Rota y Chipiona

Rota y Chipiona

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Está claro que la provincia de Cádiz tiene un clima privilegiado. Y si dentro de la provincia, se está al lado del mar, más aún. Hoy toca hablar de Rota y Chipiona, dos poblaciones vecinas, que huelen a mar, sol y una vida tranquila.

Rota, una villa multicultural

A unos 50 kilómetros de Cádiz capital, se encuentra esta preciosa villa de unos 30.000 habitantes.

Su origen, al igual que la mayoría de los pueblos de la provincia es muy antiguo. Es probable que la fundaran los fenicios, para posteriormente con los musulmanes, pasarse a llamar Rabita Ruta (de ahí Rota).

Hace tiempo, el pueblo se sostenía económicamente por la agricultura y la pesca. Sin embargo, hace ya muchos años que la industria del turismo pasó a ser el sector más consolidado. Y es que el clima, el mar y el cuidado de sus calles, hacen de Rota un sitio muy atractivo.

Veamos por qué.

Castillo de Luna

Probablemente el Castillo de Luna sea el punto más emblemático de todo Rota. Comenzó a construirse a finales del siglo XIII sobre una construcción árabe. A lo largo de los siglos ha servido como fortaleza, palacio, hospital e incluso colegio. Hoy en día alberga el Ayuntamiento de Conil.

Las calles

El centro histórico de Rota es pequeño, y se puede recorrer en poco tiempo a pie. Eso no quiere decir que no se disfrute de él, sino todo lo contrario.

Sus encantadoras calles merecen mucho la pena, así que disfruta sin prisa de sus rincones blancos, y de sus coquetas casas adornadas con geranios.

En esta visita, podrás acercarte al Mercado de Abastos, construido sobre el antiguo convento de La Merced, y deleitarte en los típicos puestos donde se venden los productos de la gastronomía andaluza.

Otras visitas que no pueden faltar son las de alguno de los arcos o puertas que recuerdan a la antigua muralla de Rota, como por ejemplo, el Arco de La Regla o la Puerta del Mar, con su característico faro.

Las iglesias

Rota tiene bastantes edificios de culto interesantes. Muy cerca del Castillo de Luna se encuentra la Iglesia del siglo XVI de Nuestra Señora de la O, ubicada en la bonita Plaza Bartolomé Pérez.

Pero además de esta iglesia, podemos admirar otras con solera, como la Capilla de San Roque, del siglo XVII o la barroca Capilla de la Caridad, del siglo XVIII, o la Torre de la Merced, el único vestigio que queda del convento del mismo nombre.

Las playas

Rota es una villa privilegiada. Y la cantidad de playas de las que dispone dan buena fe de ello. Además, cualquier mes del año es perfecto para acercarse hasta la playa, aunque sea simplemente para pasear por ella.

El casco urbano dispone de cientos de metros de playa de fina arena, perfecta para tumbarse a tomar el sol, o bien para hacer algún deporte. Algunas de las más famosas son la playa de la Costilla, la playa del Rompidillo, o la playa de la Ballena (con el macro complejo Costa Ballena)

Si prefieres evitar las aglomeraciones, a unos 4 kilómetros de Rota se encuentra Punta Candor, la cual es algo más salvaje. Otras playas naturales son Puntalillo o la de Los Corrales.

En el caso de Los Corrales nos reserva una grata sorpresa cuando baja la marea (de hecho, fue declarada monumento nacional). En ese momento, se pueden apreciar pequeñas presas, que evidencian que desde tiempos de los romanos fue un terreno usurpado al mar para la explotación artesanal de la pesca.

El arte

Rota tiene arte, mucho arte. Y un grupo que ha potenciado la imagen de villa a nivel cultural, ha sido el colectivo «Intervenciones Rota«, con pequeñas intervenciones artísticas que han dado un toque de color y alegría. Desde caracoles que pasean por las paredes en fila india, a estrellas de mar en fachadas, o el más popular de todos ellos «Bésame en esta esquina«:

Aunque a veces, puede que se les haya ido un poco de las manos, como este pescador que no se sabe si acaba de pescar algo, o está salvando al mundo junto a Iron Man y a Thor:

La base naval

No me quería despedir de Rota si hablar de la base naval, compartida desde 1953 entre el ejército español y el estadounidense. Decenas de años conviviendo con estadounidenses, han hecho que en la villa haya multitud de locales enfocados a los militares yankees. De hecho, muchos militares han formado familias aquí.

Chipiona

A pocos kilómetros de Rota se encuentra el municipio de Chipiona. Se trata de otra localidad costera, que pasa de tener 20.000 habitantes en invierno, a picos cercanos a los 150.000 en verano.

Y es que todo el mundo quiere ir a veranear en la costa de Cádiz. Y especialmente, la gente de Sevilla, que tiene estas poblaciones a tiro de piedra.

Pero Chipiona, además de un pueblo con mucha vida en el verano, tiene unos cuántos sitios interesantes para dejarse caer.

El Santuario de Nuestra Señora de la Regla

Este santuario junto a la Playa de la Regla, es una de las estampas más conocidas de Chipiona. Aunque su aspecto no es muy antiguo, está regentado por monjes, y en el interior guarda un claustro mudéjar del siglo XV.

El faro de Chipiona, el más alto en España

Con sus 62 metros de altura, el faro de Chipiona es el más alto de España y uno de los faros más altos del mundo (el número 21). Se encuentra en la punta del Perro, al lado de la playa de La Regla.

Lo cierto es que su imagen impresiona. En la misma zona se tiene constancia de faros de más de 2.000 años de antigüedad. El faro actual data de 1862. Probablemente no pueda competir en belleza con los faros de Menorca, o con la Torre de Hércules de A Coruña, pero eso no quita que le aporte a Chipiona una identidad muy marcada.

El castillo de Chipiona

No se sabe con exactitud el origen del castillo de Chipiona, ya que en dicha zona hubo varias construcciones, aunque probablemente, sea del siglo XV.

El castillo en sí no es nada especial, pero alberga la oficina de turismo, que nunca está de más visitar. También suele haber exposiciones. Por ejemplo, en navidad exponen belenes.

Para los más herejes, al lado del castillo se encuentra la Bodega El Castillito, que siempre está muy animada, con varias mesas por fuera, que le dan a la calle mucho ambiente y alegría. Ideal para tomarse un buen refrigerio.

Las playas

Al igual que Rota, Chipiona dispone de una buena cantidad de playas para disfrutar del clima privilegiado de la costa de Cádiz.

Probablemente la más famosa sea la Playa de La Regla, frente al santuario. Pero esta no es la única, cerca del castillo está la Playa de Las Canteras, o más al sur, delimitando ya con la cercana Rota, se encuentra la Playa de las Tres Piedras. Complementan la lista la Playa de Camarón y la Playa de Montijo.

El entorno natural y los camaleones

Si prefieres dejar de lado las aglomeraciones de las playas más concurridas, quizás prefieras conocer las dunas litorales de sus alrededores. Estas playas arenosas, sometidas a fuertes vientos litorales, conforman la silueta de los montículos de arena.

Por ejemplo, el sistema Dunar de las playas de Camarón y Tres piedras, tienen 2.600 metros para caminar tranquilamente.

Si prefieres hacer deporte con bicicleta, la Vía verde Entre Ríos, que conecta las localidades de Rota, Chipiona y Sanlúcar de Barrameda, puede ser una gran opción. Se trata de una sencilla senda, de unos 16 kilómetros de longitud.

Y para terminar de este apartado del entorno natural, no quiero pasar la oportunidad de citar al Centro de Interpretación del Camaleón de Chipiona (Av. de Camarón, 105). Resulta que el camaleón común en esta zona es… común 🙂

Normalmente estos animales no tiene los mismos horarios que nosotros/as, así que, a no ser que vayas a primera hora de la mañana, puede que sea complicado verlo.

Curiosidades

Para finalizar el apartado de Chipiona, os dejo con alguna que otra imagen que me pareció curiosa.

La primera, la de un niño que parecía que estaba en la película de Los pájaros de Alfred Hitchcock. La segunda, la de un campo de petanca, en plena playa. Y la tercera, el típico pub irlandés, pero… enfrente de una soleada playa. Igualito que en Dublín.

Chipiona
Chipiona

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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