México, Palenque, o cómo sentirse Indiana Jones

México, Palenque, o cómo sentirse Indiana Jones

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Rodeada de colinas y de selva, esta antigua ciudad Maya llama fuertemente la atención de quien la visita. Palenque fueron las ruinas más impresionantes que visité en México. Supongo que la calidad de los edificios, pero sobretodo, el entorno, ayudaron a llevarme esta percepción del lugar. No por nada es patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1987.

La entrada cuesta unos 57 pesos (3’5 euros). Un consejo, llevad agua porque el calor es asfixiante, o comprarla en los puestos de fuera. Adentro no hay ningún sitio donde abastecerse.

Se considera una ciudad maya de tamaño medio, más pequeña que Copán o Tikal. Sin embargo, se estima que son cientos los edificios que componían la ciudad en los 15 kilómetros cuadrados de terreno. Actualmente sólo un 10% de la ciudad está restaurada, el resto forma parte de la selva. En ese sentido me recordó muchísimo a Angkor Wat, en Camboya.

La ciudad fue abandona después de la conquista española en el siglo XVI, pero aún hoy en día mantiene la solemnidad de sus edificios y arquitectura.

Templo de las inscripciones

Probablemente el edificio más famoso del complejo arquitectónico es esta pirámide escalonada. Dentro se descubrió la tumba de Pakal el grande, o también conocido como el astronauta, por los relieves que hay en su tumba en los que se asemeja a un viajero del espacio, de ahí que muchas personas que creen en lo esotérico  estén convencidos en que hubo contactos entre mayas y civilizaciones extraterrestres.

El palacio

Con unas medidas de 97 x 73 metros es el edificio más grande de Palenque. Se pueden visitar sus corredores (de hecho es una visita obligatoria cuando el sol aprieta, resguardándose a la sombra), pero no la torre.

La torre se cree que se construyó para ver los rayos del sol caer directamente en el templo de las inscripciones en el solsticio de invierno.

Templo del sol

La parte de arriba, es decir, la crestería, es la parte más importante del templo.

Merece la pena subir a las pirámides para poder apreciar el entorno desde arriba:

Dentro de las ruinas también se puede dar un paseo hasta unas pequeñas cascadas. Si se viene desde Agua azul o Misol-Ha seguro que no impactan, pero sí es verdad que el sitio es un buen refugio del sofocante calor.

El Panchán

Ya fuera de las ruinas… en algún lado habrá que comer y dormir ¿no? la verdad es que el pueblo no tiene nada especial, con lo que yo no lo aconsejo, no merece la pena.

Para ir allí creo que es mejor dormir en El Panchán. ¿Y qué es el Panchán? pues empezó como un asentamiento hippie a unos 4 km de las ruinas, es decir, en la selva. Hoy en día hay unos cuantos restaurantes, puestos de comida rudimentarios y zona de acampada, además de algún local básico para dormir.

El ambiente… entre hippie y bohemio. Por la noche hay música en directo en los bares (creo que hay dos), espectáculos de fuego y malabares. Si se quiere cenar unos platos que están de muerte el Don Mucho’s es perfecto, por ejemplo un plato de pasta espectacular y cerveza generosa cuesta alrededor de 150 pesos (9 euros)

Si se quiere algo más económico, por ejemplo, a la hora de comer una quesadilla y un zumo de frutas puede costar alrededor de 30-35 pesos (2 euros)

Nuestro alojamiento

En nuestro caso nos alojamos aún más en la selva, en el Camping Mayabell. Aún más cercano a las ruinas de Palenque que el Panchán.

Lo mejor de todo es el contacto con la naturaleza. Nosotros dormimos en hamacas, y se podían escuchar perfectamente a los animales, sobretodo a la noche. El ruido que metían los monos era impresionante. Eso sí, si se quiere dormir en hamaca es imprescindible ahuyentar a los mosquitos, ya sea con repelente, mosquitera o con el humo de una hoguera, o los tres a la vez 🙂

Además del contacto con la naturaleza otra de las ventajas es que hay una piscina que filtra el agua directamente de un estanque natural que está a uno de sus bordes. Por la noche debe haber monos que bajan a beber agua.

El desayuno no estaba incluido. Un consejo, si te quedas en el Mayabell por la piscina te aconsejo que comas en el Panchán, que es mucho más económico, rico y con mejor trato. O en un camping que hay a unos 500 metros, donde los desayunos, potentes donde los haya te cuestan 55 pesos (3,5 euros) y te vale si quieres como comida.

Curiosidades

Además del ambiente un tanto hippie, con gente bastante volada por las setas y otras sustancias, vimos un cartel muy curioso. ¿Despacio, niñ@s en libertad? que osados, normalmente en mi ciudad los tenemos con cadenas, por si acaso.

 

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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