San Ignacio Miní, las ruinas que hablan

San Ignacio Miní, las ruinas que hablan

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¿Os acordáis de la película «la misión«? ¿Robert de Niro y Jeremy Irons en la selva entre Argentina y Brasil? Pues éstas son las ruinas donde rodaron la película. A principios del siglo XX estaban totalmente abandonadas e invadidas por la selva.

Os voy a meter un poco de chapa histórica. Es un sitio declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, y en su apogeo llegó a contar con una población de 4.500 guaraníes (podía albergar unas 6.000 personas).

Expulsados los Jesuitas del continente en 1767, San Ignacio Miní sobrevivió hasta que fue destruida, como otros pueblos, durante las continuas guerras fronterizas entre brasileños, paraguayos y argentinos.

Las ruinas

Las ruinas se encuentran en la población argentina de San Ignacio, en la provincia de Corrientes. Del conjunto han quedado insertadas en el actual trazado de San Ignacio. Fuera del perímetro cercado se encuentran partes del núcleo urbano.

Las misiones, no fueron idílicos paraísos terrenales poblados por «buenos salvajes» reconvertidos al cristianismo. Realmente fueron puestos de frontera en los que primaban los intereses de la corona española por afianzarse en la zona.

Estas poblaciones tuvieron bastante éxito debido a que los Jesuitas no aplastaron la cultura de los pueblos que constituían las misiones, de hecho aprendieron la lengua de los indígenas y conservaron sus jefes o caciques. Pero no todo es de color de rosa, los indígenas debían adorar a un dios que no era el suyo, y amarrarse a un orden tributario y político pre – establecido.

Los guaranís eran muy diestros a la hora de hacer trabajos manuales, pero todavía no podía pensar en dibujos de tres dimensiones, por lo que estos trabajos eran encomendados a europeos.

La comunión con la naturaleza

La zona está completamente invadida por la naturaleza, la cual se ha abierto camino. Ahora quedan cuatro piedras de lo que fue en otro momento.

Termiteros: y los había más grandes, hasta de dos metros de altura, pero cualquiera se acerca. Como podéis apreciar en esta imagen y en la de arriba éste tipo no es especialmente inteligente.

 

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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