Desde su fundación se ha llamado de varias formas. Charcas, La Plata, Chuquisaca y finalmente, tras la revolución e independencia del Imperio Español, Sucre.
La ciudad es especial, por un lado es la capital universitaria de Bolivia, eso es patente al recorrer las calles, llenas de estudiantes. Por otro lado, el poder judicial del gobierno se concentra en esta pequeña ciudad de 230.000 habitantes, y no en La Paz.
Al igual que Arequipa en Perú, a esta ciudad también la llaman la Ciudad Blanca. Y no es para menos teniendo en cuenta que todo el casco antiguo es totalmente blanco. Desde 1991 es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La ciudad no tiene nada que ver con otras ciudades de Bolivia. Parques, jardines, tranquilidad… es como un micro-clima dentro de este país, exceptuando por cierta agitación política ya que Evo Morales no esta demasiado bien visto.
¿Dónde alojarse?
- Alojamiento: Amigo Hostel
- Precio: 3 euros
- Apuntes: un sitio para evitar. No es ninguna maravilla, el desayuno escaso, cocina muy mal equipada y hasta tienes que tener tu propio papel higiénico.
Palacio de gobierno
Y es que esta no es una ciudad cualquiera dentro de Bolivia. Sucre es sede de la Corte Suprema de Justicia, del Tribunal Constitucional, del Consejo de la Judicatura y de la Fiscalía General de la República. Es también asiento del Tribunal Agrario Nacional y de la Asamblea Constituyente. De hecho la ciudad reclama ser la capital de Bolivia en detrimento de La Paz.
Una ciudad señorial
La elegancia de los edificios del centro de la ciudad así lo confirman. Por ejemplo la Corte Suprema de Justicia o la Casa de la Libertad, donde se firmó el acta de independencia de Bolivia.
La Catedral Metropolitana de Sucre ,es otro de los edificios más importantes de la ciudad:
Unas buenas vistas
Si se quieren apreciar las mejores vistas de toda la ciudad, tendrás que acercarte al Mirador y Convento de la Recoleta. Un sitio imprescindible para relajarse por la tarde, y quizás comprar algo de artesanía de los comerciantes.
Basílica de San Francisco
La ciudad esta plagada de imponentes iglesias. Además es una de las ciudades con arquitectura hispánica mejor conservada en América. Con calles empedradas, fuentes labradas en granito, iglesias antiguas, casa techadas con tejas de barro cocido espolvoreadas con cal y con paredes blancas, es una ciudad que no deja indiferente a nadie.
La Basílica de San Francisco es un buen exponente de ello. Es una de las iglesias más antiguas de Sucre, ya que data de 1539.
Palacio del Principado de la Glorieta, un espacio muy bizarro
Parece que la ciudad es muy mona y ordenada ¿no? pues en sus alrededores también hay sitios surrealistas, como el Palacio del Principado de la Glorieta. El sitio no está bien comunicado, aunque existe un microbús que se puede abordar desde la Avenida Hernando Siles, con dirección a la carretera que conduce a Potosí.
Este excéntrico castillo perteneció a los príncipes de la Glorieta, que vivieron en el siglo XIX. Junto con el Palacio da Pena de Sintra, es el castillo más raro que he visto en mi vida. Tan raro que se pueden encontrar tantos estilos como países hay en Europa.
Quizás esto último sea una exageración, pero se puede encontrar desde un estilo holandés renacentista, pasando por el románico, bizantino, árabe o gótico. En fin, que a falta de elegir un estilo para mi palacio me quedo con todos.
En su momento el INEM español lo utilizaba como escuela taller. Me ha sorprendido la cantidad de proyectos que tiene el gobierno de España aquí. No se si será para pedir perdón por tiempos pasados.
La economía
El salario mínimo en Bolivia ha incrementado mucho en los últimos años. Ha subido de los 450 bolivianos en 2007 a algo más de 2.000 en el año 2018. Estamos hablando que de unos 57 euros se ha pasado a más de 260.
Sin embargo, en 2017 Bolivia ocupa el puesto 118 en el ranking de desarrollo humano, por lo que aún queda mucho por hacer.
Además, sigue existiendo mucha economía sumergida, con salarios que no son los legales, y que poco a poco, debe cambiar.
Curiosidades de la ciudad
