Sevilla, qué visitar

Sevilla, qué visitar

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Sevilla sí tiene un color especial

Sevilla es la ciudad de callejuelas estrechas, de edificios blancos y calles repletas de naranjos, repleta de luz, de música, de arte, de blancos, de amarillos, de gente con gracia, de toreros, de hippies, de señoritos, de punkis, de devotos.

Ciudad de tapas, de santos, de tostadas, de terrazas, de cervezas, de azulejos, de la eterna Expo, de domingos sin horarios, de la Feria, de geometría, de manzanillas, de patios, de sol, de la antigua judería, de flamenco, de Semana Santa, de Hispalis, de serranitos y pringá, de corridas de toros, de aceite, de artistas y de albañiles poetas con carencia de poesía.

Ciudad de Triana, de palacios árabes, del seseo, de fútbol, del AVE, del color, del embrujo, de bicicletas, de puentes, de Don Juan Tenorio y Carmen, de Antonio Machado y Luis Cernuda, de japoneses, de estudiantes, de sin techo y de gente con demasiados techos.

La Catedral – Santa María de la Sede

Sevilla es una ciudad con un patrimonio envidiable. De hecho, se trata de una de las ciudades con más monumentos catalogados en Europa, y su casco histórico es uno de los mayores del continente.

Y dentro del Casco histórico, hay un monumento que llama especialmente la atención. Se trata de la Catedral de Sevilla, un enorme edificio gótico declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1987.

Sus tamaño es apabullante, ya que se está considerada la mayor catedral gótica del mundo, y en términos globales, la tercera más grande, tras San Pedro en el Vaticano y San Pablo en Londres.

Aquí se encontraba la antigua mezquita de Sevilla, pero tras la conquista de la ciudad por parte de Fernando II, consideraron necesario crear una enorme catedral.

Hacia 1401 se comenzó la construcción del actual edificio. Sin embargo, se conservaron de la demolición el alminar (la Giralda) y el patio (patio de los Naranjos), en los que aún es reconocible su estilo musulmán.

El interior de la catedral impresiona, pero creo que yo me quedaría con La Giralda, la actual Torre campanario de la Catedral. Con sus 104 metros de altura, fue durante siglos la torre más alta de España, y una de las más altas del mundo. Para que nos hagamos a la idea, tiene 8 metros más que el Big Ben londinense (96,3 metros), y es bastante más alta que la archifamosa Torre de Pisa (55,8 metros).

La Giralda describe bien la historia en su propia piel, como los anillos de un árbol. Se puede apreciar un pequeño primer nivel romano, las siguientes dos terceras partes al periodo musulmán, y la parte superior a la época cristiana, con el famoso Giraldillo en la cima (una veleta). En África tiene su hermana en Marrakech, en la Mezquita Kutubía, del mismo periodo almohade.

Otra de las curiosidades de La Giralda, es que tiene rampas, ya que se podía subir a caballo, todo un lujo para aquellos tiempos. Que se lo digan a las estrechas escalinatas de otras torres europeas.

La Giralda describe bien la historia en su propial piel, como los anillos de un árbol.

Archivo General de Indias

Cuando España era un imperio, tuvo la necesidad de centralizar toda la documentación administrativa de sus territorios. Por ese motivo en 1785 se creó el El Archivo General de Indias, a escaso metros de la Catedral.

El edificio no es de los más ostentosos de Sevilla. Lo verdaderamente interesante está en su interior, ya que conserva una extensa colección de libros, mapas y dibujos de aquella época. Esa riqueza patrimonial hizo que en 1987 fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Real Alcázar de Sevilla

Se trata de uno de los conjuntos palaciegos mejor conservados de España. Aunque la mayor parte es de la alta edad media, hay partes de estilo mudéjar, que recuerdan a la hermosa Alhambra de Granada.

Junto con la Catedral y el Archivo general, es el tercer monumento patrimonio de la Humanidad de la ciudad. Pocas ciudades, en tan pocos metros, puedan decir que tienen semejante riqueza cultural.

Ciertamente el conjunto es espectacular. De hecho, fue uno de los set de rodaje de la serie Juego de Tronos, y los reyes de España lo utilizan como residencia habitual en sus estancias en la ciudad.

La Puerta del León, la Sala de Justicia, el Patio del Yeso, el Patio de la Montería, el Palacio Mudéjar (o de Pedro I), los diferentes jardines, o los baños de María Padilla son algunos de las estancias que hay que disfrutar con calma.

Un consejo, si se quiere visitar el Alcázar, es mejor hacerse con la entrada por Internet, en la página oficial del Alcázar de Sevilla. Sale algo más cara, pero os evitará enormes colas. Otra posibilidad es visitarlo los lunes, que es gratis.

Ayuntamiento de Sevilla y Plaza de San Francisco

Muy cerquita delos los monumentos patrimonio de la humanidad, se encuentra la Plaza de San Francisco, donde se encuentra el ayuntamiento de Sevilla.

Este hermoso edificio plateresco, tiene una fachada realmente curiosa. Los detallados motivos de la parte izquierda van desapareciendo si se avanza hacia el final de la fachada. Esto es motivo de que los mecenas ilustres que aportaban dinero para que estamparan en la historia de Sevilla su ciudad, poco a poco, dejaron de pagar.

Avenida de la Constitución

Probablemente sea la avenida más conocida de la ciudad. El tramo más cercano a la catedral, tiene algunos de edificios más ilustres de Sevilla, como puede ser el Edificio La Adriática. Es muy probable que más de una vez acabes en esta calle si estás haciendo turismo (o no).

Las bicicletas y el tranvía también es paisaje habitual de esta calle imprescindible de la ciudad.

El río Guadalquivir

Se trata el río por antonomasia de Sevilla y Andalucía. Probablemente no exista un río con la historia de este en toda la Península, por mucho que le cueste al Ebro y Duero o Tajo.

Se trata del único río navegable de España, y que ha escrito varios pasajes de la historia del siglo de oro español. Desde asedios y conquistas, hasta a la primera vuelta al mundo por Fernando de Magallanes.

En las veredas del río fue creciendo la ciudad, que se convirtió en la Nueva York del siglo XVI, con una vitalidad que pocas ciudades de la época poseían. Posteriormente fue perdiendo fuerza, al igual que el Reino de España.

Hoy en día es un espacio de relax, ocio y diversión, donde es habitual ver a gente corriendo, leyendo, o simplemente, paseando.

Los puentes le dan una singular estampa, mezcla de clasicismo y un tiempo más contemporáneo. Desde el popular Puente de Isabel II (conocido como Puente de Triana, ya que lleva a este barrio) a los modernos Puente de la Barqueta o Puente del Alamillo.

Al lado del río también se encuentra la famosa plaza de toros La Maestranza, siendo una de las Plazas más importantes de España.

La Torre del oro

En el lado del río Guadalquivir, y pegado al Casco histórico se encuentra la famosa Torre del oro. Se trataba de una torre almohade defensiva, para la custodia del río.

Tiene 36 metros de altura, y existe una leyenda que dice que había una cadena que llegaba hasta la otra parte del río para impedir el tránsito del río a voluntad. Para tristeza de muchos, esta historia es mentira, hace tiempo que existen las «fake news«.

Sin embargo la historia que sí es verdad es la de su nombre: Torre del oro. En 2005 se hizo una restauración y se descubrió que el color amarillento se debía al mortero y materiales que se utilizaron en su construcción.

Sevilla

La Muralla almohade y un poco de historia

Es cierto que la ciudad no conserva unas murallas colosales. Pero los restos que quedan en el barrio de la Macarena tienen una buen porte. Su origen datan del imperio romano, y posteriormente fueron heredadas por los periodos visigodo, islámico y castellano.

Un buen sitio para visitarlas es en la Puerta de La Macarena, junto a la basílica del mismo nombre.

Sevilla

Las exposiciones en la ciudad

Sevilla ha disfrutado de dos exposiciones, que cambiaron el panorama de la ciudad de manera sustancial. Una de ellas fue la La Exposición Iberoamericana de 1929, y la otra, la Exposición Universal de 1992.

La Exposición Iberoamericana de 1929

La primera exposición se celebró en 1929, y se trató de La Exposición Iberoamericana, en donde participaron España, diversos países de Hispanoamérica, Estados Unidos, Portugal y Brasil. Curiosamente coincidió con la exposición Universal de Barcelona.

Esta exposición dejó gran cantidad de pabellones que han sido reutilizados en la actualidad. Algunos ejemplos son el hermoso Pabellón de Argentina y el de Guatemala, empleados como Conservatorio de Danza, o el Pabellón de Chile, que es la actual Escuela Superior de Arte.

Además de estos pabellones, hubo infraestructuras que tienen mención aparte, como la Plaza de España, de la cual hablaremos más tarde.

La Exposición Universal de 1992

Situada en la Isla de la Cartuja, la conocida como Expo’92 marcó un antes y un después en la Sevilla contemporánea. Junto a los Juegos Olímpicos de Barcelona, fue un anuncio al mundo de que España era un país de primer nivel.

En el caso de las instalaciones, decenas de países mostraron al mundo su cultura. Además, numerosas infraestructuras fueron creadas en la capital andaluza, como la estación de tren de Santa Justa, la estación de autobuses Plaza de Armas, o la autopista de circunvalación. La llegada del tren de alta velocidad (AVE) fue otro de esos hitos históricos.

Sin embargo, los siguientes años, no fueron tan gloriosos, y muchas de las infraestructuras quedaron en desuso. 30 años después aún se puede apreciar lo que hizo una mala planificación de los recursos.

Plaza de España

Dentro del complejo de la Expo de 1929, y enclavado en el Parque de María Luisa, se encuentra una de las plazas más bonitas de España, homenaje a todas las comunidades autónomas.

La Plaza es enorme, tiene un diámetro de 170 metros y su forma semi-elíptica simboliza un abrazo con los territorios americanos, un concepto similar a la Plaza de San Pedro en el Vaticano con los feligreses.

Se trata de una visita absolutamente imprescindible en la ciudad. De hecho, la plaza es tan bella que se han rodado escenas palaciegas de Star Wars.

Parque de María Luisa

Se trata del primer parque de la ciudad. De unas dimensiones considerables (34 hectáreas), este parque romántico está declarado de Bien de interés Cultural.

Su estructura es similar a la que ya tenía en la exposición de 1929, y guarda grandes y pequeños secretos. Pequeños como la fuente de las ranas o escondidas estanterías, donde la gente deja libros para que otras personas los puedan leer. Grandes secretos, como el Museo de Artes y Costumbres Populares.

Las Setas de Sevilla – Metropol Parasol

Obra del arquitecto alemán Jürgen Mayer, fue una de las obras más polémicas en la ciudad. En medio de una zona histórica, una infraestructura totalmente diferente a todo. Aunque el proyecto se llamara Metrosol Parasol, la gente lo conoce como «Las setas«. Es evidente el por qué.

Sin embargo, con el paso de los años, se ha hecho un hueco en la ciudad, y las vistas desde arriba al atardecer, son de las mejores que se pueden disfrutar en la ciudad.

En la parte inferior se puede ver una zona arqueológica llamada Antiquarium, de tiempo de los romanos, que se encontró con las obras de remodelación:

Los barrios

Como en todas las ciudades de cierta envergadura, Sevilla tiene varios barrios con su propias características. Os cito alguno de ellos.

Barrio de Santa Cruz

Probablemente se trate del más visitado de todos, por la cercanía a los mayores puntos de interés en la ciudad. Se trata de la antigua judería, con calles angostas que hacen retraerse a otras épocas.

Esta zona es perfecta para dejarse perder. Aconsejo ir a primera hora de la mañana, cuando aún no se ha masificado. De esta manera se podrá disfrutar de la Plaza de Doña Elvira, del Patio de las banderas o de la Calle vida y la Calle de la muerte.

Barrio de Triana

Fuera de lo que es la ciudad antigua, al otro lado del río, se encuentra uno de los barrios con más personalidad de la ciudad. Se trata del barrio de Triana.

Dicha personalidad está muy arraigada, y una prueba de ello son las peñas flamencas del barrio. Si quieres ver un buen espectáculo flamenco, puedes visitar alguna de ellas. En la federación flamenca de Sevilla puedes encontrar información al respecto.

Barrio de la Macarena

Otro barrio interesante. Si quieres salir un poco de los círculos más turísticos, aquí verás a infinidad de sevillanos disfrutando de una cerveza y unas tapas en alguna de las terrazas de la Alameda de Hércules.

Dónde comer unas buenas tapas

Vale, quizás Sevilla no tenga la fama que tiene Granada, Madrid o León para tomarte unas tapas (también porque en Sevilla no son gratis), pero eso no quita para que, en la capital, puedas disfrutar de unos cuántos sitios excelentes.

Dependerá mucho de la zona por la que te muevas, pero te puedo aconsejar:

Zona Casco histórico – centro

  • Casa Ricardo – Antigua casa Ovidio (Calle Hernán Cortés, 2). Una decoración muy sevillana (y particular para el resto). La especialidad son las croquetas, aunque también hay que probar el solomillo al whisky o las berenjenas con salmorejo.
  • Bodeguita Blanco Cerrillo (Calle José de Velilla). Buen sitio para comer boquerones adobados fritos, aún se escribe la cuenta a tiza en la barra.
  • Bar Eslava (Calle Eslava, 3). Uno de los que mejor nota saca en la ciudad, con varios premios por sus tapas.
  • Freiduría puerta de la carne (Calle Sta. María la Blanca, 34). Un clásico en la ciudad. Si te gusta el pescaíto frito es un buen sitio.
  • El Rinconcillo (Calle Gerona, 40). Se podría decir que no es que se trate de un bar clásico, sino que es EL BAR CLÁSICO. Fundado en 1670, es el bar más antiguo de la ciudad.

Zona Triana

  • Cibeles 2 (Calle Justino Matute, 6-18). No esperes cocina de altos vuelos, pero las croquetas de puchero y el serranito trianero son dignos de elogio.
  • Bar Las Golondrinas (Calle Pagés del Corro, 76). Típica comida andaluza.
  • Blanca Paloma (Calle San Jacinto, 49). Para sibaritas donde comer unas excelentes berenjenas rellenas, boquerones fritos, o carrilladas.

Zona de la Alameda de Hércules

  • Bar las columnas en Alameda (Alameda de Hércules, 19). Bar con terraza, de toda la vida.
  • Arte y sabor (Alameda de Hércules, 85). Con opciones veganas, aunque la presa ibérica o atún no defraudan.

Caminar, caminar y caminar

Para concluir, podría hablar en esta entrada de las iglesias, bares, y vida en general. La mejor manera de descubrirlo no es leyendo, sino caminando. Por eso siempre aconsejo los tours gratuitos de la empresa New Europe, que es un acierto seguro.

También podría hablar de la Semana Santa, y esa pasión que se nos hace tan complicada de entender a gente del norte. Pero lo dejaré para próximas entradas en el blog. Os dejo con alguna fotografía más de la ciudad, y espero que hayáis disfrutado la lectura.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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