Norte de Navarra – Cinco Villas

Norte de Navarra – Cinco Villas

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Las cinco villas, bortziriak

En el extremo norte de Navarra, pegado a Francia y a Gipuzkoa, se encuentra una comarca sacada de un libro de cuentos, donde los seres mitológicos de la cultura vasca campan a sus anchas. Es evidente que la Comarca de las Cinco Villas (Bortziriak en euskera), contiene uno de los paisajes más espectaculares de todo Navarra.

Las suaves montañas alojan bosques de hayas y robles, y en los verdes prados donde crece la hierba, se encuentran preciosos caseríos vascos (o si hablamos con propiedad, baserris). A este conjunto tan idílico, se le suman unos pueblos excelentemente cuidados, y una gastronomía de primera calidad.

Las Cinco Villas están conformadas por los pueblos de Bera (Vera de Bidasoa), Lesaka, Etxalar, Igantzi (Yanci) y Arantza (Aranaz). Tienen categoría histórica de villas (al igual de Madrid o Bilbao), y por su condición fronteriza siempre han tenido mucha relevancia histórica.

Hoy en día, la Comarca de las Cinco Villas concentra la mayor parte de la industria del norte de Navarra, siendo la explotación ganadera y forestal y el turismo otras dos fuentes de ingreso muy relevantes.

Bera / Vera de Bidasoa

A unos 75 kilómetros de Pamplona / Iruña se encuentra esta bonita localidad de alrededor de 3.700 habitantes. No se conoce realmente de dónde proviene el nombre de Bera. Las teorías más aceptadas es que o bien puede venir del euskera behera (parte inferior – abajo), al ser el pueblo con menos altitud de todo Navarra, o bien proviene del castellano, al encontrarse en la vera del río Bidasoa.

El pueblo tiene dos núcleos principales: por un lado el núcleo de la villa, dominado en lo alto por la Iglesia de San Esteban, y por otro lado, el barrio de Altzate, con cuidadísimas casonas de piedra.

Núcleo de la Villa

Subiendo hacia la Iglesia de San Esteban, se podría considerar a la Plaza del pueblo (Kerriko Etxea Plaza) el punto neurálgico de Bera. Aquí se encuentra la Casa Consistorial, con sus pinturas policromadas, realizadas por Julio Caro Baroja.

Al otro lado de la plaza, se encuentra la imponente Iglesia de San Esteban, la cual sufrió importantes reformas en 1632. Además de la relevancia del templo, las vistas de la villa son espectaculares. Como curiosidad, en el jardín de la iglesia, hay muchas estelas dicoideas funerarias.

Los barrios

Digamos que el pueblo es bastante alargado, y la calle Legia une el núcleo más antiguo con los barrios. Un barrio especialmente bonito es el barrio de Altzate. Merece la pena perderse por sus calles.

Las casonas señoriales

En siglos ya pasados, muchos de sus habitantes emigraron hacia América, para conseguir tierras y riquezas (al igual que sucedió en el vecino y archiconocido Valle de Baztan). Muchos de ellos volvieron con mucho dinero, y lo invirtieron en la zona. A estos hombres se les llamó «indianos«, y forman parte de la idiosincrasia de la zona. En Bera hay buenos ejemplos de las casonas señoriales, aunque no tantos como en Elizondo.

La Casa Itzea de la ilustre familia Baroja, es una de las casas más famosas del pueblo, aunque para mí, no es la más bonita. Otra casa famosa es la Casa Aroztegia, donde José Bonaparte se refugió tras huir en la batalla de Vitoria-Gasteiz.

Los alrededores de Bera

Como ya se ha comentado anteriormente, Bera está próxima a Gipuzkoa y a Francia, y a escasos kilómetros de la costa. De hecho, desde el monte Larrun, que hace frontera con Francia, se ve en sus faldas el mar. Algunos sitios de interés, además del resto de las Cinco Villas, es realizar una escapada a las espectaculares Cuevas de Zugarramurdi, o bien cruzar los Pirineos hasta llegar a Francia.

Curiosidades de Bera de Bidasoa

En los soportales del ayuntamiento, hay un buzón con la cara de un demonio. No sé qué pasa si introduces una carta, y si irá directamente al infierno.

Lesaka / Lesaca

Lesaka es otra de las maravillas que nos aguarda esta Comarca. A pesar de ser una zona con una importante presencia industrial, esta apenas afecta a nivel paisajístico como en otras zonas del norte de Navarra, Gipuzkoa o Bizkaia.

Esta villa es un poco más pequeña que Bera. De hecho, no llega a los 3.000 habitantes. Sin embargo, tiene unos cuántos lugares interesantes para visitar.

El conjunto arquitectónico

Creo que lo que más llama la atención son sus casas de piedra y ese cierto aire medieval. Si tuviera que definir las casas, quizás emplearía el adjetivo «impolutas». Aquí el tiempo pasa despacio, así que disfruta tranquilamente de un paseo por el pueblo.

Dentro de Lesaka la Beheko Plaza, con su regata que separa en dos la calle, merece una mención especial. Aquí también se celebra las afamadas fiestas de San Fermín. En esta fiestas, quince dantzaris bailan por todo el pueblo, pero en este punto hacen el baile más espectacular de todos, el Zubigainekoa, rememorando una paz que se firmó en el siglo XV entre los diferentes barrios de la Villa.

También en medio del pueblo, se encuentra la Torre Zabaleta o Kazerna. Se trata de un palacio de cabo de armería del siglo XV, muy bien conservado.

La Iglesia de San Martín de Tours

Visita obligada es la Iglesia de San Martín de Tours. Se trata de uno de los edificios más monumentales de Navarra. Y aunque se realizó entre los siglos XVI, XVII y XVIII, su estilo gótico tardío y barroco expresan un concepto de unidad.

Si eres de los que no les gusta visitar edificios no te preocupes, porque la iglesia está encaramada en una colina, así que podrás disfrutar de la mejor vista del pueblo y sus alrededores.

Curiosidades y tradiciones de Lesaka

Además de los bailes, Lesaka tiene un patrimonio cultural envidiable. Se dice que en esta zona nació la tradición del Olentzero, ese carbonero que baja del monte todas las navidades para dar regalos a los niños (una especie de Papá Noel vasco pero más arraigado a la tierra).

Otras tradiciones no son tan «cuquis«, como el ajusticiamiento que se hacía en el Pillirik, una columna de piedra con una cruz. Aquí se ajusticiaba a la gente colgándolos de la lengua (la iglesia conoce bien esta tradición), o a los niños que no se portaban bien, se les untaba con miel para que las moscas cojoneras les agobiasen.

Por suerte, estas prácticas hoy en día ya no existen, y el mayor agobio que puedes pasar, es que alguien encienda una bengala para celebrar que su equipo de fútbol ha ascendido.

Dónde comer en Lesaka

En toda la zona se come genial. Pero si estás en Lesaka, te aconsejo que te pases por el Restaurante Kasino Lesaka (Plaza Zaharra, 23). Quizás no sea un restaurante barato, pero los productos son de primera. ¡Ah! La tortilla de patatas tiene muchísima fama.

Etxalar / Echalar

Siguiendo en las Cinco Villas, marchamos hacia Etxalar, uno de los pueblos con mayor densidad de casas rurales en todo el territorio nacional. Imaginad el por qué.

Si bien es un pueblecito muy pequeño (unos 800 habitantes), tiene bastantes servicios para poder comer o tomar algo. El pueblo se recorre rápido, aunque aconsejo pasearse por los alrededores de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, La Plaza mayor, el frontón o la zona de la presa.

También te aconsejo que te pares a observar las casas rurales y los detalles en todos los edificios. De hecho, Etxalar consiguió el Premio Nacional de Turismo para embellecimiento y mejora de los pueblos. Y no es para menos.

Igantzi / Yanci

Otro de los pueblos idílicos de las Cinco Villas es Igantzi. Este pequeño pueblo de 600 habitantes, está espectacularmente difuminado con su entorno.

Aunque la Iglesia de San Miguel Arcángel sea el único edificio monumental de Igantzi, no se debería subestimar la belleza del pueblo, como se puede apreciar en las imágenes.

Irrisarri Land

Pero si lo que realmente lo que te gusta es la aventura, no te pierdas Irrisarri land, en uno de los barrios de Igantzi. 75 hectáreas con tirolinas y deportes de aventura, un bike park, rutas con caballos…

Arantza / Aranaz

Y ya para terminar, que no por ello menos espectacular, está la Villa de Arantza. Ya desde el aparcamiento a las afueras, podemos apreciar una bonita perspectiva del pueblo, rodeado de montañas.

Dentro del pueblo destacan La casa consistorial y la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción. Aunque, como en los casos anteriores, lo que realmente destaca en la conjunción de pueblos excelentemente cuidados con un entorno maravilloso.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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