Berlín, una isla dentro de Alemania

Berlín, una isla dentro de Alemania

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Puede que sea cierto que la ciudad no tenga ese bullicio alternativo de los años noventa. Quizás la especulación esté haciendo mella en uno de los focos culturales europeos. Puede que los edificios nuevos resten encanto al ambiente punk de la ciudad.

Puede que todo eso sea verdad. Pero no es menos cierto que Berlín mola, y mucho. Es una ciudad tan atractiva y abierta con el extranjero que parece un espacio único dentro del motor económico de Europa: Alemania.

Enterrando tópicos

Quizás no tenga el toque imperial de Londres o la belleza de París. Sin embargo, esa sobriedad hace que te fijes más en lo que verdaderamente destaca en Berlín: la cultura.

Y no me refiero al plano cultural oficial, sino a que la ciudad rebosa cultura por los cuatro costados. Por ejemplo las calles están llenas de grafitis, artistas callejeros, mercadillos, etcétera. Hasta se nota en la forma de vestir de los Berlineses. Cada uno va como le da la gana y nadie se les queda mirando, cosa impensable en España o países de la cuenca del Mediterráneo.

Y sobre el tópico de que los alemanes son cabezas cuadradas… pues no sé. Es cierto que Berlín es muy diferente al resto del país, pero es que es complicado pensar en la capital de Alemania como una ciudad poco imaginativa.

¿Dónde alojarse?

  • Alojamiento: Transit Hotel
  • Precio: 21 euros la noche + desayuno (habitación 6 personas)
  • Apuntes: buena calidad / precio. Habitaciones amplias y limpias y un desayuno muy completo.

Vale, ya estoy en la ciudad, ¿Qué ver?

A pesar de no ser la ciudad más bonita o rica de Alemania, tiene algo que la hace especial. Supongo que una ciudad con la historia de Berlín no puede ser como el resto.

Fue la capital de la Alemania nazi y destrozada en 1945 durante la II Guerra Mundial. Posteriormente dividida por sectores y finalmente separada por un muro que rodeaba el sector capitalista del comunista. Todos estos factores han hecho que la ciudad tenga un estilo propio, sobrio pero acogedor, con un toque de capital underground.

Hay miles y miles de historias que merecen la pena escuchar. Una gran idea es la que han desarrollado el grupo Sandeman, con sus «tours gratuitos». Realmente no son gratuitos, ya que los guías viven de las propinas.

En Berlín hay varias rutas que merece la pena visitar. Suelen durar unas 3 horas y hay varios con guía en castellano. Una experiencia totalmente recomendable. De hecho os voy a contar algunas de las historias en esta entrada.

La Puerta de Brandemburgo

Probablemente se es el símbolo más importante de la ciudad. Siguiendo el modelo de la Acrópolis de Atenas no se trata de un arco del triunfo sino una puerta de acceso a la capital. Si la visitas de noche luce mejor que de día.

Desde allí se puede ir a la calle Unter den Linden, una de las principales avenidas de la ciudad.

Monumento al holocausto

A pocos metros de la Puerta de Brandemburgo se encuentra esta obra del arquitecto Peter Eisenman. 2.711 bloques de hormigón que merece la pena recorrer. Los bloques tienen diferentes alturas y el terrero no es llano, con lo que pasear por enormes hileras de hormigón gris producen una sensación de desasosiego. Merece la pena visitarlo.

El muro de Berlín, donde la piedra habla

Aún quedan puntos en los que se mantiene este muro de hormigón que separó la ciudad en dos hasta hace 20 años. Durante años recordó a los europeos que los conflictos no son sólo tema de países subdesarrollados. Aunque sólo  queda una pequeña parte de lo que fue.

La historia del muro es curiosa, ya que Berlín está en la parte oriental del país. Tras la división del país en dos bloques, Berlín se encontraba en el bloque comunista. Sin embargo los aliados (EEUU, Francia e Inglaterra) querían un trozo de la ciudad, así que una parte fue para ellos.

El problema es que Berlín oeste (la parte capitalista) era un agujero para la Alemania comunista. La gente huía al otro lado desde la capital. La Alemania comunista (democrática) se estaba desangrando justamente por medio. En ese momento el gobierno comunista decidió crear de la noche a la mañana un muro que dividiera la ciudad, por supuesto sin avisar a la población.

Muchas fueron las historias de este muro que forma parte de la historia del siglo XX. Una de las últimas y más surrealistas es cuando David Hasselhoff cantó en 1989 su hit «Looking for freedom». Poco después el muro cayó ¿coincidencia? 🙂

Hoy en día son pocas de decenas de metros las que quedan de ese legado gris.

Bundestag, la transparencia en el gobierno

En tiempos de III Reich se llamaba el Reichtag (Parlamento del Imperio / Parlamento Nacional), aunque luego se cambió de nombre por Bundestag (Parlamento Federal). Norman Foster diseñó su impresionante cúpula.

Subir arriba es gratuito y merece la pena, tanto por las vistas que hay como por la estructura en sí. La cúpula es de cristal, haciendo referencia a la transparencia del gobierno y por dentro está lleno de espejos para que refleje la luz del sol.

La Catedral (Berliner Dom) y Memorial Kaiser Wilhelm

La catedral de la ciudad, coronada con una enorme cúpula verdosa de bronces, es enorme y sobria. Supongo que muy en el mismo estilo que la ciudad.

En la parte posterior de la imagen se puede apreciar la torre de televisión, símbolo de la antigua República Democrática Alemana. Esta torre se encuentra al lado de la plaza principal Alexander Platz, visible desde cualquier posición de la ciudad. Y no es para menos teniendo en cuenta que tiene una altura de 368 metros. Arriba tiene un restaurante giratorio, aunque no estuve, el presupuesto es limitado.

Otra iglesia muy especial es la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm. A diferencia de otros elementos, esta iglesia no fue reconstruida tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. De ahí surge su imponente aspecto:

Hackescher Hoffe

Cerca de Hackescher Markt se encuentran esta sucesión de ocho patios interiores. Su origen es judío, con tiendas, restaurantes, galerías de arte… un sitio diferente dentro de la ciudad.

Al lado existe otro patio mucho más alternativo, rozando lo punki, pero muy recomendable para los amantes del underground.

Sony Center

Complejo de ocho edificios creados para albergar las oficinas de Sony en la ciudad. Como no podía ser de otra forma hablando de Sony el complejo es muy moderno, albergando restaurantes, cines de última generación, museos, etcétera.

Lo más espectacular del complejo es su gigantesca cúpula, que por la noche va cambiando de color.

Tiergarten

Se trata del pulmón verde de la ciudad. No llega a ser tan grande como Hyde Park en Londres, pero ni falta le hace. De hecho la ciudad tiene muchísimas zonas verdes para disfrutar al aire libre. Con cuatro rayos de sol los Berlineses salen de su madriguera a toda prisa.

La isla de los museos

En Berlín no faltan museos. Y la mayor concentración de los mismos está en la isla de los museos. No por nada está declarada patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.

Entre ellos, para mí el que más destaca es el Museo de Pérgamo. En él se pueden encontrar grandes obras de arte de las civilizaciones clásicas. Algunos ejemplos son el altar de Pérgamo o la Puerta de Istar, traídas piedra a piedra desde sus ubicaciones de origen.

Aquí surge el eterno debate de si el expolio está justificado porque los países no podrían mantener semejantes obras. De todas formas merece la pena ver este museo, el cual impresiona, o cualquiera de la isla de los museos.

El lado oscuro de Berlín nazi, su pasado nazi

Visitar un Búnker

Una de las visitas históricas que más me han impactado en Berlín es la visita a un Búnker. Cerca de la estación de Gesundbrunnen se encuentra el búnker gestionado por Unterwelten, una sociedad sin ánimo de lucro que investiga y documenta las estructuras subterráneas de la ciudad.

Por 12 euros podréis entrar en un verdadero búnker nazi en una ruta de 3 horas. Por cierto, la visita guiada se puede hacer en español, inglés y alemán. Ojo, es muy complicada de reservar.

En la visita están prohibidas las fotos, una lástima, así que las que vais a ver están tomadas de Wikimedia commons.

Como se puede apreciar el sitio impacta, y no es para menos. Gruesas paredes de hormigón, color gris, un sitio frío y oscuro… recuerda lo peor que puede hacer el ser humano. Berlín fue una ciudad que quedó desolada después de la guerra, y entre esa desolación… cerca de 3.000 búnkers.

El hacinamiento llegó a ser inhumano, cuando las alarmas daban la señal de ataque miles de personas bajaban a los búnkeres para refugiarse. Estos no estaban preparados para tanta gente, y tampoco para las bombas antiaéreas, con lo que realmente eran gigantescos cementerios.

Oscuros recuerdos

Pocos son los símbolos que quedan de esa oscura época. Por ejemplo el búnker donde pasó sus últimos días Hitler es ahora un aparcamiento.

Berlín comunista, cuando el rojo también es negro, Treptower Park

Otro de los hitos de la ciudad también es gris. Se trata del Monumento Conmemorativo a los Soldados Soviéticos, una enorme estructura comunista de 1949 que homenajea a los soldados del ejército rojo caídos en la toma de Berlín (aproximadamente unos 80.000)

Evidentemente el sitio no es muy divertido, pero sí tiene una gran relevancia histórica. Que cada uno saque sus conclusiones.

¿Por dónde salir si te gusta la música electrónica?

Berlín tiene muchas zonas muy golfas. Por ejemplo en mi caso un 31 de Diciembre llegúe a Berlín para celebrar el fin de año con unos amigos. Así que os podréis imaginar que si siete personas tienen ganas de fiesta en una ciudad como Berlín en fin de año no hay mucho problema. Estuvimos en una discoteca, Watergate, una de las más famosas de Alemania.

Los pubs de rollo alternativo

En otra ocasión que estuve por la ciudad el sitio escogido fue Fuchs und Elster (es el nombre de una fábula, El zorro y la Urraca), que se encuentra en Weserstraße 207.

Considerado por The Guardian uno de los 10 mejores afterhours de la ciudad creo que merece la pena verlo para dar un criterio propio. Una de sus características es su estado semiclandestino, hay que entrar en una tienda en silencio y bajar al sótano, donde una serie de salas o «catacumbas» nos reciben. Ahí está la fiesta.

Nosotros nos fuimos del local y aún no había cerrado, y no eran precisamente las 2 o 3 de la madrugada. Eso sí, el día que estuvimos se podía respirar, pero nos han dicho que otros días está hasta arriba de gente. Otra buena noticia, no es caro.

Salir de fiesta y… ¿jugar al Ping Pong?

Otro sitio que me merecía la pena visitar es el Dr. Pong, que tiene cierto grado surrealista. Un pub que parece que no tenga nada especial, prácticamente un «cutre bar». Sin embargo sí que hay algo especial, «the circle», una mesa de ping pong, en donde la gente alquila una paleta y se mete en la mesa.

Puede que a la vez haya 15-20 personas, la intención… ir rotando y que cada vez una persona le a la bola (todo esto mientras tomas cerveza). Quien falla queda eliminado, hasta que solamente quedan dos y juegan una partida.

El ambiente… bastante alternativo. De hecho una persona iba vestido con un albornoz y una pajarita, literalmente.

Actualización 2023: lamentablemente el local ha cerrado 🙁

Ampelmann, ese señor rojo y verde

Se trata de un muñeco que caracteriza a los semáforos de la ciudad. Esto es debido a una campaña de concienciación infantil que se realizó en aquel entonces.

Los niños hacían más caso a estos muñecos simpáticos que a la imagen de toda la vida. Curiosamente un símbolo de la RDA – República Democrática Alemana, que se ha convertido en todo un producto de merchandising, con pegatinas, peluches, postales y hasta tiendas propias. Las vueltas que da la vida.

Frío, muuuucho frío

Días con temperaturas máximas de -5º y mínimas de -16º. Lo más curioso de todo es que la gente está acostumbrada, coge la bici y hace su vida de una manera normal.

Para que os hagáis una idea el día 31 compramos unas cervezas en un puesto callejero. Las botellas no estaban muy frías y se lo comentamos al vendedor, el cual no nos hizo mucho caso. Lo curioso es que cada vez estaban más frías. Es la primera vez que compro una cerveza y cada vez que pasa el tiempo está más fría.

Y mucho más

Es imposible contar en una sola entrada todo lo que ofrece esta ciudad. Desde el barrio turco de Kreuzberg al underground Neukölln. Del barrio chic Prenzlauer Berg al bohemio Friedrichshain. Casas okupa, barrios sacados de la Alemania comunista, locales que sólo puedes entrar con contraseña… es una ciudad para vivirla en vez de leerla. ¡A qué esperas! 🙂

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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Esta entrada tiene un comentario

  1. rojopicanton

    qué envidia, David!

    ne hubiese encantado pasar el fin de año en Berlín. Bien lo sabes. Contemplar la pueSta de Brandenburgo seguro que fue una experiencia única…si es que…ya se sabe, estos alemanes, a la que les das 4cubatas se ponen…

    En serio, la próxima vez que visites la capital me apunto…y si puede ser con nieve, mejor! Y si no…ya nos llevaremos el helado puesto, por eso no te preocupes!