Camino de Santiago. Etapa 1: Saint Jean de Pied de Port – Espinal

Camino de Santiago. Etapa 1: Saint Jean de Pied de Port – Espinal

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Tras realizar las etapas más montañosas del camino, esta etapa la considero la más espectacular de todas. El paisaje es increíble, atravesando parajes de una belleza digna de una postal. Tanto Saint Jean de Pied de Port, como Roncesvalles, y todo el paso del Pirineo es un auténtico espectáculo.

Características de la etapa

  • Etapa 1:  Saint Jean de Pied de Port (Donibane Garazi) – Espinal (Aurizberri)
  • Kilómetros: 31 km.
  • Desnivel: 1.265 metros de desnivel positivos.
  • Dificultad: alta.

La salida en Saint Jean de Pied de Port

Queríamos que el camino de Santiago empezase a lo grande, así que comenzamos el trayecto atravesando los Pirineos desde Francia, concretamente desde Saint Jean de Pied de Port (en euskera Donibane Garazi), pasando Roncesvalles (Orreaga), y de ahí a nuestro destino final, Espinal (Aurizberri)

Para llegar a Donibane Garazi hay varias formas. En nuestro caso tuvimos suerte de contar con un amigo que nos acercó hasta Roncesvalles. Desde allí contratamos un taxi que nos llevó hasta Donibane Garazi (50 euros en total – 35 minutos).

Una vez allí «fichamos» en la oficina de turismo, y nos pusimos en camino. Lamentablemente no nos pudimos detener demasiado en el pueblo, que algún día lo describiré con más detenimiento.

Para poneros en contexto comentaros que Donibane Garazi es la capital de la Baja Navarra. De hecho, aún mantiene en el escudo el rojo y las cadenas de Navarra, y se puede considerar uno de los pueblos más bonitos del País Vasco francés (o Iparralde en euskera). Sus calles empedradas trasladan al transeúnte a una época medieval. Si se está por la zona… bien merece una visita.

El paisaje es increíble, atravesando parajes de una belleza digna de una postal

La eterna subida

La etapa es dura, para qué engañarnos. Son 20 kilómetros subida contínua hasta Lepoeder. Sin embargo, los paisajes compensan con creces. De hecho nada más salir de Saint Jean de Pied de Port, los prados colindantes nos reciben con esta estampa:

Pero lo dicho, la subida no da tregua, las señales son claras y no hay mucha pérdida. Sin embargo en época de invierno está prohibido subir hasta Lepoeder, y hay que seguir la ruta por Arnéguy y Valcarlos, con mucho menos desnivel.

De hecho son comunes los rescates en esta zona. Sólamente en 2017 se han tenido que rescatar a 37 personas. Pero no te asustes, si eres consciente de dónde estás y sigues las indicaciones, no hay ningún peligro.

Además, el Pirineo te regala estampas como éstas:

Nosotros a lo nuestro, tras una acogedora lluvia, nos tocó subir, subir y subir. Y de vez en cuando hacer alguna para como en el albergue de Orisson.

Atrás quedaros las bellas imágenes de Iparralde:

Los bosques navarros

Si el lado de Iparralde nos ofreció unos bonitos paisajes (sobre todo al principio, cuando no había niebla), el lado navarro nos recibió con unos bosques dignos de una película de Tim Burton. Probablemente esa parte del recorrido, entre hayedos y niebla, es uno de los mejores recuerdos que me llevo del Camino de Santiago.

Independientemente de la época del año, los bosques en Navarra son alucinantes, y en esta zona lo dejan muy claro.

El lado navarro nos recibió con unos bosques dignos de una película de Tim Burton

Eso sí, la niebla no daba tregua:

Lepoeder

Lepoeder quiere decir en euskera «cuello bonito«. Lo cierto es que con la niebla que había no sabemos si el cuello era bonito o feo, pero sí que había un horizonte blanco a 5 metros de nuestras narices. Así llegamos al collado y a la cima de Lepoeder, el punto más alto del recorrido, a 1430 metros de altura:

La llegada a Roncesvalles

Para bajar a Roncesvalles desde Lepoeder existen dos opciones. La más corta tiene unos 3,6 kilómetros y es muy empinada, casi casi como un tobogán. La parte buena… que baja por un bosque alucinante en el monte Donsimon.

La alternativa es algo más larga, 4 kilómetros, y pasa por el alto de Ibañeta, el cual con un día despejado es precioso:

Sea cual sea el camino escogido se llega a la colegiata de Roncesvalles. Un pueblo que tiene tasados 30 habitantes ¿Cómo puede ser importante? la respuesta es simple, es la primera etapa del camino de Santiago en la península. La Real colegiata de Santa María Roncesvalles desde hace ya varios siglos ha dado refugio a los peregrinos que realizaban el paso de Ibañeta. Su construcción data del siglo XIII por parte de Sancho VII el Fuerte.

Cientos de peregrinos pasan por aquí a lo largo del año y se alojan en su albergue, donde por cierto, hay una inmensa cola para sellar, así que paciencia.

¿Fin de la etapa?

Nuestro punto final no fue en Roncesvalles, sino en un pueblecito llamado Espinal (Aurizberri en euskera). Los pueblos de esta zona bien merecen detenerse a hacer una visita, pero éste es especialmente bonito.

Allí nos alojamos en el Hostal Haizea. Un agradable hostal que te hará sentir como en casa. En mi caso, al ser navarro, lo frecuento con asiduidad. Hasta éste momento sólo había venido a comer, pero puedo decir que el alojamiento y sus camas no me defraudaron, por el precio que pagamos (12 euros la noche) es imposible pedir más.

Por cierto, la comida es alucinante, carnes y pescados de primera. Y la tarta de queso una locura 🙂

Las curiosidades del día

En el albergue de Orisson tienen unos cuadros que no sé que me da que idealizan / sexualizan un poquiiiiiiito a la mujer

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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