya que es una región montañosa con unas fuertes pendientes que descienden hasta el nivel del mar. Es en este punto donde se sitúan estos pueblos, a veces en acantilados, a veces a la orilla de pequeñas playas, siempre rodeados de viñedos.

Pocas veces las construcciones humanas se integran tan bien en el paisaje, en este caso tan perceptible a primera vista. Naturaleza y turismo de calidad en un mismo destino. Esto hace que sea prácticamente una pérdida de tiempo venir aquí con coche.

Un consejo: el tiempo perfecto para estar aquí son dos días, pasando noche en alguna de las numerosas pensiones. Aprovecha buen tiempo fuera de temporada, primavera u otoño, así evitarás las masas de turistas que hacen el camino. Es el precio que hay que pagar por ver este lugar.

¿Cómo se accede?

Con diferencia el mejor transporte para llegar aquí es el tren que pasa por La Spezia, la capital de la zona. el tren es económico y con alta frecuencia. En pocos minutos te encontrarás en un paraje de postal, no por nada está declarado Patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Los cinco pueblos están interconectados tanto por tren como por senderos. Caminando es la mejor manera de conocer esta zona es con tranquilidad, disfrutando tanto de los pueblos como de la naturaleza de la que disfrutan. Los senderos están muy bien señalados, y el camino es muy fácil, con lo que es apto para la mayoría. Y la recompensa es soberbia.

Para poder acceder a los caminos es necesario comprar una entrada al parque (toda la zona lo es), por lo que merece la pena comprar un bono para los días que estés. Existen varias modalidades de pago, una que incluye el transporte en tren entre las cinco localidades, para un día, dos, etcétera. También puedes consultar información adicional sobre los pueblos, el parque, etcétera en la página de las Cinque Terre.

Una vez en Cinque Terre… ¿cómo moverse?

Mi recomendación es ir de pueblo en pueblo por los senderos, ya que es muy fácil. Si bien el recorrido total se puede hacer en un día sin mayor complicación hay que tener en cuenta que estamos de vacaciones y no en el pasillo de una parada de metro. Relax, que invada un poco de cultura mediterránea y disfruta del lugar y de los pueblos. Sobre los datos del recorrido aquí os dejo unos datos prácticos:

• MONTEROSSO – VERNAZZA
  Dificultad: Media baja
  Distancia: 3,5 kilometros
  Duración: 1,5 horas (marcado en blanco y rojo)
• VERNAZZA – CORNIGLIA
  Dificultad: media baja
  Distancia: 4 kilometros
  Duración: 1,5 horas
• CORNIGLIA – MANAROLA
  Dificultad: baja
  Distancia: 3 kilometros
  Duración: 1 horas
• MANAROLA – RIOMAGGIORE
  Dificultad: muy baja
  Distancia: 1,5 kilometros
  Duración: 20 minutos

Riomaggiore, la entrada a cinque Terre

Probablemente cuando te acerques a esta zona este es el primer pueblo que pises, puesto que es el más oriental. Y no es una mala opción, porque para mi gusto es uno de los más espectaculares. Decenas de apelmazadas casas caen desde la falda del monte hasta el mar, creando un pequeño puerto de pescadores.

Manarola, de lleno en el camino

En mi caso llegué a esta pueblo caminando, y junto con Riomaggiore y Vernazza, los más espectaculares para mi gusto, que no es poco decir en esta zona. Hay un trayecto singularmente famoso entre Riomaggiore y Manarola, la Via dell’Amore. Para mí un sitio edulcorado pero para gustos los colores. Igualmente, el trayecto, espectacular, en mayúsculas.

Corniglia, el pueblo más pequeño

Los más característico de esta localidad es que no está conectada directamente con el mar. Además de esto me parecieron curiosas dos cosas, la cantidad de viñedos que había alrededor y una enorme escalinata para acceder al pueblo, conocida como Lardarina.

En este pueblecito se pueden apreciar dos cosas: la dimensión de la escalinata y la cantidad de turistas que hay por la mañana. Ese es el mayor defecto que se le puede achacar a esta zona, la cantidad de turistas por metro cuadrado ¡y eso que no era temporada alta!

Y si los espacios en los pueblos están aprovechados al máximo no lo son menos las laderas de las montañas, viñedos por todos lados, hasta desembocar prácticamente en el mar. Ahora el sistema está algo más automatizado, pero en su momento debió ser un trabajo bien duro.

Vernazza, un pueblo encantador

A mí es el pueblo que más me gustó, no demasiado pequeño y con bastantes restaurantes y alojamientos para elegir. Subir a la torre o a cualquiera de las colinas de alrededor y admirar el pueblo es todo un gustazo.

En mi caso me alojé en un un pequeño hostal, Gianni Franzi. Las habitaciones no eran nada del otro mundo, pero se suple por el sitio donde están, y por una terraza con unas vistas al mar impresionantes. La habitación doble, 90 euros sin desayuno.

Las vistas desde los alrededores son simplemente bestiales, y el pueblo se encuentra en medio de los acantilados.

Monterosso, el más grande

El pueblo más grande de la región, en mi opinión en comparación con el resto el menos atractivo, pero con las mayores playas de la región. En la foto de abajo se puede apreciar el camino que lleva hasta el pueblo desde Vernazza.

Curiosidades en Cinque Terre

Una señal un poco gore, restando un poco de romanticismo a la zona. La encontré en el tren que une las localidades:

Por otro lado las calles son estrechas, y las casas apenas tienen espacio entre las calles. Aquí los metros cuadrados están aprovechados al 100%. Para subir una barca al pueblo deben utilizar una grúa, ya que los pueblos están construidos en vertical, y no es fácil remolcar las barcas.