Egipto y Asuán: navegando el Nilo, descubriendo el pasado

Egipto y Asuán: navegando el Nilo, descubriendo el pasado

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Asuán, también conocida como Answan, es una ciudad histórica y pintoresca situada en el sur de Egipto, a lo largo de las orillas del majestuoso río Nilo. Famosa por ser la entrada al Alto Egipto y un punto estratégico en la antigüedad, Asuán ha sido desde siempre un lugar de encuentro entre culturas. Su ambiente tranquilo y su belleza serena, la convierten en un contraste importante frente a las bulliciosas metrópolis del norte, como El Cairo y Alejandría.

La ciudad destaca no solo por su rica historia, sino también por su papel como punto de partida para explorar algunas de las maravillas arqueológicas más impresionantes de Egipto. Desde sus legendarias canteras de granito, utilizadas para construir obeliscos y templos faraónicos, hasta sus estrechos lazos con la cultura nubia.

Con un clima cálido durante todo el año (o demasiado cálido en meses de verano), una hospitalidad acogedora y un entorno salpicado de islas, desiertos dorados y monumentos milenarios, Asuán es el lugar perfecto para desconectar y sumergirse en la esencia del antiguo Egipto.

Un poco de historia sobre Asuán / Answan

Asuán, conocida en tiempos faraónicos como Swenett, fue una ciudad de gran importancia estratégica y económica en el Antiguo Egipto. Ubicada cerca de la primera catarata del Nilo, marcaba el límite sur del país y servía como puerta de entrada a África y al Reino de Nubia, con quienes Egipto mantenía relaciones comerciales y culturales. Swenett también fue un centro clave para las expediciones militares y el comercio de oro, marfil, madera y especias provenientes del sur.

La región de Asuán era famosa por sus canteras de granito, de donde se extraían los bloques utilizados para construir obeliscos, templos y estatuas en todo Egipto. Ejemplo de ello es el obelisco inacabado, que muestra las técnicas empleadas por los antiguos canteros.

Durante la época grecorromana, la ciudad siguió prosperando bajo el nombre de Syene, convirtiéndose en un importante puesto comercial y administrativo. También fue un punto de observación astronómica: el geógrafo griego Eratóstenes utilizó la sombra de un pozo en Syene para calcular la circunferencia de la Tierra en el siglo III a. C.

Con la llegada del cristianismo, Asuán se convirtió en un centro religioso copto. Durante la Edad Media, la ciudad mantuvo su relevancia como punto de conexión entre Egipto y los territorios africanos. En la era moderna, la construcción de la Presa de Asuán y la Gran Presa de Asuán en el siglo XX transformó la región, controlando las inundaciones del Nilo y creando el gigantesco Lago Nasser, que añadió un nuevo capítulo a la historia de esta ciudad.

Asuán ha sido un punto estratégico desde la antigüedad, sirviendo como puerta de entrada a Egipto desde África y como un importante centro comercial. Conocida como «Swenett» en tiempos faraónicos, esta ciudad era famosa por sus canteras de granito, de donde se extrajeron materiales para construir algunos de los monumentos más emblemáticos de Egipto.

¿Qué ver en la propia ciudad?

Si bien la mayoría de atracciones importantes se encuentran a las afueras de la ciudad, como puede ser el Templo de Filae o Philae, las calles de Asuán se reservan un par de experiencias curiosas.

El antiguo zoco es un caleidoscopio de colores y aromas, con especias, tejidos y artesanías nubias que te invitan a llevarte un pedazo de Egipto contigo. También puedes disfrutar de un paseo por la Corniche, la avenida que bordea el Nilo, con vistas espectaculares del río y las embarcaciones típicas conocidas como falucas. Si vienes en crucero, como fue nuestro caso, es muy probable que amarres ahí.

Una de las visitas más controvertidas para ciertos turistas son las visitas a tiendas. Es muy habitual que si vas en viaje organizado, te acaben llevando a alguna tienda de especias (también té y cremas) o de esencias y perfumes. Te aconsejo que te prepares un poco la visita previamente, porque es fácil gastar en cosas que igual no necesitas. Sin embargo, si sabes qué comprar, puedes llevarte a casa productos de primerísima calidad.

Pero si aún te interesan las antigüedades, la visita al Museo de Nubia puede ser una excelente forma de pasar el tiempo en la ciudad. El proyecto comenzó después de que la ONU respondiera a una solicitud del gobierno egipcio, con el objetivo de preservar los monumentos de Nubia ante la amenaza de las aguas del Lago Nasser. Hoy en día, la historia del museo recorre más de 6.000 años.

El Río Nilo, alma de la ciudad

La ciudad de Asuán no se podría entender sin el Río Nilo, ya que este río ha sido el alma y la fuente de vida de la región durante miles de años. Ningún viaje a Asuán está completo sin navegar por sus aguas, que no solo han sido vitales para la agricultura y el transporte a lo largo de la historia, sino que también ofrecen una experiencia única, en la que le puedes añadir un pequeño baño.

Puedes alquilar una faluca, una tradicional embarcación de vela egipcia, o un bote motorizado para recorrer el río y disfrutar de su serenidad. Navegar por el Nilo te permite descubrir vistas espectaculares de la ciudad, el desierto circundante y las islas cercanas. El atardecer sobre el Nilo es especialmente mágico, cuando el sol se pone detrás de las montañas, bañando el río en tonos dorados y naranjas.

Una de las islas más destacadas en el Nilo cerca de Asuán es la Isla Elefantina. Esta isla es conocida tanto por su belleza natural como por su rica historia. En la antigüedad, Elefantina fue un importante centro comercial y militar, y hoy en día alberga ruinas de templos dedicados a los dioses egipcios, como el templo de Jnum, dios de las aguas del Nilo, y el santuario de Satet, diosa de la fertilidad.

La Orilla Oeste del Nilo

La orilla oeste del Nilo, enfrente de Asuán, es un lugar esencial para comprender la rica historia de la región, ya que alberga algunos de los monumentos más emblemáticos y antiguos de Egipto.

En su orografía destaca Qubbet el-Hawa (que significa «Casa de los Vientos» en árabe), una colina rocosa de aproximadamente 130 metros de altitud. En la cima y en su ladera se encuentran varios de los sitios más fascinantes de Asuán, como las Tumbas de los Nobles, el Monasterio de San Simeón y el Mausoleo de Aga Khan, todos ellos rodeados por el desierto y con vistas espectaculares al Nilo.

Cada uno de estos monumentos ofrece una mirada única a diferentes periodos de la historia de Egipto. Desde las tumbas talladas en roca, donde descansaban los nobles del Antiguo Egipto, hasta el monasterio copto que destaca por su serenidad en medio del desierto, cada rincón de la orilla oeste está impregnado de historia.

Además, esta zona ofrece algunas de las mejores vistas de Asuán, con el Nilo fluyendo mientras el sol se pone detrás de las montañas.

El Pueblo Nubio de Gharb Soheil: una pincelada a las raíces nubias

El Pueblo Nubio de Gharb Soheil es una pequeña y pintoresca comunidad ubicada en la orilla occidental del Nilo, cerca de Asuán, que ofrece un acercamiento a la cultura nubia sin apenas salir de la ciudad. Los nubios son una de las comunidades más antiguas de Egipto y Sudán, con una historia que se remonta a miles de años. Gharb Soheil es un lugar donde las tradiciones nubias siguen vivas, y sus habitantes mantienen una forma de vida arraigada en sus costumbres y su relación con el Nilo.

Lo que más destaca de Gharb Soheil es el colorido de sus casas. Pintadas en tonos brillantes como el azul, el amarillo, el verde y el rojo, las viviendas se alinean en las calles estrechas del pueblo, reflejando la calidez y la hospitalidad de la comunidad. Esta explosión de colores es una característica típica de la arquitectura nubia, que no solo tiene un propósito estético, sino también simbólico, representando la conexión con la naturaleza y los elementos.

Sin embargo, para visitar el pueblo hay un «pero», sobretodo si vas en una excursión organizada, como fue nuestro caso. Es probable que te digan de dar un paseo en camello, o que ten inviten a una típica casa nubia en donde tienen cocodrilos vivos atados, para que te saques fotografías. Si no eres muy amante de este estilo de turismo con animales, es mejor que lo comentes con antelación al guía.

Una de las experiencias que más me gustó, fue la visita de un colegio nubio por la tarde. Ya no había clases, pero nos enseñaron (o más bien nos intentaron enseñar) unas cuántas palabras en árabe.

El respeto a otras culturas

Una de las experiencias más desagradables del viaje no tuvo que ver con Egipto, sino con gente como nosotros. Para mí fue ver cómo algún compañero del grupo, no llevaba camiseta para entrar en el colegio y las aulas, aunque el mismo guía le dijo con educación que se la pusiera por respeto a los alumnos y al profesor (aunque ya me parece suficientemente bochornoso que te lo tengan que decir). Una vez que el guía se lo dijo, siguió sin hacer caso.

Varios lo vimos como un acto de soberbia tremendo, y una falta de respeto a otras culturas monumental. Por mucho que no te guste el regateo, o la cultura del país, debes respetarla si has ido allá. Y si no, no vayas. No es necesario ir por la vida pisando cabezas.

La presa de Asuán

Se trata de una de las estructuras más importantes de Egipto, no solo por su impacto en la economía y el desarrollo del país, sino también por el cambio que trajo consigo a la región. Existen dos presas clave en Asuán: la Presa Antigua y la Presa Alta de Asuán, ambas fundamentales para el control de las aguas del Nilo, pero con diferencias significativas en cuanto a su construcción, propósito y legado.

La Presa Antigua fue la primera gran estructura construida para controlar las aguas del Nilo, estabilizando las inundaciones y permitiendo el riego agrícola. Aunque fue un avance en su época, con el tiempo resultó insuficiente debido al crecimiento de la población y la demanda de energía.

La Presa Alta, mucho más grande, fue completada en 1970 y tiene como objetivo principal regular las aguas del Nilo, prevenir inundaciones y generar energía hidroeléctrica. Su construcción creó el Lago Nasser, un vasto embalse que se extiende por más de 130 kilómetros, proporcionando almacenamiento de agua y energía, pero también desplazando a miles de nubios de la región.

El Templo de Filae o Philae

Mención aparte merece el Templo de Filae o Philae, del cuál escribiré en una entrada dedicada a este templo, dedicado a la diosa Isis. Originalmente ubicado en la isla de Filae, fue trasladado a la isla de Agilkia durante la construcción de la presa de Asuán. Su arquitectura y su entorno lo convierten en una parada imprescindible.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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