Parma y Módena, descubriendo Emilia-Romaña

Parma y Módena, descubriendo Emilia-Romaña

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La región de Emilia-Romaña es sinónimo de cultura, historia y gastronomía. Mientras que Bolonia, con su vibrante ambiente estudiantil y su exquisita cocina, suele robarse el protagonismo (¡puedes leer más sobre Bolonia en mi post anterior!), ciudades como Parma y Módena tienen más que suficientes puntos de interés para explorar estas ciudades. En este artículo, te invito a recorrer dos joyas que combinan arte, arquitectura y ese sabor tan italiano y que nunca defrauda.

Parma

Fundada por los romanos en el 183 a.C., Parma ha sido un importante centro cultural a lo largo de los siglos. Durante el Renacimiento, bajo el dominio de los Farnesio, vivió una época dorada, convirtiéndose en un referente artístico y político. Hoy, su elegante atmósfera y su legado histórico cautivan a los visitantes.

La Catedral y el baptisterio

La Catedral de Parma es una obra maestra del románico italiano, con frescos imponentes, entre ellos, la cúpula pintada por Antonio da Correggio, que representa la Asunción de la Virgen. Junto a ella, el Baptisterio, de mármol rosa de Verona (otra ciudad que si no conoces, bien merece una visita), es un testimonio único de la transición entre los estilos románico y gótico, decorado con relieves y frescos que narran escenas bíblicas.

Si bien el exterior de la catedral es precioso, el interior sobresale con semejante cantidad de pinturas y frescos, a cada cual más espectacular. Desde luego, se trata de una de las visitas imprescindibles de la ciudad, y de la región.

El Palazzo della Pilotta

El curioso nombre de este imponente complejo proviene del juego de pelota practicado en sus patios durante la época de los Farnesio. El palacio alberga una serie de instituciones culturales como la Galleria Nazionale, con obras de Correggio y Leonardo da Vinci, y el Teatro Farnese, un tesoro que merece un apartado especial.

Además, incluye una valiosa biblioteca y un interesante Museo Arqueológico que exhibe piezas de la antigüedad descubiertas en la región, así como sarcófagos y otras piezas de gran valor de Egipto.

El Teatro Farnese

Sin lugar a dudas, lo que más me impactó de Parma, es este maravilloso teatro. Construido en 1618, este teatro de madera es una joya arquitectónica única en el mundo. Originalmente diseñado para grandes espectáculos, su acústica y su diseño en forma de herradura son impresionantes. Aunque sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial, fue meticulosamente restaurado y sigue siendo un símbolo del esplendor cultural de Parma.

El Teatro Regio

Un templo de la ópera que atrae a melómanos de todo el mundo. Inaugurado en 1829, el Teatro Regio es famoso por sus producciones de óperas de Giuseppe Verdi, nacido en las cercanías de Parma. Su interior es uno de los más ostentosos de Italia, y eso no es poco decir.

El Palazzo Ducale de Parma

Este majestuoso edificio, fue la residencia de los duques Farnesio. Rodeado por el encantador Parco Ducale, su diseño combina elegancia renacentista con un aire sobrio que refleja el poder de sus antiguos ocupantes.

La gastronomía en Parma

Parma es un paraíso para los amantes de la buena comida. Entre sus tesoros culinarios destacan:

  • Parmigiano Reggiano: Conocido como «el rey de los quesos», es un producto icónico de la región.
  • Prosciutto di Parma: Este jamón curado es famoso por su delicadeza y sabor distintivo.
  • Anolini in brodo: Pasta rellena servida en un caldo, ideal para los días más fríos.

Módena

Esta pequeña y coqueta ciudad, está en medio de Parma y Módena, a tan sólo 30 minutos de cualquiera de las dos. Sin embargo, aunque esté al lado de dos ciudades más grandes, Módena merece una visita.

Centro histórico

Recorrer las calles de Módena es una experiencia encantadora. Sus plazas, como La Piazza Grande, iglesias y casas coloridas, crean una atmósfera muy cálida. Esas calles empedradas, hacen que esta ciudad sea más acogedora para caminar que su vecina Bolonia.

Catedral de Módena y torre Ghirlandina

Este conjunto arquitectónico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1997, es un ejemplo sublime del románico europeo, y gran carta de presentación de la ciudad al mundo. La catedral, decorada con esculturas que narran episodios bíblicos, está acompañada por la torre Ghirlandina, que se eleva como un símbolo de la ciudad.

El inicio de la construcción de la catedral data del año 1099, y finalizó en el 1319. El interior es espectacular, con una altura impresionante, y más tratándose de estilo románico.

Palacio Ducal de Módena

Residencia de los duques de Este, este palacio barroco es un emblema de la grandeza de Módena. Actualmente, alberga la Academia Militar, pero su fachada y sus jardines siguen evocando épocas de esplendor.

Mercado Histórico Albinelli

Un punto de encuentro para locales y visitantes, este mercado es perfecto para degustar productos frescos de la región. Desde quesos y embutidos hasta frutas y verduras, cada rincón ofrece una explosión de colores y sabores.

Museo Enzo Ferrari

Módena es la cuna del automovilismo italiano, y este museo, dedicado al fundador de Ferrari, es una parada obligada para los amantes de los coches. Desde modelos históricos hasta exposiciones interactivas, aquí se celebra la pasión por la velocidad. Aunque también debo comentar que la entrada me pareció excesivamente cara para el espacio, con lo que si no eres un gran fan de los automóviles, quizás es una visita que te la puedas saltar.

Palacio dei Musei

Un centro cultural que reúne diversas colecciones, desde artefactos arqueológicos hasta pinturas renacentistas. El Palacio dei Musei es ideal para los amantes del arte y la historia.

La gastronomía en Módena

La cocina modenesa es sinónimo de calidad, lo cual en Italia es todo un cumplido. Algunos de los productos típicos de la ciudad son:

  • Aceto Balsamico Tradizionale: Este vinagre, envejecido por décadas, es un auténtico lujo gastronómico.
  • Zampone y Cotechino: Embutidos típicos que se sirven con lentejas o puré de patatas.
  • Tigelle y Gnocco Fritto: Aperitivos perfectos para acompañar con embutidos y quesos locales.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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