Altea – una postal de la Costa Blanca

Altea – una postal de la Costa Blanca

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Sin lugar a dudas, Altea es uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad Valenciana. Un cuidado municipio de casas blancas, rodeado de un mar transparente a un lado. Y a sus espaldas, como un gigante de roca se tratase, se encuentra la eterna vigilancia de la localidad por parte de la hermosa Sierra de Bernia. ¿Para qué elegir entre mar y montaña si lo puedes tener todo?

Un poco de cultura general

No está claro de dónde proviene el nombre de Altea, aunque la hipótesis más aceptada, es que proviene de la época de dominación islámica (siglos VIII-XIII). En esos momentos se estableció un asentamiento denominado Altāya (atalaya). Curiosamente, la Altea original no ocupaba el enclave actual, sino que estaba situada a unos 3 kilómetros al norte del río Algar.

Desde los años 60 del anterior siglo, la población ha sufrido otra reconquista. Esta vez se trata de los miles de turistas que invadimos la zona en busca de este clima privilegiado y buen tiempo.

Como se podría esperar, se pasó de una población de unos 5.000 habitantes, a más de los 20.000 actuales. Y de una economía basada en la agricultura y pesca, se pasó a una lucrativa industria turística.

El pueblo

El precioso pueblo llama la atención ya desde lejos. Su estampa, con la inconfundible Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo encaramada en lo alto, es la imagen más vendida del municipio. Comúnmente se llama a esta estampa la Cúpula del Mediterráneo, por sus características cúpulas azules de la iglesia. En esta cima se encontraba el castillo que protegía la localidad.

Pero lo que realmente merece la pena en Altea, es perderse por sus calles empedradas. El carrer Major, la calle Salamanca, la calle de Santa Bárbara, la calle de San Miguel, o las plazas de L’Aigua y o de la Cruz, son algunos de los sitios imprescindibles.

Por cierto, en Altea hay muchos miradores donde poder divisar toda la bahía, como el Mirador del Portal Viejo, el Mirador Blanco o el Mirador del Cronistes. No te desesperes si los miradores están abarrotados de gente, ya que toda la población es un fantástico mirador.

Además de visitar las callejuelas, en un estado impoluto, hay infinidad de comercios, con artesanía de la zona. Y también se pueden ver ciertos lugares interesantes, como la Casa Cervantes, de estilo neomudéjar de principios del siglo XX, en la Calle Santa Bárbara. O los pocos restos amurallados de Altea en el Portal Vell (o Puerta de Valencia).

No todo es oro…

Como sucede habitualmente en los sitios bonitos y fácilmente accesibles, es que están abarrotados. Así que en temporada alta, tendrás que armarte de paciencia para disfrutar de esta localidad. Mi consejo es que evites esta temporada para visitar la zona, y en caso de no ser posible, ir a primera hora de la mañana.

El arte

Altea representa muy bien el ambiente de esos pueblos costeros españoles, con casitas blancas y tiempo idílico. La lista es muy amplia, ¿qué elegir? ¿los pueblos de la Costa provincia de Costa de la Luz en Cádiz? ¿de las islas Baleares? ¿los pueblos de la Costa Brava? es complicado elegir, ya que tienen su musa especial.

Estos pueblos siempre han inspirado a numerosos artistas, soñadores y bohemios. Y Altea no iba a ser menos. Es fácil ver arte en sus calles o en las tiendas. Desde bolsitos de corcho hechos a mano, a farolas pintadas con una halo por la noche muy especial, o esculturas, infinidad de esculturas. Sin lugar a dudas, merece la pena pararse a admirar las obras que regala el coqueto municipio.

Las playas

Uno de los mayores atractivos de Altea son sus playas. Altea dispone de unos 8 kilómetros de costa y más de una decena de playas.

Las playas tienen una característica que puede que guste o no: son de cantos rodados. La ventaja es obvia, ya que no tendrás que limpiarte de la engorrosa arena. Sin embargo, la entrada al mar (mejor con escarpines), o echar la toalla, pueden ser tareas más incómodas. Para gustos los colores.

Entre las playas más importantes, se encuentran:

  • Playa La Roda: se encuentra al lado del casco histórico, por lo que está algo más concurrida (pero no mucho). La ventaja es que tiene todo tipo de servicios al lado y además, las aguas son súper cristalinas.
  • Playa Cap Negret: situada a las afueras del pueblo cerca de la desembocadura del Río Algar.
  • Playa de la Olla: mide alrededor de un kilómetro de extensión. Una playa muy tranquila, con un islote al que poder ir a nado, y unas espectaculares cistas del Peñón de Ifach, en la vecina Calpe. Esta es mi playa favorita de Altea.

Eso sí, todas las playas disfrutan de una agua cristalina, y por lo general, están poco masificadas para lo que podría ser. Es lo que tiene estar en medio de dos monstruitos del turismo nacional, como lo son Benidorm y Calpe.

Altea Hills

Fuera de las impetuosas miradas de la plebe, a unos kilómetros al norte de Altea, se encuentra la urbanización Altea Hills. Se trata de una urbanización de lujo, donde las grandes fortunas, tienen sus lujosas mansiones. La zona es curiosa, ya que el lujo campa a sus anchas.

Aquí es fácil ver casas de millones de euros, con vistas al mar encaramadas a los acantilados, apostando de tú a tú con la fuerza de la gravedad. Los coches de alta gama también son habituales.

Y es que las grandes fortunas de países del este (sobretodo rusos y ucranianos), tienen multitud de propiedades en esta zona. De hecho, hasta hay una iglesia ortodoxa rusa llamada San Miguel Arcángel.

Los alrededores

Los alrededores de Altea también son dignos de ver, y algunos de los sitios más interesantes son:

Acantilados de Toix

Estos acantilados separan la bahía de Altea de la de Calpe. Si tienes la posibilidad de recorrer la zona con un barquito (hay guías de alquiler), o te gusta el senderismo, merecen mucho la pena. En la zona también se encuentran magníficas cuevas y calas.

L’ Albir (El Albir) y La Serra Gelada (Sierra helada)

A poco más de 2 kilómetros al sur de de Altea, siguiendo la playa de Cap Blanch, nos encontraremos con El Albir, que es el núcleo de población más habitado del municipio de Alfaz del Pi. Este pueblo disfruta de magníficas calas, como la Cala de la Mina, en el entorno del parque natural de la Serra Gelada.

El parque de la Serra Gelada es otro de los lugares más espectaculares del litoral, con acantilados de más de 300 metros de altura. Imprescindible para amantes de la naturaleza, hay una ruta de senderismo exigente, que conecta El Albir con la vecina Benidorm.

Guadalest

Si se está por la zona, Guadalest es un pueblo de visita obligada. Está considerado uno de los pueblos más bonitos de España, y no es para menos. Un entorno montañoso inmejorable, un embalse de agua turquesa, y un pueblo medieval para enmarcar. Diez de diez.

Benidorm

Benidorm es pueblo donde empezó todo. Aquí se definió el turismo popular y de masas que marcaron las siguientes décadas turísticas de España. O lo amas o lo odias, creo que no hay muchos términos medios.

Calpe

Otro de los gigantes turísticos de la zona. Al norte de Altea se encuentra la localidad de Calpe. Vigilada por el omnipresente Peñón de Ifach, es uno de los municipios de veraneo más queridos por los turistas de Madrid. Si como a mí no te gusta mucho ese estilo de turismo, quizás no sea tu sitio, aunque hay un par de sitios que sí que merece la pena visitar.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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