Galicia, un paseo por la Costa da Morte

Galicia, un paseo por la Costa da Morte

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Cuenta la leyenda, que el nombre de Costa de La Muerte (Costa da morte en gallego) proviene de la infinidad de naufragios y desastres que sucedieron a lo largo de la historia en este trozo de costa. Los acantilados, los cabos y las aguas bravas se cobraron muchas vidas. Además, aquí se encuentra Finisterre (Fisterra en gallego), el que por mucho tiempo, se consideró el fin del mundo.

Con este nombre tan literario, nos sorprende el segmento noroeste del litoral gallego. Entre los pueblos que componen este litoral se encuentran los pueblos de Corme, Puenteceso, Traba, Camelle, Arou, Santa Mariña, Camariñas, Javiña, Merexo, Mugía, Lires, Nemiña, Dumbría y Finisterre.

Estos pueblos están íntimamente vinculados al mar y sus oficios. Una zona donde aún se tiene el mismo respecto al océano Atlántico que hace siglos, y donde la agitada mar, nos recuerda que ella es la que manda por estos lares.

Pero además de esta introducción, el paraje es bello, muy bello, así que si te encuentras por Galicia, este es un sitio imprescindible para visitar. En esta entrada voy a hablar de tres sitios que me gustaron mucho dentro de la Costa de Morte, aunque se podrían poner bastantes más. Aconsejo este enlace a rutas por la Costa da Morte.

Fisterra – Finisterre, el fin del mundo

Finisterre es el fin del mundo gallego. Hoy en día muchas plazas se disputan esa plaza, como Ushuaia en Argentina.

Sin embargo, en la época medieval, se consideraba que aquí se acababa el mundo y las aguas eran dominadas por monstruos marinos. Los romanos lo denominaron finis terrae, ya que era el punto más occidental que conocían.

Hoy en día la leyenda se ha reducido, pero para mucha gente sí es el fin de algo: del Camino de Santiago. Mucha gente hace las etapas desde los Pirineos navarros hasta Santiago de Compostela. Sin embargo, hay personas que aún no les ha parecido suficiente, y siguen la ruta hasta Fisterra.

Fisterra es una villa marinera con mucho encanto, en donde comer unos excelentes productos del mar como la lubina, navajas o pulpo. O visitanto templos gastronómicos, como el mercado de avastos.

Aquí es posible disfrutar de unas buenas playas (Playa de Langosteira, Playa de Talón, Playa de Corveiro), o de unos cuántos sitios culturales, como el bonito Castillo de San Carlos (donde se encuentra el museo del mar) o la Iglesia de Nuestra Señora de las Arenas.

Pero sin lugar a dudas, el punto más visitado es el Cabo de Finisterre, con un faro de primerísimo nivel, imprescindible para guiar a los barcos en estas aguas.

Aquí termina una de las rutas del Camino de Santiago, y es posible ver a muchos peregrinos sacándose fotos.

Los romanos lo denominaron finis terrae, ya que era el punto más occidental que conocían.

Mugía – Muxía

Muxía es una pequeña villa de pescadores, de alrededor de 5.000 habitantes. Si visitas Fisterra, te aconsejo que te pases por esta localidad marinera, muy concurrida en los meses de verano.

Quizás el mayor punto de interés esté un poco apartado. Se trata del Santuario da Virxe da Barca, a pie de mar. La leyenda cuenta que la virgen llegó en una barca aquí para dar ánimos al apóstol Santiago. Hoy en día se trata de un lugar de culto y peregrinaje.

Pero también es un sitio muy atractivo para la gente no religiosa, ya que es paisaje y la fusión del templo con el mar es espectacular. La construcción actual data de 1716 – 1719, aunque hay constancia de anteriores construcciones desde el siglo XII.

En los alrededores del templo se encuentra la escultura «A Ferida», del artista Alberto Bañuelos. Esta enorme y resquebrajada escultura, representa el sufrimiento causado en 2002 por el hundimiento del buque petrolero Prestige. La enorme escultura mide 11 metros de alto y pesa 400 toneladas.

La cascada del Ézaro

Para terminar esta entrada, os voy a presentar un pequeño tesoro. En Galicia gustan las leyendas. Se dice que existe una cascada que desemboca directamente en el mar, un pequeño presente, único en Europa.

Lo cierto es que es complicado corroborar esta afirmación, aunque quizás en Islandia, el país de la tierra y el fuego, no estén tan de acuerdo.

Sin embargo, lo que sí se puede afirmar es que en el municipio de Dumbría, provincia de La Coruña, se encuentra La cascada del Ézaro (en gallego Fervenza do Ézaro), un paraje espectacular.

Allí, en el monte Pindo (de 630 m de altitud), el río Jallas desemboca en el mar, salvando el desnivel. La cascada en sí tiene unos 40 metros de altura.

Curiosamente, cuando visitamos la cascada, había una pareja de novios sacándose fotos. Quizás las tomas en la central eléctrica no sea lo más romántico del mundo.

Y por último, ya que hemos llegado hasta aquí, también recomiendo la visita a Dumbría, con su bonita playa.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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