Estambul, una ciudad puente entre culturas

Estambul, una ciudad puente entre culturas

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Estambul es la única ciudad del mundo que se encuentra ubicada entre dos continentes. Con sus más de 14 millones de habitantes, la ciudad es inmensa, por lo que si se considera una ciudad europea sería la ciudad más grande de Europa por delante de Londres y París.

La capital de Turquía es antigua, muy antigua. Tiene más de 2.600 años y se estima que su fundación se realizó alrededor del 667 A.C. por los griegos, llamándola Bizancio. Muchos han sido los imperios que han dejado su huella: griegos, romanos, los bizantinos, otomanos… dejando parte de su legado. Esto ha hecho que la ciudad sea monumental (sus zonas antiguas están declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco), a la altura de otras ciudades de Europa, o incluso que la propia Roma.

Pero para quien le aburra la historia comentar que sus calles son un hervidero de gente. Tomarse un té en cualquier esquina es algo común, o salir de fiesta por Beyoğlu… toda una experiencia. La ciudad tiene una mentalidad comerciante así que rebosa vitalidad, y su gente es realmente amable.

¿Dónde alojarse?

  • Alojamiento: Metropolis hostel
  • Precio: económico, 15 euros la noche en habitación compartida, desayuno incluido.
  • Apuntes: Las habitaciones son básicas pero funcionales. sin embargo el alojamiento no puede estar mejor emplazado, a 5 minutos andando de la mezquita azul. Lo mejor la terraza de arriba, donde sirven el desayuno, impresionante.

La mezquita azul, la belleza hecha piedra

También conocida como Mezquita del sultán Ahmed, y con sus seis minaretes, es simplemente espectacular. Para mí, la elegancia y sobriedad de la mezquita la hace el monumento más bello de Estambul.  Semejante mezquita fue construida en tan sólo siete años (1609 y 1617) por el arquitecto otomano Mehmet Aga.

La mezquita se puede visitar y la entrada es gratuita, pero hay que ser respetuoso porque es un lugar de oración. De hecho las personas que deseen entrar en el interior deben quitarse los zapatos y las mujeres ponerse un velo que les recoja el pelo. Merece la pena entrar, sentarse un rato en el suelo y admirar los más de 20.000 azulejos de cerámica hechos a mano.

Hipódromo

Junto a la Mezquita Azul se encuentra el centro de la vida Bizantina durante más de un milenio. Si no lo sabes quizás no lo identifiques ya que no queda ninguna piedra o símbolo que haga pensar que este pequeño parque alargado fue un hipódromo. Aquí se encuentra el obelisco de Teodosio, el monumento más antiguo de la ciudad con casi 3.500 años y proveniente de Egipto.

Santa Sofía, encuentro entre religiones

Rivalizando con la Mezquita Azul, enfrente de esta se encuentra la Iglesia de la divina sabiduría (Santa Sofía). Quizás por fuera parezca una amalgama de piedra y pintura. Sin embargo la guía Lonely Planet define muy bien que el impacto interior de Santa Sofía es equiparable al impacto exterior que produce la Mezquita azul.

Hasta 1453 fue la iglesia más importante de la cristiandad, pasando posteriormente a ser una mezquita. Aún no me explico como una construcción del año 537 puede ser tan grande y con una sensación tan liviana. Su interior me parece una visita imprescindible en la ciudad. En su interior conviven mosaicos cristianos con enormes medallones musulmanes con letras árabes.

Süleymaniye Camii

La mezquita de Suleiman es la más grande de la ciudad, y una de las siluetas más fotografiadas en la capital. Fue construida durante el reinado del sultán otomano Suleimán I, también conocido como Suleimán el Magnífico, y se completó en 1557. La mezquita se encuentra en el tercer colina de Estambul, en el distrito de Eminönü, y domina el horizonte de la ciudad, ofreciendo una vista impresionante de la misma.

El acueducto romano de Valente

La antigua Costantinopla fue durante siglos la capital de la parte oriental del imperio romano. El acueducto de Valente , el cual preserva 800 metros de los 1.000 de su longitud inicial nos lo recuerda. Data del año 375 D.C.

También es conocido como el «Bozdoğan Kemeri» en turco, lo que se traduce como «Acueducto del Arco Iris». Este impresionante sistema de suministro de agua fue construido durante el reinado del emperador romano Valente en el siglo IV d.C. y se utilizó para abastecer de agua a la antigua ciudad de Constantinopla, la cual se encuentra en el lugar donde hoy se halla Estambul.

La cisterna de Bizancio / Yerebatan

El nombre de cisterna basílica le viene dado porque en tiempos de Bizancio estaba ubicada debajo de la basílica Stoa. Es la cisterna más grande de la ciudad, en su momento albergaba 80.000 m3 de agua. Sus dimensiones (65 metros de ancho y 143 de largo), sus 336 columnas romanas, la iluminación y el sonido hacen de esta cisterna un lugar misterioso.

La gran atracción de la cisterna son dos columnas en las cuales la base son dos cabezas de medusa, una boca abajo y otra de lado. Por el agua se pueden ver carpas nadando. Si se visita en verano el precio de la entrada está más que amortizado, ya que durante un tiempo te puedes resguardar del agresivo sol.

La torre y puente de Gálata

Atravesar este puente caminando es una experiencia obligada en esta ciudad. El mejor momento es al atardecer, cuando se ve el barrio del Sultanhmet con una tenue luz, y los pescadores no cesan en su empeño de pescar algo.

Estambul

Al otro lado del puente se encuentra la Torre Gálata, esa enorme torre de vigilancia genovesa. Desde el balcón superior hay unas magníficas vistas de Estambul y el cuerno de oro.

La Torre de Gálata, conocida en turco como «Galata Kulesi,» es una de las estructuras más icónicas de Estambul, y un símbolo distintivo de la ciudad. Esta torre histórica se encuentra en el distrito de Beyoğlu, en la parte europea de Estambul, y ofrece una vista panorámica impresionante del Bósforo, el Cuerno de Oro y gran parte de la ciudad.

También merece la pena tomarse un tiempo para explorar los alrededores de la Torre. Por este barrio bohemio hay curiosas tiendas de música y cafés.

El cuerno de oro

Se trata de un puerto natural utilizado desde la fundación de la ciudad por la carencia de mareas y corriente. Se extiende aproximadamente 8 Km hasta desembocar en el Bósforo. Su nombre se debe a las fértiles tierras que lo rodean y a su forma de cuerno. Si se sube a la Torre Gálata se puede apreciar perfectamente su forma.

Estambul

El gran bazar, donde regatear es un arte

Amagos de compra, estrategias, regateos, fingidos enfados… todo forma parte del microcosmos que se respira en el Gran Bazar. Este antiquísimo mercado cubierto es la trampa para turistas por excelencia en la ciudad. Y es que sus galerías laberínticas con más de 4.000 tiendas, restaurantes y bancos, son una ratonera.

Si te gusta regatear aquí estás jugando en primera división. Si no te gusta echa un vistazo y vete rápido porque con una sola mirada que eches al puesto ya te va a venir un empleado a preguntar qué estás buscando. Lámparas, pipas, oro, dulces, ropa, libros… si quieres comprar recuerdos este es el sitio adecuado, pero cuidado con los precios acordados. Todo un arte.

El palacio de Topkapi

Mehmet II el conquistador mandó construir este palacio cuando invadió Constantinopla en 1453. Sus patios y estancias bien merecen la pena una vista. Pero a mí lo que más me gustó fue el Harem, donde el sultán se entregaba al libertinaje, de hecho Murat III tuvo 112 hijos, ahí es nada. En fin, otros tiempos. ¡Ah, el harem se paga aparte!

Este majestuoso palacio sirvió como residencia y centro administrativo de los sultanes otomanos durante más de 400 años, desde el siglo XV hasta el siglo XIX. Es un importante símbolo del poder y la riqueza del Imperio Otomano.

Eyüp sutan Camii

Una de las visitas más interesantes que hicimos en el viaje fue al barrio conservador de Eyüp. Frente a barrios más europeos como Beyoğlu.

Eyüp sigue siendo un barrio turístico, pero aquí el turista cambia, no es extranjero, sino son personas de la misma ciudad o país. La mezquita Eyüp Sultan Camii es el cuarto lugar más sagrado para el mundo musulmán tras La Meca, La Medina y Jerusalén. Aquí se aloja la tumba de Ayub Ansari, el portaestandarte de Mahoma.

Interior de Eyüp Sultan Camii:

Si se sube la colina que rodea la mezquita Eyüp Sultan Camii por el cementerio se accede a un sitio especial. El Pierre Loti Café es uno de los cafés más famosos de la ciudad. Desde aquí las vistas de Estambul son espectaculares.

En este barrio se encuentra uno de los puertos de la ciudad. Aquí se pueden ver escenas tan curiosas como puestos de comida al aire libre en los cuales la cocina está en pequeños barcos que se bambolean con las olas y pasan la comida a los camareros que están en tierra firme.

Sin embargo, en Estambul no todo es mármol y palacios, también existe muchísima pobreza. La ciudad crece a un ritmo frenético con inmigrantes de otras zonas de Turquía como Anatolia central. Resulta chocante ver barrios como Eminönü, tan sumamente céntrico y popular pero con zonas totalmente degradadas.

La deliciosa comida, toma un capricho

Decir que la comida es buena se queda muy corto. Es variada y riquísima, aunque la carne y en concreto el Kebap son los reyes. ¿Sabéis que Kebap quiere decir carne a la parrilla? El pollo con miel también es muy famoso, o las finas pizzas turcas. Junto con el té la bebida Ayran es una de las más famosas, y aunque parezca una combinación rara ya que contiene yogur, agua y sal, está buena, ¡en serio! 🙂

Pero a mí la comida que más me llamó la atención es el Testi Kebap, una especie de guiso que se sirve dentro de un recipiente cerámico que hay que romper a la hora de servir. Es un poco caro, pero merece la pena ver el paripé que montan rompiendo el molde, con el fuego, etc.

Los helados también son muy característicos, no sé qué base tienen, pero son muy gelatinosos, tanto que los heladeros los cogen y los elevan:

Curiosidades de Estambul

Los derviches, danzad, danzad

Algo muy típico de Turquía son las danzas de los derviches. Hombres religiosos en busca de la ascendencia espiritual hacia la verdad y el amor. Su danza consiste en girar sobre sí mismos con los brazos extendidos durante minutos, a veces horas.

¿Suspenso en matemáticas?

¿Cómo puede ser que este turco tenga más de 600 años? la solución es muy sencilla, la cuestión es que en 1925 Mustafa Kemal «Atatürk», el gran reformador de Turquía implantó el calendario gregoriano (el utilizado en occidente) en vez de el musulmán, por lo que la primera fecha pertenece al calendario musulmán y la última al gregoriano.

versión de Una Estambul un poco más casposa

¿La Turquía moderna?

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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Esta entrada tiene 7 comentarios

  1. Anónimo

    Buenisimas las fotos, me han encantado! Monica

  2. David

    Muchas gracias, pero bueno, cuando el material es bueno las fotos salen solas!!! agur!

  3. David

    Muchas gracias, pero bueno, cuando el material es bueno las fotos salen solas!!! agur!

  4. TaM

    Pues yo no me he leído tu post turquesa porque te copio y en agosto me voy pallá!!muaaajajajaja

  5. David

    Que pasa Tam! oleeee, seguro que te mola, pero llévate bien de protecciónb solar, gafas, agua y un camello, porque tiene que hacer un calor… ya me contarás!!!

    Agur!

  6. abuenfil

    Gracias por el libroFeliz semana

  7. nomi

    En la última parada tendrás que bajarte y tomar el ferry que parte de Kadiköy a la parte europea de Estambul: Yenikapi IDO, Karaköy, Eminönü o Besiktas).