Myanmar, lago Inle

Myanmar, lago Inle

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El lago Inle, la recepción

Como ya comenté en la anterior entrada sobre el trekking que hicimos desde Kalaw, la entrada en barca en el lago fue de lo más espectacular.

Tal fue mi impresión de este sitio que si me tengo que quedar con una única visita en Myanmar, me quedaría con el lago Inle. Supongo que de Bagan esperas grandilocuencia. El lago Inle es todo lo contrario, no tiene nada especial, y a la vez es realmente especial. Es difícil explicar qué tiene este sitio, si se puede lo suyo es comprobarlo por uno mismo.

En el lago no hay grandes templos, ni hermosas montañas, pero la tranquilidad que se respira, y la amabilidad de la gente hace que la experiencia sea única.

El lago tiene unos 22 km de largo y 11 km de ancho. A lo largo de la orilla hay varias aldeas y pueblos flotantes en donde los pescadores tienen amarradas sus embarcaciones. Y en este lago hay mucha actividad.

Nosotros llegamos nada más terminar el trekking, previamente del pago de una entrada en el recinto de 12.500 MNK. Y así de felices se nos veía:

En el lago no hay grandes templos, ni hermosas montañas, pero la tranquilidad que se respira, y la amabilidad de la gente hace que la experiencia sea única.

La toma de contacto con el lago no pudo ser mejor, con un inmejorable tiempo y los pescadores haciendo su faena. El lago se caracteriza por sus pescadores acróbatas de la etnia Intha (hijos del Lago). Estos pescadores se enroscan el remo en una pierna, como si fueran artistas circenses:

Lo dicho, nada más entrar estábamos con la boca abierta.

Tras llegar a nuestro destino, la bulliciosa Nyaung Swe (Yawnghwe). Allí dejamos las maletas y nos alojamos en el Hotel Primrose (14.000 MNK habitación doble), un hotel muy normalito, pero suficiente.

La vida en el lago

A partir del siguiente día pudimos observar la vida cotidiana en el lago. Es curioso ver cómo trabajos tradicionales como la pesca, la venta ambulante o la orfebrería se mezclan con el turismo (aún no masificado). Hablando de turismo, vimos muchísimos resorts en construcción. Esperemos que no degraden la zona y se conserve este lugar mágico.

Y como he comentado se puede ver pescadores, transportistas…

Vendedores ambulantes, tanto de comida como de objetos turísticos…

Así como mercados callejeros donde no falta de nada…

Típicos cigarros artesanales…

… o joyas y telas de la mejor calidad

Los templos

Al igual que el resto del país en el Lago Inle hay muchos templos. En mi opinión ninguno de ellos me pareció espectacular, pero eso no quiere decir que no merezcan una visita. Aquí el tiempo pasa despacio.

Las excursiones

En nuestro caso estuvimos dos días haciendo excursiones. En el primer día alquilamos unas bicicletas (1.000 MNK cada una) y nos movimos por las zonas cercanas a Nyaung Swe.

En el trayecto en bicicleta visitamos los viñedos Red Mountain. ¿Vino en Myanmar? pues sí, ¿Y qué tal es? pues… bastante malo, pero las vistas son excelentes.

La cata de 5 vinos y queso (lonchas en plan tranchetes) nos costó 5.000 MNK, lo cual nos pareció excesivo. Supongo que tuvimos que regatear.

Al siguiente día contratamos una barca para que nos llevara por el lago (18.000 MNK – 6 personas). De esta forma pudimos llegar a templos y pueblos que de otra manera hubiese sido mucho más complicado.

Lo mejor de esta excursión, fue hablar con la gente. Ya he dicho anteriormente, y no me cansaré de repetirlo: la gente es muy amable, un auténtico lujo. Y además de ser amable, es gente con mucha curiosidad. Por lo tanto es fácil entablar conversación con una niña que quiere que le ayudes a hacer su tarea de inglés, un chico que quiere que le enseñes tu móvil, o un primo que quiere saber si eres del Real Madrid o del F.C Barcelona.

Ya he dicho anteriormente, y no me cansaré de repetirlo: la gente es muy amable, un auténtico lujo.

Los paisajes

Como último punto, os dejo unas fotografías del lago. La luz era perfecta para la fotografía, así que si tenéis una buena cámara vais a disfrutar.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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