Zaragoza, la capital del río Ebro

Zaragoza, la capital del río Ebro

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Con sus 700.000 habitantes, Zaragoza es una de las ciudades más importantes de España. El río Ebro, el más caudaloso y largo del país (de la península es el río Tajo), es desde hace milenios un antiguo socio de la ciudad, conformando un importante dúo en la historia nacional.

Diversas culturas han dejado su impronta en Zaragoza. Sus piedras y muros son testigos de relatos de antiguos romanos, árabes o cristianos. De batallas ante los ejércitos imperiales de Napoleón, o de una transición hacia la pacífica ciudad contemporánea en la que se ha convertido hoy en día.

Os animo a leer esta entrada, en la que vais a descubrir esta bonita ciudad, con un paseo histórico desde la ciudad más antigua, hasta los puntos más modernos del siglo XXI.

La Zaragoza romana

Viajemos en nuestra máquina del tiempo hasta el año 14 antes de Cristo. El emperador César Augusto había sometido a la península ibérica, tras las guerras contra los pueblos cántabros y astures.

El poder de Roma se expandía por Europa, y para consolidarlo en la península, César Augusto decidió fundar una nueva ciudad en la confluencia de los ríos Ebro, Gállego Huerva. Allí existía un pequeño asentamiento íbero llamado Salduie.

No se sabe con certeza la fecha exacta de su fundación, aunque podría ser el 23 de diciembre de ese año, coincidiendo con el cumpleaños del emperador. El nombre oficial de la ciudad fue Colonia Caesar Augusta. Pero rápidamente pasó a llamarse Caesaraugusta o Caesar Augusta. De ahí fue evolucionando hasta la actual Zaragoza.

La huella romana en el actual trazado de la ciudad es importantísima. Los dos ejes principales de la ciudad, el Cardus maximus y el Decumanus maximus, coinciden con la Calle Don Jaime I, mientras que el segundo se prolonga por las Calles Mayor, Espoz y Mina y Manifestación.

En su máximo esplendor, hacia los siglos I y II d.C, hasta 20.000 almas vivieron aquí, en unas calles perfectamente alineadas y defendidas por una férrea muralla.

El nombre oficial de la ciudad fue Colonia Caesar Augusta. Pero rápidamente pasó a llamarse Caesaraugusta o Caesar Augusta. De ahí fue evolucionando hasta la actual Zaragoza.

Actualmente, las huellas de esta época siguen aquí, y se pueden visitar. Como mero apunte, desde mi querida ciudad natal Pamplona – Iruña, solo tengo admiración porque Zaragoza haya sabido preservar este legado.

Supongo que en la vieja Iruña siempre hemos sido más salvajes, y en el yacimiento más importante en la historia de la ciudad, allá por el 2002, en la Plaza del Castillo, los políticos de turno construyeron un aparcamiento. Hoy en día, esos mismos políticos han reconocido que con las leyes actuales, no hubiera sido legal.

Las antiguas murallas romanas

La muralla defensiva de la ciudad tuvo un gran valor estratégico. Sus proporciones eran bastante notables para su época: 2.650 m de longitud, casi 7 metros de grosor y unas 120 Torres que dependían un recinto angular de 44 hectáreas. Hoy en día tan sólo se conservan unos 80 metros en las cercanías del Mercado Central.

Museo del foro de Caesaraugusta

Localizado bajo el suelo de actual Plaza de La Seo, alberga los restos arqueológicos hallados en las excavaciones realizadas durante los años 1988-1991.

Como en cualquier otra ciudad romana, el foro era el núcleo vital de la ciudad romana, el centro de la vida religiosa civil económica y política. Pero a diferencia de otras ciudades de la época, en Zaragoza el foro está desplazado, debido a la intensa navegación que la propia vía fluvial debió de generar. Por eso no coincide con el cruce del cardus y el decumanus (antes he hablado de ellos, espero que te acuerdes).

A diferencia de las murallas, la visita al museo del foro romano no es gratuita, aunque sí que es bastante económica. ¿Es recomendable? yo creo que sí, y además, al estar en la propia Plaza de la SEO, resulta muy chocante, ya que hay descender ya que está enterrado.

Museo de las termas públicas de Caesaraugusta

Para la mayoría de los romanos, las termas eran algo más que un lugar para la limpieza del cuerpo, ya que también cumplía una importante labor como centro social.

Si compras el bono para la visita de todos los museos, puedes visitar este humilde museo donde se encuentran las termas públicas. Pero, desde luego, de los museos romanos de la ciudad, este es de los más prescindibles.

Museo del teatro de Caesaraugusta, el plato fuerte de la ciudad

Una de las joyas de la corona de la ciudad. Desde luego, la visita a este espacio se convierte en algo imprescindible si se visita Zaragoza. El descubrimiento del Teatro Romano en 1972 fue un hallazgo fortuito, al iniciarse la construcción de un nuevo inmueble en la calle de la Verónica.

El 8 de octubre de 2001 fue declarado Bien de Interés Cultural, y ya en 2003, el Ayuntamiento de Zaragoza inauguró el actual Museo, que ayudaría a preservar este rico espacio histórico.

La visita al museo creo que merece la pena, porque las explicaciones están muy bien y ayudan muchísimo a conocer esta época. Sin embargo, si no tienes mucho tiempo o no te emociona el tema, podrás admirar el exterior del museo desde las calles colindantes, y no hay que pagar por ello.

El teatro ocupaba el punto más alto de la ciudad romana, desde el cual se dominaba un eje urbanístico monumental formado por el puerto fluvial, el foro, unas termas públicas y una plaza porticada adosada al propio teatro.

Considerado uno de los más grandes de Hispania, con 105 metros de diámetro y capacidad para unos 6.000 espectadores, su forma obedece al modelo creado en Roma por el teatro de Pompeyo.

Las partes más visibles del edificio como la fachada semicircular el frente escénico los accesos fueron realizados con sillares. Su decadencia arquitectónica comenzó pronto a mediados del siglo 3 d.C. Hoy en día, una gran estructura metálica, a 25 metros de altura, nos señala el techo del antiguo teatro.

La Zaragoza musulmana

Viajemos en la máquina del tiempo, y vayamos unos cuántos siglos más adelante, hasta el siglo XI. En aquel entonces España estaba dominada por los reinos musulmanes de taifas, y Zaragoza se llamaba Saraqusta.

Palacio de la Aljafería

El rey taifa Al-Muqtádir ordenó construir un hermoso palacio fortificado fuera de los antiguos muros romanos. En él se reunieron reunieron importantes intelectuales andalusíes, y fue uno de los momentos de mayor poder del reino.

Tras la conversión cristiana de Zaragoza, y la reconquista realizada en 1118 por Alfonso I el Batallador, pasó a ser residencia de los reyes cristianos de Aragón. Diversas reformas fueron adaptando la fortaleza a través de los siglos, con lo que la Aljafería se convirtió en el principal foco difusor del mudéjar aragonés.

Tras las reformas realizadas durante décadas (de 1947 a 1982), se preservó el aspecto original. Los «restos mudéjares del palacio de la Aljafería» fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986.

Hoy en día es una visita obligada en la ciudad. Y es que no muchas ciudades se pueden enorgullecer de tener un castillo tan bonito dentro de la propia ciudad. De hecho, se considera una de las construcciones de la arquitectura hispanomusulmana más importantes de la Península, junto con la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba.

El interior conserva estancias engalanadas con una exquisita decoración, como El Salón Dorado, las estancias del lado norte y sur, o la mezquita y oratorio. El Patio de Santa Isabel, aunque tenga un nombre muy cristiano, recuerda fuertemente a la Alhambra de Granada o al Alcázar de Sevilla.

A lo largo de los siglos el edificio ha tenido varios dueños, y la estructura tiene otros espacios también espectaculares, como la zona del Palacio de Pedro IV el Ceremonioso, o El Palacio de los Reyes Católicos. Hoy en día, la autoridad del pueblo también tiene su espacio aquí, ya que aquí se ubican las Cortes de Aragón.

La Zaragoza cristiana

El Reino de Aragón tuvo mucha relevancia en la mal llamada reconquista española. Siglo tras siglo, grandes espacios y edificios, indican la importancia que ha tenido Aragón en la actual España, y concretamente, Zaragoza.

Catedral – basílica de Nuestra Señora del Pilar

Con cerca de 8.400 metros cuadrados la Catedral – Basílica de Nuestra Señora del Pilar es una de las iglesias más grande del mundo. Y es que este edificio es omnipresente en la ciudad.

Se trata de una joya barroca, tanto por su imponente estructura, como los tesoros que guarda. La visita al interior es gratuita, y dentro se guardan frescos de Goya, un retablo de Damián Forment, y otras delicias artísticas.

Si lo tuyo no es el arte, te aconsejo que te hagas una idea del tamaño de la basílica, pasando al otro lado del río Ebro a través del Puente de Piedra, Desde ahí disfrutarás de unas magníficas vistas.

Plaza de Nuestra Señora del Pilar, otros emblemas de la ciudad

Se le puede considerar el salón de la ciudad. La Plaza del Pilar, en la que está albergada la Basílica, es una de las plazas peatonales más grandes de Europa.

La plaza tiene mucha animación en cualquier época del año. En verano podrás disfrutar de actuaciones musicales, y en invierno de mercadillos navideños. Si prefieres tomar un café o cerveza, esta zona tiene varios bares y restaurantes con terrazas.

Una de las extensiones de la Plaza, es la Plaza contigua de la SEO, en donde se encuentra la otra Catedral de la ciudad, la Catedral del Salvador, popularmente conocida como La Seo. En sus inmediaciones, se encuentra el Arco del Deán, probablemente la zona de la ciudad con más sabor medieval.

Además, otros edificio ilustres como la Lonja de Mercaderes, el Ayuntamiento de Zaragoza, o la Iglesia de San Juan de los Panetes (con su famosa torre inclinada), engalanan la plaza y sus alrededores. Y en los niveles inferiores, bajo la actual plaza… el antiguo foro romano.

Otros edificios importantes

La ciudad tiene varios edificios de relevancia, como puede ser el Palacio de los Luna o Palacio de los Condes de Morata de Jalón, con su imponente pórtico en la fachada. Otros ilustres sitios son el Palacio de los Condes de Sástago, el Palacio de los Condes de Fuenclara o el espacio Ibercaja Patio de la Infanta.

La Zaragoza fluvial

Zaragoza siempre ha pensado en el agua, la cual le dio su razón de ser. El río Ebro ha hecho y deshecho a su antojo, y siempre ha sido el auténtico protagonista de la ciudad.

Para conectar la ciudad son necesarios puentes, y Zaragoza tiene de todos los tipos posibles. Probablemente el Puente de Piedra, construido en el siglo XV, sea el más famoso por sus vistas. Otros ilustras ilustres puentes son el Puente del tercer milenio, el Puente de Santiago o el Puente de La Almozara.

El Parque del agua y la Expo 2008

No se podría entender Zaragoza sin el río Ebro, y en el año 2008 Zaragoza le hizo su propio homenaje con el siguiente lema: «Agua y desarrollo sostenible«.

Desde junio a septiembre de 2008, se realizó una exposición internacional en el que participaron 106 países, 220 Organizaciones no gubernamentales, representantes de las 17 comunidades autónomas y de Ceuta y Melilla.

La cultura y el ocio fueron los protagonistas en un recinto diseñado para ello en el meandro de Ranillas, a las afueras de la ciudad. Como ya sucedió en Sevilla y su expo, aunque esta vez en menor escala, hoy en día la zona está bastante dejada, y lucha por tener su sitio dentro del perfil moderno de la ciudad.

Como turista no es un espacio especialmente reseñable, a no ser que te guste la arquitectura o un paseo tranquilo por la zona del río.

La Zaragoza romántica

El Parque Grande

Si tuviera que elegir un sitio romántico en la ciudad, este sería el Parque Grande Jose Antonio Labordeta. Construido en 1929, en su momento estaba a las afueras de la ciudad, aunque la ciudad lo ha engullido.

Es un sitio que incita al descanso y a evadirse por unos instantes del mundanal ruido. No te pierdas las vistas desde la estatua del Rey Alfonso I de Aragón El Batallador. Salvando las distancias, me recuerda a la fuente de Montjuïc de Barcelona.

Otros edificios ilustres

Si te gusta perderte por la ciudad, podrás ver edificios bastante bonitos, como la Casa Corsini (paseo Sagasta), de estilo modernista, el Hotel Orús, que era una antigua fábrica de café, o El antiguo Casino Mercantil (calle del Coso)

La Zaragoza actual

Zaragoza es una ciudad grande para los estándares de España. De hecho, es muy probable que supere a Sevilla en población (aunque hay truco, ya que Sevilla y sus alrededores suman muchos más habitantes).

El tranvía, las bicis y patinetes eléctricos y los paseos peatonales, cada vez más numerosos, poco a poco le están quitando el protagonismo al omnipresente coche del siglo XX.

Los barrios dormitorios de Zaragoza no dejan de ser una curiosidad en esta modernidad. Actualmente es posible vivir en la Avenida Super Mario Bros, pedir unas pizzas para y que las lleven a la Calle Gran Turismo, O bien que te traigan la compra online a la calle La Leyenda de Zelda, entre otros. Los tiempos van cambiando, y Zaragoza no es inmune a ello.

La Zaragoza gastronómica

Bueno, mucho viaje en el tiempo, historia, cultura, etcétera. Pero si habéis llegado hasta aquí supongo que tenéis hambre, o ganas de matarme por la chapa que os he dado.

El mercado central

Un sitio muy especial y elegante es el Mercado Central de Zaragoza. Como en otras ciudades de España, estos mercados se han reformado para que convivan las tiendas habituales (carnicerías, pescaderías etcétera), con una zona de restauración.

Además, al estar tan céntrico y al lado de la antigua muralla romana, la visita se torna casi en imprescindible.

El barrio del tubo

Y ahora sí. Si realmente lo que quieres comer son tapas, no puedes dejar de visitar el barrio del Tubo, la zona por antonomasia en la ciudad para tomar algo. Aquí se puede comer por un precio contenido y con calidad.

No voy a poner un listado extensos de bares y restaurantes, pero sí dejaré dos que me gustaron mucho:

  • Bodegas Almau (calle de los Estébanes, 10): se trata de un pequeño bar de toda la vida, que data de 1870, y donde podrás disfrutar de buenos vinos y tapas. Me recuerda bastante al estilo de bares que te puedes encontrar en el barrio de La Viña en Cádiz.
  • La Republicana (calle de Casto Méndez Núñez, 38): bonito bar donde poder disfrutar de unas buenas migas. Si coges mesa… no la sueltes.

davidsantes

Érase una vez un tipo normal con una gran pasión, viajar. Esta pasión a su vez alimentaba su curiosidad, y como tenía muy mala memoria lo dejaba todo plasmado en otra aficción, la escritura. Este tipo normal también era un loco de la fotografía, con lo que al cerrar el círculo lo transformó en un blog.

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