Puerto de Santa María

Puerto de Santa María

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En la misma Bahía de Cádiz se encuentra esta bonita población, que bien merece una visita si se está por la zona. Conocida como «La ciudad de los cien palacios«, fue uno de los puertos más importantes de Europa entre los siglos XVII y XVIII debido al comercio con América.

Hoy en día, la ciudad vive del turismo, las conserveras y la pesca, con unas playas muy atractivas, y un tiempo envidiable durante todo el año.

La población tiene unos cuántos sitios interesantes, que se pueden ver perfectamente en un día o incluso menos.

Castillo de San Marcos

Se trata de un castillo fundado por Alfonso X El Sabio en el año 1264, aprovechando la antigua mezquita y un edificio romano. Esta edificación se vio reforzada con cuatro esbeltas torres, que le dan su forma actual. Sin duda alguna la mezquita que guarda en el interior es su tesoro más preciado.

Se puede visitar el interior, aunque es necesario reservar previamente. La visita es gratuita el primer martes de cada mes por la mañana.

Basílica Nuestra Señora de los Milagros – Iglesia Mayor Prioral

Se trata de una basílica menor, que está datada al menos desde 1486. Los señores de estas tierras, los duques de Medinaceli, promovieron esta obra. La iglesia, de gótico tardío, ha sufrido varios problemas desde su construcción. En 1636 sufrió un terremoto que provocó importantes daños en la nave principal, y tuvo que ser reconstruida allá por 1671.

Hoy en día su enorme planta llama la atención. Lamentablemente, también lo hace un deterioro palpable en varios puntos.

Las casas palacio

El Puerto de Santa María disfrutó de un pasado esplendoroso. Se trataba de una ciudad rica, donde los comerciantes y cargadores de las colonias americanas amasaban fortunas. Prueba de ello son la cantidad de casas palacio que existen en el municipio.

Quizás la más conocida sea la Casa Palacio de Araníbar, donde se encuentra la Concejalía de Turismo de la ciudad. El patio, con mármol italiano, y las salas con techos de madera elegantemente labrados, dan muestra de esa riqueza.

Todas las casas palacio tienen elementos comunes, como un patio elegante, donde recibir a las visitas. Otras casonas en las que se puede visitar el patio son La Casa de los Leones o La Casa de las Cadenas.

Lamentablemente, el tiempo no ha tratado bien a varias de ellas, ya que tienen un aspecto bastante degradado.

Las bodegas Osborne

La familia Osborne está íntimamente asociada al Puerto de Santa María. Aquí se encuentran las bodegas del mismo nombre.

Las bodegas son un pequeño imperio, con infinidad de vinos y marcas. De hecho, no sólo fabrican vino de Jerez, sino que alguna de las marcas más conocidas de España son propiedad de Osborne (¿Te suena el jamón 5Jotas?)

Existen visitas guiadas a las bodegas Osborne, con catas de brandy y Jerez incluidas. Es imprescindible una reserva previa.

Pasear por el centro

Como en todas las visitas a un nuevo lugar, lo mejor es disfrutar tranquilamente de la ciudad, paseando y dejándose llevar. Pasear lentamente, apreciando la actividad por la Avenida Micaela Aramburu de Mora es una gran idea.

El Puerto de Santa María tiene otros sitios interesantes, como lo son la Iglesia de San Francisco, el Monasterio de la Victoria, la Fundación Rafael Alberti (Calle Santo Domingo, 25), la Plaza de Toros, o más en las afueras, las lagunas de Terry, para los amantes de las aves.

El mar y la bahía de Cádiz

Como ya he comentado anteriormente, El puerto de Santa María tiene una vocación marinera. Y queda más que patente en la zona de puerto.

Si quieres hacer una excursión económica y bonita, te aconsejo que realices el trayecto en barco que lleva desde el puerto de Cádiz al Puerto de Santa María. Podrás apreciar la importancia que tiene esta bahía en la economía de la zona.

Además de apreciar los astilleros, y una gran cantidad de barcos de todo tipo, también podrás ver las playas de El puerto de Santa María (playas de La Puntilla, El Aculadero, Vistahermosa, Levante, etcétera)

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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