Egipto y los templos de Karnak y Luxor

Egipto y los templos de Karnak y Luxor

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Nuestro primer día de viaje por Egipto comenzó con uno de los premios gordos: la visita de los grandiosos templos de Karnak y Luxor, en la antigua Tebas. El viaje no podía comenzar de una mejor manera.

El templo de Karnak: Un complejo sagrado colosal

El Templo de Karnak, situado en la ciudad de Luxor, es uno de los complejos religiosos más grandes e impresionantes del mundo antiguo. Rodeado de una muralla de 8 metros de espesor, su perímetro de alrededor de 2.400 metros hace plantearse cómo es que hace tanto tiempo, esta civilización estaba tan sumamente avanzada.

Su construcción comenzó en el Reino Medio, alrededor de 2000 a.C., y fue ampliado por más de 30 faraones durante 2.000 años, hasta el periodo ptolemaico. Este sitio se dedicó principalmente a la adoración de Amón-Ra, el dios principal del panteón egipcio en Tebas, aunque también incluye santuarios dedicados a Mut y Jonsu, que, junto con Amón, forman la tríada tebana.

A continuación, te contamos sobre las áreas y elementos más fascinantes de este complejo monumental.

El Gran Pilono

El Templo de Karnak cuenta con diez pilonos (puertas monumentales) distribuidos a lo largo de su estructura, y el Gran Pilono es la puerta de entrada principal. Este pilono colosal, que se erige como una torre de piedra de 40 metros de altura, marca la entrada al complejo y da paso a la majestuosa Avenida de las Esfinges.

La Avenida de las Esfinges, la vía ceremonial

La Avenida de las Esfinges, una vía ceremonial de aproximadamente tres kilómetros que conecta el Templo de Karnak con el Templo de Luxor. Está flanqueada por esfinges con cabezas de carnero (símbolo de Amón-Ra). Esta avenida se utilizaba en festividades como la procesión de Opet, un festival en el que las estatuas de los dioses se transportaban desde Karnak a Luxor para renovar los lazos entre los faraones y las divinidades.

La Sala Hipóstila: El Bosque de Columnas

La Sala Hipóstila de Karnak es una de las áreas más espectaculares y reconocidas del templo. Esta enorme sala, construida por Seti I y Ramsés II en el siglo XIII a.C., ocupa un área de más de 5,000 metros cuadrados y está compuesta por 134 columnas distribuidas en 16 filas. Las columnas centrales alcanzan una altura de 23 metros y están decoradas con relieves y jeroglíficos que relatan historias mitológicas, victorias militares y rituales religiosos.

Estas columnas, coronadas con capiteles en forma de papiro, representan el pantano primordial de donde surgió la creación según la mitología egipcia. Al caminar por esta sala, los visitantes pueden observar de cerca los detalles de los relieves y sentir la grandiosidad que evocaba el templo en su apogeo.

El Lago Sagrado: Un Espacio de Purificación

El Lago Sagrado de Karnak es otro de los elementos fascinantes de este complejo. Este lago artificial, excavado durante el reinado de Tutmosis III, fue utilizado por los sacerdotes para sus rituales de purificación antes de entrar en los recintos sagrados. El lago también simbolizaba el «Océano Primordial» o Nun, la fuente de la creación en la mitología egipcia.

Hoy en día, el lago sigue existiendo y, junto a él, encontramos uno de los elementos más curiosos y simbólicos del templo: el Escarabajo Sagrado de Karnak.

El Escarabajo de Karnak: Símbolo de Protección y Buena Suerte

Cerca del Lago Sagrado se encuentra el famoso Escarabajo Sagrado de Amenhotep III, una estatua de gran tamaño tallada en granito que representa al dios Jepri (Khepri), el dios solar asociado con la creación, el renacimiento y la renovación. En la cultura egipcia, el escarabajo pelotero era símbolo de la renovación de la vida, ya que este insecto empuja una bola de estiércol en la que deposita sus huevos, una metáfora de cómo el sol era empujado a través del cielo cada día.

Existe una tradición popular entre los visitantes del Templo de Karnak: se dice que dar vueltas alrededor del escarabajo en sentido contrario a las agujas del reloj (generalmente se recomiendan siete vueltas) trae buena suerte, fertilidad y éxito en el amor. Esta creencia tiene raíces en la veneración egipcia al escarabajo como protector de la vida y la prosperidad.

Perderse por las ruinas, divino regalo

El complejo es enorme. En la entrada, una maqueta lo explica perfectamente. Sin lugar a dudas, lo que más disfruté de la visita fue cuando nos dejaron tiempo libre y pude visitar las ruinas por mi cuenta. Estar en un sitio con miles de años de antigüedad, y tan bien conservado, impone. Por muchos reportajes que se hayan visto, la experiencia no tiene nada que ver.

El templo de Luxor: la conexión entre la realeza y la Eternidad

A diferencia del Templo de Karnak, que fue concebido principalmente como un centro religioso dedicado al culto de Amón-Ra y a la tríada tebana, el Templo de Luxor se centraba en la legitimación del poder del faraón y en su conexión divina con Amón-Ra. En el templo de Luxor se celebraba el festival de Opet, en el que se reforzaban los lazos entre el faraón y los dioses para renovar su poder y asegurar la prosperidad del país. Así, mientras Karnak representa un espacio de devoción a los dioses, Luxor simboliza el papel divino del faraón como gobernante y su vínculo directo con las deidades.

La Entrada Monumental de Ramsés II

El Templo de Luxor tiene una entrada monumental que deja a los visitantes sin aliento: el Gran Pilono de Ramsés II. Esta enorme puerta, flanqueada por dos estatuas colosales del faraón en posición de pie, es la entrada principal al templo y una de las imágenes más icónicas de Luxor. Los relieves tallados en los muros del pilono muestran escenas de las campañas militares de Ramsés II, destacando su victoria en la famosa Batalla de Qadesh.

En el centro de la entrada se encuentra un obelisco, el único que queda de un par, ya que el otro fue trasladado a la Plaza de la Concordia en París en 1833. Este obelisco es un símbolo de poder y resistencia, cubierto con jeroglíficos que celebran a Ramsés II como una figura divina.

Al cruzar el pilono, a la izquierda se encuentra la mezquita de Abu el Haggag, construida en el siglo XIII sobre las ruinas del templo. Su altura con respecto al nivel del suelo ilustra claramente cuánto estuvo enterrado el templo. Hoy en día, la presencia de la mezquita ha limitado las excavaciones completas del Templo de Luxor.

El Patio de Ramsés II y las Columnas Papiriformes

Tras el pilono de entrada, se accede al Patio de Ramsés II, una impresionante explanada rodeada de columnas en forma de papiro, el símbolo de la vida y la renovación en la iconografía egipcia. En este patio también se encuentran varias estatuas de Ramsés II y de su esposa, la reina Nefertari, que sirven como símbolos de la unión divina entre el faraón y el panteón egipcio.

Este patio fue diseñado para impresionar a quienes ingresaban al templo, proyectando la majestuosidad y el poder del faraón. Aquí se realizaban rituales públicos y ceremonias relacionadas con el festival de Opet, en el que las estatuas de los dioses se trasladaban desde Karnak hasta Luxor para celebrar la renovación de la unión entre el faraón y las deidades.

El Patio de Amenhotep III y la Sala Hipóstila

Continuando por el complejo, encontramos el Patio de Amenhotep III, el faraón que dio inicio a la construcción del Templo de Luxor en el siglo XIV a.C. Este patio, rodeado de una doble fila de columnas, es una obra maestra de la arquitectura egipcia y refleja el estilo grandioso característico de Amenhotep.

Desde el patio se accede a la Sala Hipóstila, una zona techada y oscura que representa el paso a lo sagrado. Sus columnas están decoradas con relieves detallados que muestran al faraón haciendo ofrendas a los dioses, consolidando su papel como intermediario entre los humanos y el mundo divino. Esta sala también servía como un espacio de preparación antes de entrar en el santuario principal, donde solo los sacerdotes y el faraón tenían acceso.

El Santuario de Amón y la Capilla de Alejandro Magno

El núcleo del Templo de Luxor es el Santuario de Amón, el lugar más sagrado del templo, donde se guardaba la estatua de Amón-Ra. Durante el festival de Opet, esta estatua era llevada a Luxor desde Karnak y reposaba en el santuario, simbolizando la presencia del dios en el templo y la bendición del faraón y del pueblo.

Con el tiempo, los griegos y romanos también dejaron su huella en Luxor. En el periodo helenístico, el templo recibió una expansión de la mano de Alejandro Magno, quien añadió una capilla en la que aparece haciendo ofrendas a los dioses egipcios. Al incluir su imagen en el templo, Alejandro buscaba ser reconocido como un gobernante legítimo por el pueblo egipcio y vincularse a las antiguas tradiciones religiosas del país. Este espacio, conocido como la Capilla de Alejandro Magno, es una interesante muestra de cómo las culturas griega y egipcia se fusionaron en un mismo lugar sagrado.

Consejos para visitar los templos de Karnak y Luxor

Antes de concluir esta entrada, te quiero dejar algunos consejos para que tu visita a estas maravillas sea lo más satisfactoria posible:

  • Visitar temprano o al atardecer: Ambos templos reciben muchos visitantes, así que es ideal ir temprano en la mañana o al final de la tarde, cuando hay menos gente y la luz del sol realza los detalles de los relieves y la arquitectura.

  • Considerar un guía especializado: Para comprender mejor los símbolos, relieves y jeroglíficos de cada templo, es muy recomendable (diría que imprescindible) contar con un guía que pueda explicar la historia y el contexto de los sitios. Esto enriquece enormemente la experiencia, especialmente en Karnak, con su compleja estructura y simbolismo.

  • Recorrido por la Avenida de las Esfinges: Si el tiempo lo permite, hacer el recorrido completo por la Avenida de las Esfinges entre Karnak y Luxor es una experiencia única, ya que revive la antigua ruta de las procesiones religiosas. Eso sí, ten en cuenta que son 3 kilómetros.

  • Llevar ropa y calzado cómodos, y protección contra el sol: Las temperaturas en Luxor pueden ser muy altas, y el recorrido por ambos templos puede ser largo y demandante. Llevar calzado cómodo, sombrero o gorra, protector solar y agua es clave para disfrutar al máximo de esta experiencia.


davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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