Menorca – visitando Maó y Ciutadella

Menorca – visitando Maó y Ciutadella

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Visitamos las dos ciudades más importantes de Menorca. 45 kilómetros separan la Capital Maó – Mahón de Ciutadella. Cada una en un extremo de la isla, conforman el eje principal en la isla.

Maó – Mahón, la capital

En el extremo oriental de la isla nos encontramos con esta bonita ciudad, que cuenta con cerca de 30.000 habitantes, es decir, un tamaño pequeño, pero más que suficiente en la isla.

Desde 2012 el nombre oficial es Maó-Mahón, aunque es un nombre que viene de muy atrás. Hace más de 2.200 años, Fue Magón, el hermano del todopoderoso cartaginés Aníbal, quien dio nombre a este emplazamiento.

A partir de ese momento, su afortunado puerto ha sido codiciado por numerosos imperios como el romano, bizantino, los musulmanes, y más recientemente, potencias como Francia, España e Inglaterra.

Hoy en día es una ciudad pacífica, con el típico ritmo isleño, poco acostumbrada a las emociones fuertes de ciudades como Barcelona o Madrid.

El puerto natural de Mahón

Sin lugar a dudas el mayor punto de atracción de Mahón es su enorme puerto natural. Se trata del segundo más largo de Europa, y uno de los más largos del mundo.

El puerto divide claramente el mapa de la zona, ya que en la ribera sur se encuentra las poblaciones de Mahón y Es Castell (Villacarlos), y en la ribera norte se encuentra una zona industrial, casas de veraneo y diversas calas, y hasta una zona militar.

El centro de la ciudad

La ciudad no cuenta con grandes monumentos, pero eso no quiere decir que no merezca la pena pasear por sus calles. Todo lo contrario.

El legado medieval de la ciudad es limitado, aunque uno de los puntos medievales que se conservan, es el puente de Sant Roc, del siglo XIV, el único vestigio de la antigua muralla de la ciudad. Fue restaurado después del saqueo otomano de 1535, y es uno de los rincones con más encanto de la ciudad.

En la Plaza de la Constitución, encontramos el Ayuntamiento (Sa Sala), edificio iniciado en 1613, y con el famoso reloj que trajo un gobernador inglés.

A poca distancia de la plaza del ayuntamiento también podremos disfrutar de la Iglesia de la Concepción y la Iglesia del Carmen.

Pero sin lugar a dudas, lo mejor es perderse en las calles, disfrutando de unas casas muy cuidadas, y una mezcla de cultural muy interesante, como la que se puede apreciar en las señoriales casas de la Calle Isabel II.

El legado inglés en la ciudad

Menorca estuvo bajo la dominación del imperio británico durante 71 años durante el siglo XVIII. Lo cierto es que el dominio inglés no supuso ningún quebradero de cabeza para los menorquines, ya que a los británicos sólo les interesaba la isla por ser un punto estratégico en el Mediterráneo, por lo que mantuvieron sus leyes e idioma, entre otras cosas.

Posteriormente, en 1802, la corona española se hizo definitivamente con la isla, a través del tratado de Amiens. Lo cierto es que no fue una buena época para la isla, ya que perdió su autogobierno, el catalán dejó de ser la lengua oficial en detrimento del castellano, Mahón dejó de ser un puerto franco… vamos, un problema en toda regla.

Hoy en día, el legado británico en la isla es importante. Los ingleses fundaron ciudades y crearon fuertes, o dejaron una impronta con un estilo Georgiano que se puede apreciar en Mahón y alrededores. Además, la ginebra típica de Menorca, las fiestas con caballos o muchas palabras empleadas por los menorquines, provienen de la cultura británica.

Las fortalezas

Un puerto tan largo era necesario defenderlo, ya que los ataques de potencias extranjeras o de piratas eran frecuentes (por ejemplo, el saqueo en 1535 por parte del temible corsario turco Barbarroja)

Por lo tanto, son numerosas las fortificaciones que existen a lo largo del mismo. Dos de las más impresionantes son el Fuerte de San Felipe y la Fortaleza de la Mola.

Ciutadella, la «otra» capital

Ciutadella (o Ciudadela en español) se encuentra en el extremo más occidental de la isla. Al igual que otras ciudades estratégicas que pasaron por muchas manos, la ciudad ha tenido muchos nombres: Jamma, Nura, Minerva, Iamo, Iamona, Municipium Flavium Iamontanum, Medina Minurka…

Si bien Mahón ejerce como capital de la isla, personalmente, Ciutadella me parece una ciudad aún más bonita. Para no discutir demasiado, parece que hasta en el tamaño las dos ciudades se pusieron de acuerdo, ya que Ciutadella tampoco supera, por poco, los 30.000 habitantes.

Lo cierto es que es una delicia perderse por el centro medieval, y disfrutar de sus callejuelas. Además, es una ciudad que tiene mucho ambiente.

El puerto

Parada obligatoria, y uno de los sitios más pintorescos de la ciudad, es el puerto de Ciutadella. Un sitio donde se mezclan los barcos con la pesca del día con los yates deportivos.

La catedral

En la parte más alta de la ciudad se encuentra está basílica menor. De estilo gótico, fue construida en en siglo XIV (1300-1365), sobre una antigua mezquita.

Perderse por las calles de Ciutadella

Imprescindible perderse. Coquetas callejuelas con infinidad de comercios y plazoletas, nos animan a pasear sin prisa, parándonos en los comercios, terrazas y restaurantes.

También hay alguna plaza más amplia, como la Plaza de la Esplanada (muy recomendable para tomar algo) o la Plaza del Borne, donde poder apreciar el puerto.

El Castillo de San Nicolás

A las afueras de la ciudad, o a la entrada desde el mar, según como se mire, podemos encontrar el Castillo de San Nicolás, una pequeña fortaleza del siglo XVIII construida con la misión de defender la ciudad.

El faro de Ciutadella

En la entrada al puerto de Ciutadella de Menorca, ya en la Punta de Sa Farola, se encuentra un pequeño faro, que no llama mucho la atención.

Sin embargo, esta zona es muy recomendable para ver el atardecer, con unas hermosas vistas del horizonte, e incluso, si el tiempo está despejado, de Mallorca.

La gastronomía

Si quieres disfrutar de la mejor gastronomía de la ciudad, la zona del puerto tiene algunos de los sitios más famosos donde comer pescado fresco y comida Mediterránea.

Probablemente uno de los más famosos sea el Restaurante Cafè Balear, pero la cola para entrar es infinita.

Por lo tanto, decidimos por buscar otro lugar, y nos decantamos por Coa de Peix, un restaurante con comida Mediterránea mezclada con un estilo moderno (frase que suena a «voy a quedarme con hambre»). Lo cierto es que nos quedamos satisfechos, y a un precio contenido para hablar de productos de primera calidad.

El arte

Para terminar, no quiero pasar la oportunidad de mencionar la cantidad de obras artísticas que se pueden ver paseando por la calle. Lo cierto, es que para ser una ciudad tan pequeña, me parece un auténtico lujo tener tal cantidad de arte callejero.

Incluso los locales comerciales están decorados de tal manera, que parecen pequeños bodegones.

Si te has quedado con ganas de más…

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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