En el oeste de Navarra, y a unos 50 kilómetros de la capital Pamplona, se encuentra Estella (Lizarra en euskera, «lugar de fresnos»). Esta interesante población tiene un patrimonio cultural y artístico muy elevado para una población de apenas 13.800 habitantes.
Estella también es capital de la Merindad de Estella, una de las cinco merindades administrativas en las que está dividida Navarra. La merindad, también llamada Tierra Estella o Lizarreria en euskera, tiene alrededor de 70.000 habitantes.
Si los paisajes en Navarra difieren muchísimo del norte al sur, sucede lo mismo en Tierra Estella: las tierras de labranza del sur no tienen nada que ver con los bosques de hayas y verdes pastos del Parque natural de Urbasa – Andia, al norte de la merindad. En resumen, en poco espacio tienes mucho para ver y contrastar.
Un poco de historia
Estella fue fundada en el año 1090 por el rey Sancho Ramírez, monarca de Pamplona y Aragón, en lo que era un pequeño poblado vascón llamado Lizarra. Su finalidad fue doble, ser ciudad fronteriza con los musulmanes, así como parada obligatoria dentro del Camino de Santiago.
Hoy en día, el Camino de Santiago a su paso por Navarra no se entiende sin una visita a esta bonita ciudad. Que los edificios de los años setenta y ochenta de los barrios más nuevos, no te impidan apreciar el enorme valor artístico y cultural de su parte vieja.
Además, la ciudad está rodeada de montañas, como el histórico Montejurra (Jurramendi), Cruz de los Castillos, Belastegi, Santa Bárbara… y más al norte la enorme meseta de Urbasa.
Quizás la ciudad contemporánea no tenga el esplendor de antaño, cuando se la llegó a llamar en el siglo XII «La Toledo del norte«, o más allá, en el siglo XY, «Estella la Elegante«. Y es que además de la cantidad de palacios, iglesias, conventos y puentes, tenía un cinturón amurallado defendido por varios castillos.
Es posible que, de mantener todo su patrimonio, Estella hubiese sido una de las ciudades más bonitas del norte de la península.
A la derecha del río Ega, una buena cantidad de monumentos
Como cualquier ciudad monumental, Estella tiene su buena dosis de edificios interesantes. En la parte derecha del río Ega, nos encontraremos con el emplazamiento original de la ciudad.
La iglesia del Santo Sepulcro
En esta parte del río Ega, se encuentra el edificio inacabado de La Iglesia del Santo Sepulcro. Es la primera impresión que se llevan los peregrinos cuando acceden a Estella, y no puede ser más monumental.
Construida en el último tercio del siglo XII, tiene una de las mejores portadas góticas de toda Navarra. La portada, encargada a artistas franceses, representa varias historias de la vida de Jesús, desde la última cena al descenso a los infiernos.
Es posible que, de mantener todo su patrimonio, Estella hubiese sido una de las ciudades más bonitas del norte de la península.
El castillo de Zalatambor
Como ya he comentado anteriormente, Estella tuvo hasta cuatro castillos a la vez: Zalatambor, Belmecher, La Atalaya y el Castillo Mayor. Se trataba de una de las residencias habituales de los reyes de Navarra, donde Carlos II y Carlos III pasaron largas estancias.
El castillo más antiguo es el de Zalatambor, en un risco sobre el que se alza una cruz de hierro bien visible desde toda Estella. Hoy en día apenas quedan una piedras de las murallas, de lo que debió ser un castillo roquero de primer nivel.
Desde hace unos años se han rehabilitado partes de las ruinas, y es posible ver estancias como las de las cocinas, pero hay que tener mucha imaginación para sacar algo en claro de lo que debió ser.
Eso sí, si te animas a subir la colina, tendrás las mejores vistas de toda la ciudad de Estella. No es demasiado complicado y merece la pena.
Otras iglesias y la judería
En Estella se pueden apreciar varias iglesias y conventos interesantes. De hecho, la ciudad no tenía uno, sino cuatro conventos: Recoletas, Santo Domingo, Santa Clara y San Benito (ahora reconvertido en un multicines)
Además de la citada iglesia del Santo Sepulcro, aquí podremos ver la iglesia María Jus del Castillo (debajo del castillo), en el espacio donde se levantaba la Sinagoga de Elgacena, antigua judería o el convento de Santo Domingo.
Iglesia de San Pedro de La Rúa
Pero sin lugar a dudas, la iglesia de San Pedro de La Rúa brilla especialmente. Con su característica torre que parece de una fortaleza, y su planta irregular, ya que la iglesia se encuentra justo debajo de los riscos de los castillos, se construye en el último cuarto del siglo XII.
Su estilo es románico tardío y en su interior aguarda una pequeña joya, un claustro del siglo XII que posee un rico conjunto escultórico del románico navarro.
Palacio del ayuntamiento y de los Reyes de Navarra
Justamente enfrente de la iglesia de San Pedro de La Rúa se encuentra el Palacio de los Reyes de Navarra. Construido en el siglo XII, es una pequeña joya del románico civil.
Además de palacio, ha servido de cárcel. En tiempos menos convulsos como los de ahora, alberga el Museo Gustavo de Maeztu.
Sin salir de la zona, la calle Rúa
Es curioso en nombre de la calle, y más si lo ves en un mapa bilingüe, ya que pone «Calle Rua Kalea», tres palabras para decir lo mismo.
En esta calle medieval se pueden ver varios edificios palaciegos muy interesantes, como el Palacio San Cristóbal, donde se pueden ver exposiciones culturales, o el Museo del Carlismo, muy presente es su tiempo por esta zona.
En esta calle siempre ha habido tiendas. En su momento, la comunidad judía fue muy importante, llegando hasta a un 10% de la totalidad de la población con 180 hogares. Muchas de las tiendas pertenecían a familias judías, antes de su expulsión en 1498.
A la izquiera del río, la expansión de Estella
A finales del siglo XII, Estella creció en el otro margen del río Ega en torno a la peña de “La Mota”. Si cruzamos al otro lado, por ejemplo, desde el empinado Puente de la cárcel, cantidad de comercios y otros sitios muy interesantes.
Iglesa de San Miguel
A finales del siglo XII, y con el crecimiento de la ciudad, se construye la iglesia – fortaleza de San Miguel, que tanto llama la atención desde el castillo de Zalatambor.
La imponente torre de la iglesia-fortaleza fue desmontada tras la conquista de Navarra por Castilla en 1512. La torre original contaba con almenas y otros elementos defensivos.
Al lado de esta imponente iglesia se encuentra la original calle Chapitel. En época medieval se trataba de un espacio en tierra de nadie, ya que separaba los diferentes burgos que conformaban la ciudad.
Cuando se unificó la ciudad, en 1266, aquí estaba el chapitel donde se almacenaba la sal, la ceca de la moneda o la casa del vínculo, donde se guardaba el grano municipal.
La Plaza de los Fueros el corazón de la Estella actual
Pero no sólo de historia vive el hombre. Hoy en día, los estelleses y estellesas se reúnen en la Plaza de los Fueros, presididos por la Iglesia de San Juan Bautista.
Además de esta iglesia, se trata de una enorme plaza de esparcimiento y ocio, rodeada de bares y restaurantes. El restaurante La Cepa o el Astarriaga, o los bares Florida y Monjardín dan buena fe de ello.
Nos alejamos un poco del centro
Un poco más alejado del centro, se encuentra la Basílica de nuestra Señora del Puy (Puy proviene del francés altonazo o cerro), del famoso arquitecto Víctor Eusa, realizada en un estilo neogótico y ecléctico.
Dónde comer
Además de la Plaza de los Fueros, donde los bares y restaurantes tienen bastante calidad y en verano se está genial en las terrazas, aconsejo el bar restaurante Casanova.
Para menús o bocadillos económicos, el bar Katxetas está genial, donde verás el ambiente más abertzale de la ciudad.
Por cierto, el gorrín asado es el plato típico de la zona. Además, toda la zona es tierra de vinos, así que podrás degustarlo con un buen caldo. Y dependiendo de la época, también podrás disfrutar de verduras de temporada, pimientos del piquillo, «calvotes» o alubias rojas, queso de Urbasa, y terminar con un buen patxaran.
Pasear, pasear y pasear
Para finalizar esta entrada, comentar que la mejor manera de conocer un sitio es sin prisa, paseando. Así que te aconsejo que lo hagas en esta magnífica ciudad, que disfrutes de sus monumentos, de sus parques al lado del río, o simplemente de una buena cerveza en una terraza.
En esta entrada no están todos los puntos interesantes de la ciudad, ya que faltan varios, como la Puerta de Castilla, el Paseo de los Llanos, la Biblioteca, el Edificio de La Estación… así que te animo a que recorras esta bonita ciudad.