Hace ya unos años que subí en navidades con unos amigos al Teide. Sin embargo el recuerdo sigue muy presente. Supongo que por mi ignorancia no me esperaba la belleza del itinerario, muy diferente a los que estoy acostumbrado en el Pirineo y alrededores.

Un poco de cultura

El volcán y los alrededores tienen unas cifras imponentes:

• Es patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 2007.
• Es el parque nacional más visitado de España con más de 3 millones de visitantes anuales, siendo una de las maravillas naturales más visitadas del mundo.
• Con sus 3.718 metros sobre el nivel del mar es la cima más elevada en España.
• Si contamos desde el lecho oceánico,  tiene 7.500 metros, siendo el tercer volcán más alto del mundo, tras los hawaianos Mauna Kea (10.203 metros) y el Mauna Loa (más de 9.000 metros)

Y otros conceptos, que no son posibles de cuantificar en cifras pero no menos curiosos:

• El Teide era un volcán considerado sagrado desde la antigüedad y que tenía reminiscencias mitológicas.
• El nombre original es «Echeyde«, que quiere decir infierno en lengua Guanche. Después de la colonización, pasó a llamarse Teide.
• El Teide se recubrió de un carácter demoníaco en la mitología guanche y era la morada de Guayota, la principal entidad maligna.
• En la historia aparece nombrado decenas de veces, desde el historiador griego Heródoto, al geógrafo Ptolomeo, además de historias fantásticas como la del héroe Ulises.

El ascenso a la cima

El ascenso a la cima más alta de España (3.718m) lo realizamos por la ruta clásica, desde montaña Blanca. La senda discurre por el serpenteante sendero Nº 7 de la red de Senderos del Parque Nacional del Teide.

Cada vez que nos vamos acercando, esa mole impone:

El itinerario 7 y 10 por Montaña Blanca

• Desnivel: 1.370 metros
• Altura mínima: 2.369 metros
• Altura máxima: 3.718 metros
• Duración: 5-6 horas con paradas para ascender.
• Dificultad: media-alta, aunque esto es muy relativo. Para una persona que esté bien físicamente, no tendrá ninguna dificultad en realizar este itinerario.

Dejamos el coche en el aparcamiento colindante al de Montaña blanca, ya que este está lleno. Las vistas de los alrededores nos trasladan a otro planeta:

El itinerario hasta el refugio de Altavista

Una vez llegamos al inicio del itinerario, un mapa nos marca cómo realizarlo. Lo cierto es que está muy bien señalizado y es prácticamente imposible perderse.

Nuestro primer objetivo, llegar al refugio de Altavista, en donde pasaremos la noche. Se puede hacer en un solo día, pero ver las vistas de la isla al amanecer a 3.300 metros de altura merece la pena. Perderse es casi imposible, además no somos los únicos en hacer el itinerario. Y como se puede ver… paisaje lunar, desolado, sin apenas vegetación:

Por el camino se ven los famosos «Huevos del Teide«. El nombre científico de los huevos del Teide es el de «bolas de acreción«. Su formación es similar al de una bola de nieve, se forman cuando la lava desciende por una pendiente muy pronunciada y algunos fragmentos ya solidificados ruedan sobre una superficie todavía fundida, acumulando capas de lava:

Un último esfuerzo hasta el refugio. Si bien el trayecto es muy cómodo, al final va cogiendo inclinación y elevación, con lo que cuesta algo más. Un par de paradas lo hacen más ameno.

El refugio de Altavista, el objetivo del día

Por fin, llegada al refugio de Altavista, a 3.260 metros sobre el nivel del mar.

El refugio está muy bien (25 euros la noche). Sin embargo la zona común, con cocina, se queda pequeña para su capacidad (54 personas). Un consejo, llevar aguar y alimentos, los precios del refugio no son nada baratos.

Las literas están bien, con suficiente abrigo para las noches, que son muy frías (en la web oficial pone que en este mismo instante están a -6 grados) Y por supuesto… ¡reserva antes!

Las vistas desde el refugio:

Desde el Teide es posible ver otras islas, como Gran Canaria:

Una vez en el refugio la cerveza fue nuestra recompensa:

El día siguiente, encaramos la cima

Al día siguiente, y con un poco de dolor de cabeza por la altura, salimos del refugio a las 7:30 para ver el amanecer. Lo cierto es que las vistas merecen mucho la pena:

Una vez visto el amanecer… rumbo hacia la cumbre. En primer lugar hay que llegar hasta el teleférico, y de ahí se encara hasta la cumbre por el sendero 10 Telésforo Bravo. El acceso a la cima está limitado, por lo que hay que pedir un permiso en la central de reservas de parque nacionales, pero si se ha pasado noche en el refugio, es posible subir sin él, hasta las 9 de la mañana.

Por condiciones climatológicas es posible que el ascenso a la cima esté cerrado. Hay alternativas para subir, por vuestra cuenta y riesgo, y sin que os vean los guardias, que llegan por la mañana a las 9:00h. Lo único, que si lo hacéis, os aconsejo que consultéis a otros montañeros en el refugio de cómo lo han hecho, qué condiciones se han encontrado y qué material hay que llevar (casi seguro que crampones). Hay pasos que no están hechos para todos los públicos.

También existe un teleférico. El ticket del teleférico no te permite acceder al sendero Telésforo Bravo que es el que lleva hasta la cima del Teide.

Si se encara la montaña de forma vertical, sin seguir el camino normal, se realiza por un sitio con una inclinación que  llega al 40-50%, por lo que hay que gatear:

Y por fin… arriba:

El cráter del Teide

Hay que tener en cuenta que el Teide es un volcán en activo. Sus fumarolas con olor a azufre nos lo recuerdan en cada momento. La última actividad fue la de Narices del Teide, en 1798, y se vigila detenidamente su actividad ya que una erupción, por sus condiciones, podría ser muy violenta.

Aún en la cima El Teide nos depara una sorpresa, su sombra, de varios kilómetros, proyectada en la tierra:

Una vez arriba, ya sólo nos queda bajar. Esta vez decidimos hacerlo con el teleférico:

Una vez abajo, nos queda este hermoso recuerdo: