Un día tranquilo por los fiordos del este. Seyðisfjörður, Berufjördur, Njarðvíkurskriður, Fjalladýrð-Möðrudalur
Nos levantamos en la granja ecológica, y el siguiente paso, planificar un poco la ruta. Nos habían recomendado el fiordo Berufjördur, un enorme fiordo de 35 kilómetros de longitud. Una vez visitados los fiordos pasaríamos la noche en las tierras altas del interior, en Möðrudalur, para encarar al siguiente día la ruta al volcán Askja, pero eso es ya otra historia.
Los fiordos del este, un pequeño chasco
Seyðisfjörður
El curioso pueblo de Berufjördur
Tras nuestro pequeño paseo retomamos la carretera, y paramos en Berufjördur, donde pudimos apreciar la arquitectura típica del país.
Njarðvíkurskriður, un pequeño e idílico puerto
De nuevo en la carretera
De vuelta a las tierras altas: Möðrudalur y la gasolinera más rara del mundo


El camping fue toda una sorpresa, en una zona que no hay nada, de repente, unas pequeñas edificaciones hacen a la zona muy agradable.
El camping era curioso por varios motivos, el primero la gasolinera, ¿veis la foto?
Resulta que las cabañas son la gasolinera, con los surtidores dentro, ahí es nada:
Por cierto, en muchos, pero que muchos kilómetros a la redonda no hay una nueva gasolinera, así que es un buen momento para pensar en rellenar el depósito del coche.
Otra de las curiosidades del camping era un zorro, criado por una perra, muy acostumbrado a relacionarse con personas:
Por cierto, si alguien llega a este camping, que no haga fuego en la cabaña con techo verde, ya que no hay salida de humo, y, al menos nosotros, liamos una bastante gorda 🙂
Pero las sorpresas no acabaron aquí. Y es que aunque no era época de auroras boreales (principio de septiembre), logramos ver alguna. No fueron como en el norte de Noruega, pero algo es algo: