Rodeada de colinas, chimeneas y vestigios de un pasado industrial, Hunedoara no es el típico destino de postal. Su apariencia robusta recuerda que fue una de las capitales del acero durante la era comunista.
Pero entre esas sombras de hormigón, se alza uno de los castillos más impresionantes y cinematográficos de Europa del Este: el Castillo de Corvin (o Castillo de Hunyadi). Una joya gótica que parece sacada de una novela de fantasía.
📍 Cómo llegar: Hunedoara se encuentra en el oeste de Rumanía, en el condado de Hunedoara. Desde Sibiu o Timișoara, se puede llegar en coche en unas 2-3 horas. No hay estación de tren directa, pero se puede tomar un tren hasta Deva y luego un autobús o taxi (20 km). También es posible llegar desde Sighișoara, Brașov o Sibiu si estás explorando Transilvania.

🕰️ Un poco de historia
Hunedoara tiene orígenes antiguos, con asentamientos dacios y romanos en sus alrededores. Pero su auge llegó en el siglo XX, cuando fue transformada en un núcleo industrial clave por el régimen comunista. La ciudad creció alrededor de su gigantesco complejo siderúrgico, una de las fábricas más grandes de Europa del Este.
A partir de los años 90, con la caída del régimen, la industria colapsó y la ciudad ha luchado desde entonces por renovarse, con avenidas con comercios y restaurantes. Sin embargo, el aire a otra época aún permanece.
Frente a este paisaje, contrasta el Castillo de Corvin, construido en el siglo XV por la poderosa familia Hunyadi. Su arquitectura gótica, sus torres puntiagudas, sus puentes levadizos y sus leyendas, han convertido al castillo en una parada imprescindible para quienes exploran Transilvania.

🏰 Castillo de Corvin: gótico, legendario e imponente
Con sus altas torres, muros de piedra y tejados rojos, el Castillo de Corvin (también conocido como Castillo de Hunyadi) es, sin duda, uno de los castillos más espectaculares no solo de Rumanía, sino de toda Europa. Su arquitectura gótica tardía, con influencias renacentistas, lo convierte en una joya única que ha servido de inspiración para novelas, videojuegos y producciones cinematográficas.
Su construcción comenzó en el siglo XV por orden de Iancu de Hunedoara, gobernador del Reino de Hungría y figura crucial en la defensa de Europa frente al Imperio Otomano. Fue concebido no solo como una fortaleza militar, sino como un símbolo de poder, con una decoración y tamaño pensados para impresionar.





A lo largo de los siglos, la familia Hunyadi y otros nobles húngaros ampliaron y remodelaron el castillo, dotándolo de nuevos elementos arquitectónicos. Durante su historia, fue escenario de alianzas políticas, intrigas palaciegas y encierros oscuros.
Hoy en día, es uno de los castillos más emblemáticos de Rumanía, y ha sido utilizado como escenario en varias películas, incluyendo la película original de Nosferatu de 1922, y su remake en 2024.

Entre los rincones más fascinantes del castillo:
🔗 Puente levadizo y foso seco: la entrada principal se hace a través de un largo puente de piedra y madera que salva el foso. A cada paso, el visitante siente que cruza el umbral entre la historia y la leyenda.
🏰 Torre de los Caballeros: imponente y sólida, esta torre fue pensada para defensa y vigilancia, ofreciendo panorámicas del entorno.
🪑 Salón de los Caballeros y Sala del Consejo: estos salones principales eran utilizados para reuniones políticas y banquetes. Su estilo gótico se aprecia en los altos arcos y columnas esculpidas.
🕳️ El pozo de los prisioneros: según cuenta la leyenda, tres prisioneros turcos cavaron este pozo de 30 metros durante 15 años con la promesa de su liberación, que nunca llegó.
⛓️ La prisión de Vlad el Empalador: se dice que Vlad Tepes, más conocido como Drácula, estuvo cautivo aquí durante su juventud, lo que añade una capa más de misterio y mito.
🏹 Torre de tortura y museo medieval: una zona que recoge armas, armaduras y elementos de la vida militar del medievo.
📷 Vistas desde las torres: subiendo a las torres se obtienen las mejores panorámicas del castillo, de la ciudad y de los antiguos restos industriales de Hunedoara.





🏙️ La ciudad de Hunedoara: entre la industria y la renovación

Fuera del castillo, Hunedoara presenta una imagen distinta. Sus edificios comunistas como enormes bloques de hormigón, fábricas y calles amplias, reflejan el diseño urbano comunista. Aunque muchas zonas se ven deterioradas, hay intentos de renovación: se han abierto cafeterías modernas, se han mejorado parques y avenidas, y se promueven rutas culturales para reactivar el turismo.
Quienes deciden quedarse unas horas más pueden recorrer el Parcul Tineretului, un parque agradable que ofrece sombra, bancos y zonas verdes para descansar (además de algún bar para tomarse una cerveza). En el centro del parque se encuentra la Iglesia de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel, de estilo ortodoxo, con una cúpula llamativa y una atmósfera tranquila.




La Avenida Libertății, que atraviesa la ciudad, conserva aún ese aire soviético con sus bloques grises y amplios espacios abiertos.
🔍Curiosidades de Hunedoara
El Castillo de Corvin se considera uno de los castillos más embrujados de Europa.
En el castillo estuvo preso Vlad el Empalador, la figura histórica que inspiró a Drácula.
El pozo del castillo, según la leyenda, fue excavado por prisioneros turcos que recibieron la promesa de libertad si encontraban agua.
Hunedoara fue uno de los centros industriales más contaminados de Rumanía durante el comunismo.
Las tiendas de moda en las avenidas principales, tienen unos maniquís muy curiosos. Parecen de una película de miedo.


¿Merece la pena visitar Hunedoara?
En este caso, dependerá mucho de tus gustos personales, pero como guía te diría que:
- ✅ Es una visita imprescindible: si te gustan los castillos medievales de postal, la historia del comunismo, o visitar ciudades no tan turísticas pero sí muy auténticas.
- ❌ No lo disfrutarás: si no te gustan los viajes por carretera, tienes poco tiempo, o estás esperando ver una ciudad de ensueño. Si lo tuyo es descubrir ciudades medievales con encanto, te aconsejo centrarte en lugares como Sighișoara, Sibiu, Brașov o las fortalezas de Biertan y Viscri, que tienen un aire más pintoresco y acogedor.



