Camino de Santiago. Etapa 6: Astorga – Foncebadón

Camino de Santiago. Etapa 6: Astorga – Foncebadón

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Etapa de transición entre el páramo y las montañas de León. Poco a poco el clima cambia hacia un entorno más húmedo. Si bien el recorrido no tiene demasiada dificultad es una etapa bastante larga. Desde Rabanal Viejo, poco a poco, comenzaremos la subida a nuestro destino de hoy: Foncebadón.

Características de la etapa

  • Etapa 6: Astorga – Foncebadón
  • Kilómetros: 25,9 km.
  • Desnivel: 600 metros de desnivel positivos.
  • Dificultad: media.

El inicio

Dejamos la ciudad de Astorga para sumergirnos dentro del país de los maragatos o la maragatería. Los maragatos fueron muy conocidos por practicar la arriería o venta ambulante, además de ser grandes viajeros.

Lo cierto es que el camino no entraña ninguna dificultad especial. Hay que tener en cuenta los falsos llanos, ya que prácticamente toda la jornada de hoy es subida. Sin darnos cuenta se atraviesan los pueblos de Murias de Rechivaldo, Santa Catalina de Somoza, El Ganso, Rabanal del Camino… hasta comenzar a encarar el tramo de subida más exigente del día de hoy.

La subida

Desde Rabanal del Camino comenzamos a ascender por un agradable camino, que nos deleita con unas buenas vistas de la maragatería.

Cada vez sentimos que estamos más lejos de las llanuras, y la imagen de montaña se acentúa. Como ya es común en otras partes del camino, vemos homenajes a gente fallecida:

Fin de la etapa: Foncebadón

Una vez superada la subida, divisamos nuestro destino de hoy: el pueblo de Foncebadón.

El pueblo estuvo abandonado hasta finales del siglo XX y eso se nota. Sin embargo, con el auge del turismo se han reconstruido varias casa, con lo que ahora cuenta con unos cuantos albergues y un bar. El ambiente del lugar tiene una esencia hippie.

Si lo tuyo es el trasiego y la vida moderna… quizás no sea el lugar adecuado para pasar la noche. Sin embargo nosotros disfrutamos muchísimo de nuestra estancia (y las cervezas por la tarde con un poco de sol ayudaron a ello). Además, al estar en plena montaña tiene unas temperaturas agradables en verano.

Para dormir nos alojamos en La Posada del Druida (se puede reservar previamente). Por 10 euros incluido el desayuno es un sitio nuevo (se inauguró en 2014) y bastante recomendable. Su dueños son muy simpáticos, así que no podemos poner ninguna objeción al sitio.

Como ya he comentado anteriormente, el poblado es muy pequeño, y semi-derruido, pero esto hace que tenga un encanto especial.

Si lo tuyo es el trasiego y la vida moderna… quizás no sea el lugar adecuado para pasar la noche. Sin embargo nosotros disfrutamos muchísimo de nuestra estancia

Las curiosidades del día

En el bar de Foncebadón la traducción del menú al inglés es curiosa. «Hungry hamburguer», ejem ejem, la hamburguesa hambrienta, ¡toma ya! 🙂

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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