Córdoba, ciudad patrimonio de la Humanidad

Córdoba, ciudad patrimonio de la Humanidad

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De tamaño medio, unos 350.000 habitantes, Córdoba es una ciudad perfecta para una escapada de fin de semana.

Los muros de esta ciudad son viejos, muy viejos, más bien milenarios. Por sus paredes se han escuchado los teoremas de Séneca, la poesía de Lucano, y el febril ajetreo de los comerciantes judíos y árabes. Hasta el descubrimiento de América se planeó aquí. Tuvo tantos edificios lúdicos como Roma, incluso fue la ciudad más poblada del planeta en la época musulmana.

Este pasado y su gran legado histórico y arquitectónico, han hecho que el centro de la ciudad sea declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Estas son algunas de las razones por las cuales Córdoba aspiró a ser la Capital cultural europea 2016. No son las únicas, ya que en el presente Córdoba es una ciudad dinámica.

¿Dónde alojarse?

  • Alojamiento: Senses and Colours Añil Hostel
  • Precio: 20 euros
  • Apuntes: un sitio normalito. Seguro que hay mejores hostels en la ciudad. Coincidió que era la feria, así que no pude pedir mucho. Lo único a destacar es que se encuentra en medio de la judería, a 5 minutos andando de la mezquita.

Qué ver

Prácticamente todos los puntos de interés (excepto Madīnat al-Zahrā – Medina Azahara) se pueden recorrer a pie. En esta imagen la perspectiva de la ciudad desde el puente romano, con la puerta del puente y la mezquita.

Mezquita catedral de Córdoba

Es la imagen más distintiva de la ciudad, y junto con la Alhambra de Granada, el legado musulmán más importante en el país. Se empezó a construir en el 786 donde anteriormente se ubicaba una basílica visigótica. Como otras mezquitas de Andalucía tras la reconquista fue reconvertida para ejercer el culto cristiano.

Pero por mucho que se ocultara tras capillas catedralicias y campanarios cristianos el pasado musulmán es patente en todos sus rincones.

Comentar que en su momento fue la segunda mezquita más grande del mundo, solamente superada por la mezquita de La Meca y La mezquita azul de Estambul.

La imagen más famosa de la mezquita – catedral: el palmeral de centenares de columnas del interior. Sin lugar a dudas, merece la pena pagar los 10 euros que cuesta la visita.

Una de las mejores perspectivas de la mezquita es la que se puede ver desde el otro lado del puente romano, tanto de día como de noche la imagen es preciosa.

Historia

Uno de los sitios de la ciudad donde se reúnen más puntos emblemáticos se encuentra entre los muros de la mezquita, la Puerta del puente y el Triunfo de San Rafael. Cualquiera de estas calles te llevará a algún sitio que merezca la pena.

Puente romano

El más importante de la ciudad y hasta mediados del siglo XX, fue el único puente con el que contaba la ciudad. 2.000 años de historia, ahí es nada.

Las solemnes puertas

Antiguamente la ciudad Córdoba estaba totalmente amurallada, y aún se encuentran los restos de las murallas y algunas de sus puertas. La Puerta de Almodóvar, la Puerta de Sevilla y la Puerta del Puente (en las fotos) son testigos de ese antiguo aislamiento.

La defensa de la ciudad, las antiguas murallas

Aún se conservan restos de las anteriores murallas cerca de los baños califales y las caballerizas reales. Merece la pena recorrer esta zona (más que recorrer pasear, que no hay prisa).

Tomarse una cerveza en alguna de los bares de la zona y observar como cercanas a los muros, las ilustres estatuas de la ciudad nos miran serenamente, conscientes que ellas perdurarán cuando nosotros ya no estemos aquí.

El Alcázar de los reyes cristianos

Si se tiene tiempo se puede visitar la que fue una de las residencias reales. Creo que la visita no está mal, con varios mosaicos de la época romana. Si lo tuyo no es el arte, las vistas desde sus almenas y los cuidados  jardines tampoco están mal.

Las caballerizas reales

Creo que se puede entrar de manera gratuita (al menos yo lo hice), aquí se cría el famoso caballo andaluz, uno de los más bellos del mundo.

El legado romano

Córdoba tiene pasado romano, de hecho fue capital de la provincia Hispania Ulterior Baetica (Bética). Las ruinas del templo romano que se encuentra entre las calles Claudio Marcelo y Capitulares hablan por sí solas.

El legado judío

Es evidente que esta ciudad es un encuentro de culturas. Esta frase tan reutilizada es muy cierta aquí. El barrio de la judería es digno de verse, y la entrada a la sinagoga es gratuita. No es grande, y si no te interesa la historia y el arte no te gustará, pero el barrio es una auténtica pasada. La zona directamente es imprescindible, si no has estado aquí no has estado en Córdoba.

Plaza de la corredera

Una plaza con otro aire, totalmente cerrada, y en la que merece la pena tomar una cerveza en cualquier terraza. Muy buen ambiente, y al estar fuera del centro, con mejores precios.

Recorrer, caminar, pasear

Como realmente se respira una ciudad es caminando, paseando sus calles y empapándote de su aroma. Sí, has leído bien, digo aroma. Las calles huelen, y en Andalucía más, ya sea por los naranjos, por las flores o por los restaurantes.

Y si lo tuyo no es oler las calles no te preocupes, Córdoba tiene uno de los cascos históricos más grandes de Europa, patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Perderse por las calles es algo que aquí es indispensable. Además lo de perderse es literal, calles, pasadizos, callejones y callejas, de todos los tamaños y distancias. Las calles andaluzas tienen mucha vida, así que aprovéchalo.

El agua y las flores

Andalucía es famosa por sus calles blancas y con flores. Y Córdoba no es menos. La calle de las flores es fiel imagen de una calle típica, estrecha para que no entre el sol, blanca a más no poder y decorada con mil flores. El problema de esta calle, que es demasiado turística.

Por otro lado para los árabes el agua es fuente de vida. Ese legado queda patente en Córdoba puesto que no faltan, y es que con el calor que hace no me extraña.

Tapas

Básico, no hay más que decir. Venir hasta aquí y no comer salmorejo, papas, ensaladilla o cualquiera de las tapas que ofertan es un crimen.

La feria

Supongo que la más famosa es la de Sevilla, aunque por lo que tengo entendido el estilo de feria es diferente, más elitista. Me ha gustado, y mucho. Supongo que como muchos siendo del norte tienes una idea de lo que es una feria andaluza, con muchos tópicos en la cabeza. Supongo que lo mismo pensarán los andaluces de San Fermín, todos corremos los encierros. Y no es así.

Hace tiempo había estado en la feria de Málaga y me llevé un recuerdo muy bueno. Y de la de Córdoba me pasa lo mismo. Gente muy abierta, con ganas de pasárselo bien, y fiesta, mucha fiesta.

La feria: el recinto

El recinto ferial es enorme, una gran puerta da la bienvenida a todo el que quiera pasar y disfrutar.

La feria: la vestimenta

Muchísima gente vestida de gala para la ocasión. Tanto hombres como mujeres. Por cierto, está confirmado, las andaluzas son guapas, muy guapas.

Las luces de la feria

Si algo caracteriza a las ferias son las luces. La de Córdoba no es para menos, puentes, calles, puertas, etcétera. La noche es el momento en el que el recinto se engalana.

Las casetas de la feria

Las hay de todos los tamaños, colores y sabores. Para familias, jóvenes, más clásicas, más modernas, etc. Adentro los precios son populares, con lo que comer y beber sale más o menos asequible.

Lo clásico frente a lo moderno

El calor en la feria, cómo sobrevivir

En Córdoba hace mucho calor. Seguro que en el desierto del Gobi refresca más que aquí. Así que durante el día en el recinto literalmente se riega a las personas. Una serie de aspersores refresca el ambiente.

Los conciertos

Si como yo eres un poco makarra con la música, hay alternativas. Al fin y al cabo no a todos nos gusta coger la manzana, comerla y tirarla al suelo. Reggae, punk, rock, pop… hay otras posibilidades.

Unas curiosidades de la ciudad

Curiosidades: un poco de respeto ¿no? el cartel es muy bueno.

Curiosidades: la caló

En Andalucía conviven con ella. De hecho es tan familiar que tiene hasta nombre. Aquí no hace calor, aquí es «la caló«. Se puede estar a las 11 de la mañana a 37 grados, y sin despeinarse.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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Esta entrada tiene un comentario

  1. Talbanés

    Me alegra que te haya gustado Córdoba. Un saludo.

    Canto a la bicicleta y la ciudad:

    En mi paseo cordobés, matinal… entre esos altos muros, circulando por estas callejas que parecen querer abrazarme y que evocan épocas pretéritas donde me siento como un extraño viajero que llega del futuro…, imaginando quizás que hace mil años algún erudito inventor paseó por la opulenta ciudad califal cabalgando algún aparato parecido al que yo conduzco, y seguramente ante el asombro y la expectación del gentío que abarrotaba callejas y zocos…, como cuando vieron al gran Ibn Firnás en su famoso vuelo de la Arruzafa. Entre estas viejas piedras donde la higuera se aferra pertinaz, bajo este cielo azul que para nada refleja el ajetreo de lo cotidiano, quiero lanzar un canto de sosiego y de futuro; a ti te hablo… bicicleta…, efímeros besos, cosquillas y caricias constantes a la ciudad…, ciudad de las bicicletas oprimidas que se rebelan con su aliento fresco y natural contra los humos y ruidos…, bicicletas de la urbe, en vuestro lento caminar, cadencioso y alterno, sois símbolo de elegancia y libertad.