Micenas, la tumba del rey Agamenón

Micenas, la tumba del rey Agamenón

En este momento estás viendo Micenas, la tumba del rey Agamenón

Os invito a embarcaros en un fascinante viaje en el tiempo mientras exploramos uno de los tesoros arqueológicos más impresionantes de Grecia: Micenas. Quizás os suene el rey Agamenón, famoso por la famosa guerra de Troya.

Micenas es un sitio arqueológico reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999. Este prestigioso reconocimiento destaca la importancia histórica y cultural de Micenas, así como su contribución al legado de la humanidad.

¿Dónde se encuentra Micenas?

Situada en la región de Argólida, en el Peloponeso, Micenas se encuentra a unos 90 kilómetros al suroeste de Atenas. Rodeada de un paisaje montañoso y colinas verdes, esta ubicación estratégica permitió a Micenas dominar el comercio y ejercer un poderío cultural y político durante la Edad del Bronce.

Un poco de historia

La historia de Micenas se remonta a la antigua Grecia, específicamente a la Edad del Bronce, hace más de 3.000 años. Según la mitología griega, fue Perseo, el hijo de Zeus, quien fundó la ciudad.

Sin embargo, el apogeo de Micenas tuvo lugar bajo el reinado de Agamenón, un rey legendario y líder militar durante la Guerra de Troya. La ciudad alcanzó su máximo esplendor como centro cultural, político y económico de la región.

Las excavaciones y el descubrimiento del sitio arqueológico

El redescubrimiento de Micenas se debe al arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, quien en el siglo XIX llevó a cabo excavaciones en la zona. Su pasión por la antigua Grecia lo llevó a descubrir las impresionantes ruinas y tesoros que yacían enterrados durante siglos. Gracias a su trabajo, el mundo pudo redescubrir la grandeza de la civilización micénica.

El tesoro de Atreo (la tumba de Agamenón)

El Tesoro de Atreo es una de las joyas arqueológicas de Micenas y un ejemplo impresionante de la arquitectura funeraria de la civilización micénica. Se trata de una tumba en forma de colmena, construida con grandes bloques de piedra caliza, que data del siglo XIII a.C.

Esta tumba, que recibe su nombre en honor al rey Atreo de la mitología griega, es una obra maestra de la ingeniería y la artesanía de la época. Su impresionante estructura se compone de un corredor de entrada, una cámara principal y una cámara secundaria. La cámara principal contiene una cúpula alta y abovedada, que se estrecha hacia arriba, dando la sensación de una colmena invertida.

El Tesoro de Atreo se destacó no solo por su diseño arquitectónico, sino también por los tesoros que fueron descubiertos en su interior. Se encontraron objetos de oro, plata y bronce, así como joyas preciosas y armas elaboradamente decoradas. Estos hallazgos sugieren que la tumba perteneció a una figura de gran importancia, muy probablemente Agamenón, uno de los líderes más destacados de la antigua Grecia y protagonista de la Guerra de Troya, según la mitología.

El tesoro desenterrado en el interior del monumento funerario del Tesoro de Atreo es un testimonio del poder y la riqueza de la nobleza micénica. Los objetos encontrados, como máscaras funerarias, copas y joyas, ofrecen una visión invaluable de la cultura y el nivel de sofisticación alcanzados por esta antigua civilización.

La ciudadela de Micenas

A unos cientos de metros del Tesoro de Atreo, se encuentra la Ciudadela de Micenas. Ubicada en la cima de una colina estratégicamente situada, es uno de los aspectos más destacados de este fascinante sitio arqueológico. Al entrar por la majestuosa Puerta de los Leones, nos adentramos en un mundo de historia y mitología.

Las murallas ciclópeas, construidas con enormes bloques de piedra sin argamasa, se extienden alrededor de la Ciudadela, creando una impresionante fortificación defensiva. Estas murallas son una muestra asombrosa de la habilidad y destreza arquitectónica de los antiguos micénicos.

En el interior de la Ciudadela, nos encontramos con una variedad de estructuras y vestigios antiguos. El Palacio de Micenas, situado en el corazón de la Ciudadela, era el centro administrativo y político de la antigua ciudad. Aunque en gran parte en ruinas, aún es posible apreciar los restos de los corredores, salas y patios que una vez albergaron la vida cotidiana y las actividades ceremoniales de los micénicos.

Otro elemento destacado es el Pozo de las Ofrendas, un pozo subterráneo utilizado para rituales y como depósito de valiosos objetos. La escalera en espiral que conduce al pozo es una muestra de la ingeniería avanzada de la época.

Desde lo alto de la Ciudadela, se puede disfrutar de impresionantes vistas panorámicas de los alrededores, con el valle de Argólida extendiéndose ante nosotros. Esta ubicación estratégica permitía a los micénicos tener un control visual de la región y establecer su dominio sobre el comercio y la política.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.