Berlín y el campo de concentración de Sachsenhausen, un recuerdo oscuro

Berlín y el campo de concentración de Sachsenhausen, un recuerdo oscuro

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Aviso a navegantes. Esta entrada no es para todo el mundo, contiene pasajes bastante duros. Pero creo que no podía ser de otra forma.

En una de las visitas que realicé a Berlín, visité el campo de concentración de Sachsenhausen. Este se encuentra en la localidad de Oranienburg, a unos 40 kilómetros de la ciudad.

Para llegar se puede tomar el tren desde Zoo Station, y dura aproximadamente 1 hora en llegar.

¿Cómo visitar el campo?

La entrada al campo es gratuita, pero creo que es una visita que se aprende muchísimo más con un guía, al fin y al cabo es historia.

En nuestro caso fuimos con una guía de la compañía New Europe Tours. Este tour no es gratis, cuesta entre 12 y 15 euros (reducción si eres estudiante), pero resulta una visita muy interesante. Incluso diría que incluso para cualquier persona que quiera conocer un poco de nuestro pasado reciente.

Todo el mundo ha visto alguna película acerca de los campos de concentración, pero realmente hasta que no cruzas el umbral de la entrada no te haces un 1% de la idea de lo que tuvo que ser eso.

Un horror maquinado por el ser humano

El campo de concentración de Sachsenhausen comenzó a funcionar el 12 de Julio de 1936. Se utilizó como campo «modelo«, inspirando el diseño del resto.

Su forma triangular proporcionaba a los guardias control absoluto sobre todos los ángulos del campo. Es chocante la clasificación de los campos nazis, puesto que existen campos de concentración y de exterminio. En un principio Sachsenhausen era un campo de concentración, hasta que se firmó la «solución final«. En ese momento se convirtió en una fábrica de muertos de un gran rendimiento.

Entre sus paredes se realizó la mayor operación de falsificación de moneda de la historia. La «Operación Krüge«, que fracasó por el inminente final de la guerra. Esta operación pudo hundir las economías inglesas y norteamericana al generar billetes idénticos a la libra y al dólar. La película Los falsificadores, refleja muy bien este capítulo de la historia «Los falsificadores», ganadora en el 2007 del Óscar a la mejor película extranjera.

La entrada

Cuando entras en el campo hay una explanada en la cual hacían a los prisioneros despojarse de todo tipo de pertenencias. Esta tarea tenía dos funciones, por un lado despojarles de todo tipo de identidad, y por otro lado aprovechar todo los objetos de valor que tenían.

En todos los campos en la entrada hay una frase, Arbeit Macht Frei (El trabajo os hará libres), manipulación pura y dura.

Las clasificaciones en el campo

Dentro del campo se les daba una especie de pijama con una identificación por colores que permitían a los guardias de las SS identificar los presuntos antecedentes para la encarcelación:

  • Judíos: estrella amarilla
  • Testigos de Jehová: triángulo púrpura
  • Criminales: triángulo verde
  • Prisioneros políticos: triángulo rojo
  • Grupos asociales (gitanos, vagabundos, rebeldes…): negro
  • Homosexuales: rosa
  • Extranjeros: azul y letra del país
  • Etcétera

Estos símbolos con diferentes colores eran combinables, así un judío holandés podía tener el triángulo amarillo que le identificaba como judío y la letra de su país.

Mano de obra barata

Las compañías alemanas durante varios años consiguieron mano de obra a precios ridículos. Pero no solamente trabajaban como peones, sino que también como cobayas.

En concreto en este campo de concentración se hicieron pruebas con botas militares. No suena tan mal, pero si te dicen que a los prisioneros se les daba a propósito números que no les correspondían y se les hacía andar diariamente 40 kilómetros…

Otras pruebas que se hicieron aquí fueron experimentos médicos, por llamarlos de algún modo. A la Alemania nazi debemos el mérito de habernos librado de la hepatitis. También de conseguir la píldora anticonceptiva, haciendo pruebas brutales, incluso inyectando cemento en las mujeres.

Las empresas no tuvieron ningún reparo en colocarse al lado del campo, que se lo digan a Bayer o a Siemens. Y es que no se podía desperdiciar la oportunidad de tener mano de obra barata.

En un intercambio de cartas entre los jefes de las SS y la empresa Bayer demuestra que un ser humano sólo era una cantidad de kilos. En las cartas la empresa Bayer comunica que necesita una remesa de 150 mujeres, pero que le parece excesivamente caro el pago de 200 marcos por mujer, que sólo pueden pagar 170. Unas semanas después Bayer les comunica que necesitan una nueva remesa porque todas habían muerto.

¿Se podía escapar?

¿cómo se podía escapar de este infierno? cuando el prisionero entraba había entrado por la zona A, la única posibilidad de salir era por la zona Z, el crematorio.

La solución más sencilla de acabar con semejante pesadilla era el suicidio. Los guardias tenían orden de tirar a matar si los prisioneros se acercaban a los muros. Muchos de ellos decidieron acabar con sus vidas de esta manera.

Los nazis se dieron cuenta que eran demasiados los que se suicidaban así. Por lo tanto decidieron no disparar a matar, de esta forma los prisioneros agonizaban antes de morir. Entonces muchos de ellos decidieron dar un paso más y electrocutarse con las vallas y así poner fin a su vida, una vez más el sadismo nazi les superó ya que bajaron el voltaje para que no fuera mortal en un primer momento, sino que les matara poco a poco y sirviera de ejemplo al resto.

Además el hacinamiento era inhumano, es la única palabra que se me ocurre. Los barracones estaban pensados para literas de dos alturas, pero tenían tantos prisioneros que se puso una más. En cada camastro dormían entre dos y tres personas.

Las empresas no tuvieron ningún reparo en colocarse al lado del campo, que se lo digan a Bayer o a Siemens.

La decisión final

Existían dos formas de ser asesinado cuando se firmó la decisión final, la cámara de gas o el tiro en la cabeza. Todo dependía si tenías dientes de oro o no ¿por qué esta diferencia? porque la cámara de gas utilizaba gases dañinos para el metal.

Si un preso tenía oro se le engañaba diciendo que tenía revisión médica, así de esta forma se simulaba que le iban a medir la altura. Así el recluso se mantenía apoyado a la pared y con un «medidor». En el otro lado de la pared había un soldado con órdenes de disparar por un diminuto agujero.

El soldado no sabía exactamente qué hacía ya que los nazis comprobaron que los soldados que disparaban de frente a sus víctimas tenían problemas psicológicos. Por lo tanto decidieron meterles en otro cuarto y darles la orden de que cuando se apagara una luz dispararan.

La liberación del campo

Al final de la guerra el ejército soviético entró en el campo liberando a los prisioneros. Pero aquí no acabó la historia del campo. Durante muchos años los comunistas lo utilizaron para realizar un «filtro», 15.000 personas fueron asesinadas por el ejército ruso, prisioneros de guerra, colaboradores nazis, opositores políticos… los nazis le pasaron el testigo a los liberadores. En la foto el memorial de la liberación del campo por parte del ejército rojo.

Las cifras son escalofriantes. 200.000 personas que pasaron por aquí y 50.000 fueron brutalmente asesinadas. Este es un viaje directo al pasado más negro de Europa, del cual no ha pasado tanto tiempo, aunque eso parezca.

Por eso es muy importante seguir manteniendo la memoria histórica de lo que pasó, para que no vuelva a suceder, solo muere lo que se olvida, y si esto muere puede volver a nacer.

Termino la entrada con las palabras del sacerdote luterano confesor de Hitler, Martin Niemöller. éste era en sus principios ferviente defensor del nacionalsocialismo y después de oír los planes del Führer en confesión, no pudo hacer otra cosa más que informar a la resistencia alemana cayendo preso.

«Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio, porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté, porque yo no era judío
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.»

Martin Niemöller

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. rojopicanton

    Impresionante crónica de tu viaje a Sachsenhausen. Nevado aún acojona más. Estuve a mediados de julio. A mediodía. 35ºC a la sombra. No podía (quería) llegar a hacerme a la idea de lo que aquello podía haber sido lleno de gente y con ese tiempo. Pero es que no quería ni imaginarme lo que sería con todo nevado y a -10ºC. Realmente, habían tantas posibilidades y maneras de morir que uno se hace cruces que haya supervivientes.

    PD: muy buenas fotos, como siempre!

    PD1: tienes razón, el campo debería ser de visita obligada. Muy cerca de Berlín, además. Con lo de la guía también estoy de acuerdo. Pero déjame colgarme una medalla: en mi caso, fui yo el que hice de guia: una carrera y centenares de libros después, cualquier campo de concentración no debería tener misterio para mi…aunque el barracón médico (por decir algo, presidido por la mesa de las autopsias) impacte al más impávido!

  2. David

    Pues sí rojopicantón, totalmente de acuerdo contigo, las condiciones de vida allí debieron ser inhumanas. Lástima no poder haber ido contigo y que nos explicaras de primera mano el campo. Igualmente si hay algún error en el texto encantado de corregirlo.

    ¡Hasta la próxima!

  3. rojopicanton

    No, no, que ahora habré quedado pedante y todo!

    El texto está muy bien, y las fotos insuperables. La diferencia entre las condiciones climáticas en verano e invierno es brutal. Yo fui con Lai, que no sabía bien lo que se encontraría, así que ejercí de guía "autóctono" y creo que salió habiendo aprendido algo más. Me doy por satisfecho!

    Error en el texto? No, ninguno, pero me hizo gracia lo de la "PueSta de Brandeburgo" (aunque sea una fe de errata) xD

  4. David

    Hola rojopicanton, de pedante nada, simplemente que me parece un tema demasiado delicado como para poner algo semi inventado por haberlo leído en no se qué página de Internet. De hecho también se lo voy a comentar a la guía, a ver si cuela. Laister arte!