Malta – La Valeta y las tres ciudades

Malta – La Valeta y las tres ciudades

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La Valeta, el corazón de Malta

Malta es una isla realmente pequeña. Tan sólo tiene 27 kilómetros de largo por 14 de ancho, pero en este reducido espacio, viven casi medio millón de habitantes.

Sin embargo, tiene varios espacios que son patrimonio de la humanidad por la Unesco, como su pequeña capital, La Valeta.

Un poco de historia

Aunque la isla sea tan pequeña, en esta pequeña nación isleña, se guardan algunos de los episodios más importante de Europa.

Y los muros de su capital La Valeta (en maltés: Il-Belt Valletta; en inglés: Valletta), son testigos mudos de estos episodios. Rodeada de mar, y estratégicamente situada entre Europa y África, en 1555 los muros rechazaron el famoso sitio de Malta, donde se estima que 70.000 hombres del poderoso imperio otomano, intentaron invadir la isla. Se considera un hito importante en Europa, que habría podido influir definitivamente en la cultura europea.

Varios siglos después, en la segunda guerra mundial, hubo otro sitio atroz. En aquella época, Malta formaba parte del imperio británico. Ningún lugar del mundo fue tan bombardeado como esta isla, donde se estima que hasta 800 aviones alemanes e italianos atacaron la isla.

Hoy en día, los enormes muros donde miles de turistas nos postramos a ver las hermosas vistas, nos recuerdan su importancia militar. Sin embargo, las invasiones ya no vienen por ejércitos, sino por enormes cruceros con ávidos turistas, armados con cámaras de fotos.

La Valeta y su patrimonio

Realmente el tamaño de la ciudad es pequeño y se puede hacer perfectamente a pie. De hecho, ni siquiera pasa de los 7.000 habitantes (sí, has leído bien, siete mil). Aunque, en los alrededores del Grand harbour, se encuentran otras poblaciones que también merece la pena visitar, como las tres ciudades (Cottonera – Three Cities), que las que posteriormente hablaremos.

La ciudad debe su nombre al maestre Jean Parisot de la Valette. Las calles renacentistas discurren elegantes en su interior, y acaban en pronunciadas cuestas que llegan hasta los diversos puertos.

En mi opinión, lo bello de esta hermosa ciudad es su conjunto de edificios, establecimientos y palacios. Si bien es cierto que tiene ciertos puntos de interés, como la Concatedral de San Juan (St Jhon’s Co-Cathedral) o el Palacio del Gran Maestre (Palace of the Grand Masters), ninguno de ellos eclipsa el conjunto.

Probablemente la calle más famosa de La Valeta sea la agitada Republic street, donde infinidad de comercios, nos recuerda que esta ciudad es muy turística. Sin embargo, recomiendo Strait street, una calle paralela que captura muy bien la esencia de la isla. Se trata de una callejuela antigua de color arena, con edificios nobles, suelo adoquinado y típicos bares para tomar unas copas o vinos.

Las murallas y los miradores

La Valeta se caracteriza por el color dorado de sus vistosas murallas. De hecho, en Malta parece que en vez de árboles crecen piedras. La archiconocida serie «Juego de tronos» lo sabe muy bien, ya que han rodado aquí. Y como no podía ser de otra manera en una ciudad fortificada, las vistas son magníficas.

El mirador más famoso de todos son los «Upper barrakka gardens«, que se trata de unos jardines con unas increíbles vistas de las Tres Ciudades (Cospicua, Senglea y Vittoriosa) y el Gran Puerto. Sin embargo, puede que estén atestados de gente.

Por cierto, desde el puerto se puede subir en ascensor, y cuesta 1 euro. Sin embargo, la bajada es gratuita.

Si lo que quieres es refugiarse del bullicio de la ciudad y pasear tranquilamente, te aconsejo los «Lower barrakka gardens«. Mucho más tranquilos, e igual de hermosos, podrás disfrutar de las vistas sin tanto agobio. Por otro lado, las vistas siguen siendo espectaculares.

Las murallas de esta pequeña capital son todo un legado de otra época, que rememoran asedios, piratas y magnificencia. Así que tómate un tiempo paseando por ellas, y admirando el precioso color del mar.

Las tres Ciudades: Cospicua, Senglea y Vittoriosa

Justo al otro lado del Grand Harbour, y divisando a poca distancia la capital, se encuentran estas tres pequeñas poblaciones. Esta zona es mucho más tranquila que La Valeta, y que las poblaciones de noroeste como Sliema, St Julian’s y Paceville.

Sin embargo, la belleza e interés cultural es muchísimo mayor. Si no estás buscando copas baratas, o turismo de playa, este lugar te encantará.

Estas poblaciones tuvieron gran valor estratégico, ya que protegen el otro lado del puerto. Esto queda patente en las enormes fortificaciones, como el Fuerte Rinella o el Fuerte de San Ángel (Fort St Angelo).

Es posible que no tengan grandes monumentos, pero pasear por sus calles es todo un acierto. Además, desde las tres ciudades se tiene la mejor vista posible de La Valeta. Cada ciudad tiene sus cosas, y se puede visitar perfectamente en una mañana o tarde.

De cada población destacaría:

  • Senglea / L’Isla: la Basílica de María Bambina y los jardines de Gardjola Gardens, donde se pueden ver unas hermosas vistas de La Valeta.
  • Cospicua / Bormla: se encuentra en medio de Senglea y Vittorios y desde su puerto salen los barcos a La Valeta. La iglesia de la inmaculada concepción (Church of the Immaculate Conception) marca la estampa del pueblo.
  • Vittoriosa / Birgu: los Caballeros de la Orden de San Juan escogieron esta ciudad como su primera capital, antes de trasladarse a La Valeta. El Fuerte de San Ángel es lo más destacado.

Además, desde las tres ciudades se tiene la mejor vista posible de La Valeta

¿Dónde dormir? ¿Valeta o las tres ciudades?

Dependerá de lo que estés buscando. En esta parte de la isla los alojamientos no son tan baratos como en el norte. En contraprestación, la calidad del turismo es mucho mayor. Si estás huyendo del turismo masivo, las tres ciudades es un lugar para turismo de alta calidad. En nuestro, caso, nos alojamos en el hotel Sally port, en Senglea.

  • Alojamiento: Sally port
  • Precio: 85 euros por noche, habitación doble.
  • Apuntes: un trato excelente, la habitación muy acogedora, unas vistas espectaculares desde la terraza… nada que objetar, más bien todo lo contrario.

Curiosidades de la ciudad

Por último, acabar esta entrada con algo que me hizo gracia, una enorme grúa pintada de jirafa. Dando alegría a algo industrial, sí señor.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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