Creo que no podría terminar de escribir sobre Buenos Aires sin hacer una entrada sobre el tango. Se trata de uno de los bailes más sensuales del mundo, y patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco.
Un baile que nació a mediados del siglo XIX en ambas orillas del río de la Plata. Noche tras noche era bailado en clubs de no muy buena reputación, en los arrabales de Buenos Aires y Montevideo. Posteriormente se fue extendiendo a diferentes ciudades como París o New York.
De mestizaje italiano, español y africano, este baile poco a poco fue moldeando su forma definitiva, incluyendo letras cantadas en lunfardo (jerga propia de las ciudades portuarias del Río de la Plata) y acompañadas por el bandoneón, instrumento alemán utilizado en las iglesias humildes para sustituir al órgano.
Sinónimo de tristeza y sensualidad, el actor argentino Enrique Santos Discépolo lo definió así: «el tango es un pensamiento triste que se baila». Razón no le falta. También se ha dicho que es lo más parecido a hacer el amor en vertical.
Un baile reivindicativo
En un primer momento, fue denostado y prácticamente demonizado por la élite europea. Por ejemplo, el Kaiser de Alemania Guillermo II, poco antes de la I guerra mundial prohibió que sus oficiales bailaran este baile si llevaban puesto el uniforme. El vaticano apoyó la decisión con este texto:
«El Kaiser ha hecho lo que ha podido para impedir que los gentilhombres se identifiquen con la baja sensualidad de los negros y de los mestizos (…) ¡Y algunos van por ahí diciendo que el tango es como cualquier otro baile cuando no se lo baila licenciosamente! La danza tango es, cuanto menos, una de aquellas de las cuales no se puede de ninguna manera conservar ni siquiera con alguna probabilidad la decencia. Porque, si en todos los otros bailes está en peligro próximo la moral de los bailarines, en el tango la decencia se encuentra en pleno naufragio, y por este motivo el emperador Guillermo lo ha prohibido a los oficiales cuando estos vistan uniforme.»
Supongo que si lo prohíbe el Vaticano entonces es algo bueno.
El tango hoy en día
El tango ha superado la sombra de su mayor figura, Carlos Gardel, y hoy en día goza de muy buena salud ya que además del tango clásico existen multitud de grupos que realizan fusión del tango y las nuevas tecnologías, como por ejemplo Gotan Project o Bajofondo Tanglo Club.
Si se quiere disfrutar del tango clásico un buen sitio es la milonga del domingo noche en la plaza Dorrego, en San Telmo. Otras opciones más elegantes y con muchísimo encanto son las milongas de la Confitería Ideal (microcentro – calle Suipacha 380) o El beso (Tribunales – calle Riobamba 416). Se puede ir a observar, pero hay que tener en cuenta que si se mira a los ojos es una incitación para bailar , y si te sacan… ¡glup!
Os dejo con estas fotos que saqué a unos amigos en La Boca, el barrio del Tango por excelencia en Buenos Aires. Muchísimas gracias a David Ospina, Diana Diaz y Gloria María Jimenez.
Impresionante David mejorando cada dia. Pero estas fotos estan preparadas ¿no? esta gente esta posando ¿no?
Aupa Gorka!
Jeje, veo que la gente se lo pregunta. Pues sí, estaba por La Boca y había una pareja que se estaba haciendo fotos con una cámara normal, me ofrecí a hacerles una serie y aceptaron, así que todos contentos. Además creo que las fotos han salido bastante bien, la verdad.
Nos vemos, aio!
El tango, eso que tanto representa a la Ciudad de Buenos Aires, representado ahí en esas fotos en la Boca, la verdad llama muchísimo la atención!, muchísimas ganas de conocer todo eso!!! Voy a buscar apartamentos en Palermo para conocer toda esa belleza