Creo que por muchas fotos y reportajes que hayas visto, nada te prepara para ver las pirámides de Giza en persona. El espectáculo es colosal. Sin lugar a dudas, uno de los sitios más impactantes del mundo, quizás el que más.
Este enclave, situado a las afueras de El Cairo, en la ciudad hermana de Giza, alberga algunas de las maravillas más impresionantes del mundo antiguo: las Grandes Pirámides, la Esfinge y una rica historia que te transportará al apogeo de los faraones. Aquí te dejo algo de información para disfrutar al máximo de tu visita a Giza.
Un poco de historia
El complejo de Giza fue construido hace más de 4,500 años, durante la IV Dinastía del Imperio Antiguo de Egipto. Este sitio era la necrópolis real de faraones como Keops, Kefrén y Micerinos. Las pirámides no solo eran tumbas, sino representaciones del poder divino y conexión espiritual con los dioses. A pesar de los siglos, estos monumentos siguen en pie, desafiando al tiempo y maravillando a millones de visitantes.
Las grandes pirámides
El complejo tiene tres pirámides que sobresalen por su tamaño y majestuosidad. Se trata de las Pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos. Descritas y fotografiadas en millones de ocasiones, el paso del tiempo les ha sentado bien, y envejecen con elegancia.
Las pirámides originales estaban completamente revestidas con bloques de piedra caliza blanca pulida, extraídos de canteras cercanas como Tura. Este acabado hacía que las pirámides reflejaran la luz solar, dándoles un brillo casi celestial.
Lamentablemente, gran parte de este revestimiento fue retirado durante la Edad Media para ser utilizado en la construcción de mezquitas y edificios en El Cairo. Sin embargo, los restos en la cúspide de la pirámide de Kefrén son un recordatorio visual del esplendor original de estas estructuras.
La Pirámide de Keops: La Gran Pirámide
Construida hace más de 4,500 años, la pirámide de Keops (también conocida como Jufu) es la más grande del complejo, con una altura original de 146 metros, que hoy llega a 138 metros debido a la pérdida de su revestimiento y cúspide. Esta colosal estructura fue construida con más de 2.3 millones de bloques de piedra caliza y granito, muchos de los cuales pesan varias toneladas.
Originalmente, la pirámide estaba completamente revestida con piedra caliza blanca pulida, lo que la hacía brillar bajo el sol como una joya monumental visible desde kilómetros. Aunque parte de ese revestimiento se perdió a lo largo de los siglos debido a terremotos y su reutilización en otras construcciones, puedes encontrar restos en la base.
En su interior, destaca la Gran Galería, un pasillo que conduce a la Cámara del Rey, donde originalmente se albergaba el sarcófago del faraón. Este recorrido es angosto y caluroso, pero ofrece una visión única de la técnica de construcción y la escala de esta maravilla arquitectónica.
La Pirámide de Kefrén: el engaño de la altura
La pirámide de Kefrén (también conocida como Jafra), construida por el faraón del mismo nombre, hijo de Keops, es la segunda más grande del complejo de Giza. Originalmente tenía una altura de 143 metros, aunque hoy alcanza 136 metros debido a la pérdida de su cúspide y el desgaste con el tiempo. Sin embargo, a pesar de ser más pequeña que la Gran Pirámide, su ubicación estratégica en un terreno ligeramente elevado le otorga una apariencia más majestuosa y prominente desde ciertos ángulos.
Este monumento fue construido con bloques de piedra caliza y revestido originalmente con piedra caliza blanca pulida, lo que le daba un aspecto resplandeciente bajo el sol. A diferencia de la pirámide de Keops, la de Kefrén conserva en su cúspide parte de este revestimiento original, lo que nos ofrece una idea del esplendor que debió tener en la antigüedad. Su base, como las demás, muestra losas masivas, y los lados de la pirámide reflejan un diseño geométrico impresionante.
El interior de la pirámide es más sencillo que el de Keops, con un diseño que lleva directamente a la cámara funeraria, donde probablemente estuvo el sarcófago del faraón. Sin embargo, fue saqueada en la antigüedad, y los tesoros que contenía han desaparecido. Un dato curioso es que los saqueadores, en su afán por entrar, dejaron una gran grieta visible en su estructura.
El Templo del Valle, asociado con esta pirámide, se encuentra en excelente estado de conservación y está conectado directamente con la Gran Esfinge. Este templo era utilizado para rituales religiosos y funerarios en honor a Kefrén. La pirámide, junto con la Esfinge y el templo, forma un conjunto monumental que evidencia la estrecha relación entre religión, poder y arquitectura en el antiguo Egipto.
La Pirámide de Micerinos: pequeña y elegante
La pirámide de Micerinos (o Menkaura), el nieto de Keops, es la más pequeña de las tres principales, con una altura original de 66 metros, ahora reducida a 62. Lo que le falta en tamaño lo compensa con elegancia. Se construyó con bloques de granito más grandes que las otras pirámides, lo que refleja la complejidad y el esfuerzo en su diseño. Esta pirámide también estaba revestida, pero solo parcialmente con granito rosado, lo que la hacía distintiva frente a sus vecinas.
Dentro de la pirámide, los corredores son más simples que en las de Keops y Kefrén, lo que puede reflejar el menor tiempo que tuvo Micerinos para completarla debido a su muerte temprana.
En el siglo XII, Al-Aziz Uthman, hijo del famoso Saladino y gobernante ayubí de Egipto, intentó desmantelar la pirámide de Micerinos con la intención de reutilizar sus piedras en otras construcciones. Sin embargo, la tarea resultó ser extraordinariamente difícil, incluso para un ejército equipado con herramientas de la época. Los trabajadores lograron retirar algunos bloques de piedra de la cara norte de la pirámide, dejando una gran hendidura que aún es visible hoy. Después de gastar enormes recursos y tiempo sin avances significativos, Al-Aziz abandonó el proyecto, dejando la pirámide intacta, pero marcada por este intento fallido de alterarla que es tan visible hoy en día.
Las otras Pirámides del complejo
Además de las tres principales, el complejo de Giza incluye varias pirámides subsidiarias. Estas eran conocidas como «pirámides de la reina» y estaban destinadas a las esposas y familiares de los faraones.
- Pirámides satélite de Keops: Tres pequeñas estructuras cercanas a la Gran Pirámide, que probablemente sirvieron como tumbas para sus esposas y otros miembros importantes de la corte.
- Pirámides subsidiarias de Micerinos: Tres estructuras más pequeñas construidas junto a su pirámide, aunque con menor nivel de detalle y conservación.
Además, en las cercanías hay restos de mastabas, tumbas rectangulares de altos funcionarios y nobles, que permiten apreciar la jerarquía social de la época.
La Gran Esfinge: el guardián de Giza
La Gran Esfinge, uno de los monumentos más emblemáticos de Egipto, es una impresionante escultura de piedra caliza que combina el cuerpo de un león con el rostro humano, probablemente representando al faraón Kefrén, cuyo complejo funerario está justo detrás de ella.
Este colosal guardián mide 73 metros de largo, 19 metros de ancho y 20 metros de alto, lo que la convierte en una de las esculturas monolíticas más grandes del mundo.
Se cree que la Esfinge fue tallada durante el reinado de Kefrén, hace más de 4,500 años, aunque algunos estudiosos sugieren que podría ser aún más antigua, basándose en patrones de erosión en la roca. En la mitología egipcia, los leones simbolizaban el poder y la protección, mientras que el rostro humano representaba la inteligencia. Así, la Gran Esfinge encarna la unión de fuerza y sabiduría, sirviendo como un protector simbólico del complejo funerario de Giza.
A lo largo de los siglos, la Esfinge ha sufrido daños significativos. Su nariz, que medía aproximadamente un metro, fue destruida en algún momento de la antigüedad. Existen varias teorías al respecto: algunos creen que fue vandalizada durante el período mameluco, mientras que otros apuntan a saqueadores. También ha perdido su barba ceremonial, parte de la cual se encuentra exhibida en el Museo Británico.
Otro misterio fascinante son las cámaras y túneles que se han encontrado bajo la Esfinge. Aunque algunas teorías especulan que podrían contener tesoros o secretos de la civilización egipcia, no se ha encontrado evidencia concluyente sobre su propósito.
Qué hacer en Giza
La respuesta a este título es obvio: disfrutar de las pirámides. Para ello, puedes ir a los miradores que ofrecen las mejores vistas y fotografías de la zona. Para llegar lo puedes hacer caminando (unos 20 minutos), o bien con camellos u otros servicios. Si lo haces en camello, ten cuidado con los precios y negocia antes de montar.
Nosotros no somos muy amantes de utilizar animales para temas turísticos, así que fuimos caminando, que es totalmente viable si tienes un poco de tiempo. Si has llegado hasta aquí, ir a alguno de los miradores para ver las Pirámides es algo imprescindible.
También puedes visitar el interior de las pirámides. Aunque te tengo que advertir que en el interior no hay nada, y si sufres de claustrofobia, quizás no sea el mejor sitio del mundo para ti. Eso sí, si quieres decir que has estado dentro de una Pirámide, este es tu sitio.
Para finalizar, te recomiendo que veas el espectáculo de luces nocturno. Existe un truco para disfrutarlo sin tener que pagar por él, y es cenando en alguna de las numerosas terrazas que hay cerca de La Esfinge. Hay restaurantes de todo tipo (hasta pizzerías de cadena), y no son caros.
Lo cierto es que este es un sitio donde podrías pasarte horas y horas. Si te gusta la fotografía, aquí podrías perder la noción del tiempo. Bendito problema.