Ordesa, un emblema del Pirineo
Es muy probable que el parque nacional de Ordesa y el monte perdido sea el paraje más emblemático del Pirineo aragonés. Esto es debido a varias razones: belleza, historia e importancia.
Sobre su belleza se puede comentar que se encuentra en una zona privilegiada, con montañas de más de 3.000 metros de altura. Acerca de su historia se puede decir que es el más antiguo de España, ya que se creó el 16 de agosto de 1918. Y finalmente por su importancia, que forma parte del patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Además el parque ofrece contacto con la naturaleza para todos los niveles de turistas. Tanto montañeros exigentes, como padres con hijos, verán satisfechos sus deseos.
Los alrededores, cómo llegar
Para llegar hasta allí… como íbamos desde Jaca pasamos por pueblos interesantes, como Linás de Broto y su preciosa iglesia de San Miguel:
Una vez que nos vamos acercando con el coche el trayecto se hace más montañoso. Los picos van aumentando su altura:
Pero nuestra primera parada era Torla. Allí hay que dejar el coche en el parking habilitado e ir en autobús hasta las praderas de Ordesa. El autobús de la compañía Tragsa cuesta alrededor de 5 euros ida y vuelta.
Comienza el itinerario
En nuestro caso hicimos un itinerario muy clásico. La subida hasta la cascada de la cola de caballo desde la pradera de Ordesa. Como ya he comentado anteriormente es posible hacer otros trayectos, como «La senda de los cazadores».
Nuestra ruta clásica tuvo una duración de alrededor de 5 horas, ida y vuelta sin ningún tipo de dificultad, a excepción de ser un recorrido largo.
Sobre el desnivel, sólo ida:
- Pradera de Ordesa (inicio): 1.310 m.
- Cascada de Arripas: 1.400 m.
- Cascada del Estrecho: 1.480 m.
- Circo de Soaso: 1.800 m.
- Cascada Cola de Caballo: 1.850 m.
Una vez que llegamos a las praderas empieza el camino, excelentemente señalizado, vamos, que es imposible perderse.
El paraje que se aprecia es realmente espectacular, con montes que rondan los 2.800 metros, como el Pico de Salarons (2.752), Punta Tobacor (2.751) y el Tobacor (2.769). Pero esto sólo es el preludio de lo que viene después.
El agua, un acompañante en el camino
El camino siempre va a cercano a la vereda del río Arazas, en donde encontramos varios saltos de aguas. El paisaje es de postal:
En el trayecto podemos ver las Gradas de Soaso, una serie de sutiles saltos de agua que nos acompañan en nuestra subida:
Cada vez más adentro del valle
Pero cada vez que nos adentramos más en este valle glaciar las paredes nos van rodeando, como la Faja de Pelay. Es por aquí por donde transcurre otro camino alternativo para llegar hasta la Cola de Caballo. Este camino comúnmente se llama la senda de los cazadores, un camino que transcurre paralelo al nuestro pero a unos cientos de metros de altura.
En nuestro caso hicimos el camino más sencillo, por abajo, que poco a poco se acerca al Circo de Soaso:
la Cascada de la Cola de Caballo, la recompensa del día
Y al final del circo nuestra recompensa, la Cascada de la Cola de Caballo, con un salto de 75 metros de altura:
¿Aún quieres más? El Monte perdido
Nuestra ruta acaba aquí, pero para mucha gente es el principio. Desde este punto se puede subir al refugio de Goriz (2.160 m) para pasar noche y al día siguiente subir el Monte Perdido, una mole de 3.335 metros de altura. Es decir, es el fin de la aventura turística y comienza el periplo montañero.
Las cimas son caprichosas. Pero cuando nos dejan verlas aparte del Monte Perdido podemos ver el Pico de Añisclo o Soum de Ramond (3.254), y la Torre de Goriz (2.797)